A 14 meses del operativo ilegal en la Pu Lof de Cushamen, la Justicia y otro guiño a favor de la impunidad: la causa por las escuchas “cayó” en la polémica Sala 3 de Casación. ¿Quién es el juez Eduardo Riggi? ¿Qué investiga Lleral?
Por Revista Cítrica
Por un lado, el juez Gustavo Lleral, que ni bien había reemplazado a Guido Otranto se había mostrado muy activo, actualmente, prácticamente, tiene la causa “freezada”. No hubo avances significativos para determinar dónde, cuándo y en qué circunstancias murió Santiago Maldonado. Esas preguntas no están respondidas en una polémica autopsia que, pese a que para muchos da por cerrado el caso, lo que hizo fue abrir más interrogantes sobre lo ocurrido en la Pu Lof de Cushamen ese 1 de agosto.
Y mientras no se avanza en investigar las pruebas que ocultó y que inventó el Ministerio de Seguridad de la Nación ni se indaga en las llamadas telefónicas de Pablo Noceti y los jefes de Gendarmería ni en muchas otras puntas de las que se podría tirar para conocer más detalles de ese ilegal operativo en la comunidad, la Justicia insiste en apuntar a las víctimas.
¿Adivinen a quién le toca resolver si son válidas o no, si se destruyen o son utilizadas para motorizar nuevas causas, las escuchas ordenadas por Otranto contra los testigos, amigos y familiares de Santiago? A la Sala 3 de la Cámara de Casación Penal, cuyo presidente es Carlos Mahiques, ex ministro de Justicia de María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires.Fue esa sala la que, en otro de sus fallos polémicos, revocó la excarcelación de Fausto Jones Huala y Lautaro González, los dos jóvenes mapuche que bajaron del cerro, herido de muerte, a Rafael Nahuel. A ellos dos, la Justicia los persigue, mientras el prefecto Pintos y otros efectivos de Albatros que participaron de ese otro operativo ilegal ordenado por Gustavo Villanueva no sólo están libres, sino que fueron ascendidos.
¿Y quién es el juez subrogante de esa polémica sala 3? Eduardo Riggi, que además preside la Cámara de Casación Penal y que tiene mucha influencia en “su familia” judicial. Es el mismo magistrado que fue denunciado por el CELS por el intento de soborno para favorecer la situación procesal de los imputados por el asesinato de Mariano Ferreyra.
¿De qué hablamos cuando hablamos de la Justicia? ¿Por qué las posibilidades reales de que sea haga justicia, en casos tan resonantes como el de Santiago Maldonado, Rafael Nahuel y Mariano Ferreyra, o cualquiera que sea, termina quedando en manos de jueces que demostraron no ser para nada justos y que hasta, en algunos casos, dejaron en evidencia su complicidad con quienes tienen que ser investigados?
Publicado originalmente en Revista Cítrica / Imágenes: Viojf
