Ciudad de México | Desinformémonos. La vigilancia selectiva, las nuevas tecnologías para amenazar y silenciar, el uso indebido de las leyes y la represión de protestas pacíficas, son factores que ya crearon nivel de peligro “sin precedentes” para los activistas de derechos humanos y los periodistas en México, lamentó Amnistía Internacional al pronunciarse contra las tácticas de espionaje del gobierno mexicano reveladas este lunes.

La organización de derechos humanos señaló que los hallazgos evidencian un patrón de uso ilegal de la tecnología para controlar cualquier crítica contra quienes están en el poder, ya sean gobernantes o empresarios.

“Estas acciones deben ser investigadas pronta y adecuadamente”, expresó la directora para las Américas, Erika Guevara-Rosas.

Explicó que las redes de “troles” que generan campañas de desinformación y que buscan desacreditar y estigmatizar a los defensores de derechos humanos se suman a las numerosas medidas de represión, como las desapariciones forzadas, amenazas, persecuciones y homicidios.

“Las personas periodistas y defensoras de los derechos humanos ponen constantemente en riesgo sus vidas para defender los derechos de todos y para informar al público. Esto no es un crimen y el espionaje sobre estas actividades es ilegal y no puede justificarse”, agregó.

“En un mundo donde los poderosos imponen de forma creciente un discurso dañino que menoscaba los derechos humanos, los derechos a la privacidad y a la libertad de asociación y de expresión son más importantes que nunca”, concluyó Guevara-Rosas.

Este lunes, el diario estadounidense The New York Times publicó el reportaje “Somos los nuevos enemigos del Estado’: el espionaje a activistas y periodistas en México”, en el que documenta el uso del software Pegasus para espiar no sólo a los comunicadores y defensores, sino también a sus familias.

El software Pegasus se infiltra en los teléfonos y otros aparatos para monitorear cualquier detalle de la vida diaria de una persona por medio de su celular: llamadas, mensajes de texto, correos electrónicos, contactos y calendarios. Incluso puede utilizar el micrófono y la cámara de los teléfonos para realizar vigilancia y el teléfono de la persona vigilada se convierte en un micrófono oculto.