Un grupo de 150 indígenas de la etnia brasileña krenak bloqueó por cuatro días una vía de tren estratégica para la exportación minera de hierro, ante la contaminación del río Dulce después de uno de los peores accidentes mineros de los últimos años.

“No puede pasar nadie por aquí”, dicen los nativos a 20 kilómetros de la ciudad de Resplendor, por una desierta carretera paralela a la vía férrea.

Decenas de tiendas de campaña fueron instaladas en las inmediaciones de la línea Victoria-Minas, que es propiedad de la empresa minera Vale, y únicamente tienen acceso periodistas y camiones abastecedores de agua, pues el suministro fue cortado por la contaminación después del desastre del 5 de noviembre.

“Estamos llevando a cabo una guerra justa. Hemos logrado un acuerdo temporal para permitir el paso de trenes, pero si Vale incumple lo acordado volveremos”, aseveró Shirley Krenak, una de las líderes del movimiento.

Los indígenas se manifiestan porque el derrame tóxico ha “acabado con su forma de subsistencia, con su área de recreo y con su recurso sagrado para llevar a cabo cultos religiosos”, explicó la líder.

“Vivimos de la pesca, nadamos en el río, bebemos su agua y honoramos a nuestros antepasados. ¿Ahora qué vamos a hacer? Han acabado con el río”, añade, mientras enseña peces y camarones muertos por la contaminación.

Hasta hoy, el tráfico libre de mercancías y pasajeros se liberó, pues Vale se comprometió a abastecer de agua a la comunidad y crear un plan de acción para recuperar al río Dulce.

El vertido tóxico actualmente se encuentra en la ciudad de Colatina, que cuenta con 140 mil habitantes a orillas del río, del que dependen totalmente para su supervivencia.

Con información de Notimex