México. Dos mujeres de más de 80 años, un niño de 13 años, un profesor, un cantante de reggae, un intelectual, una sonera, una cineasta, gente de Chile y Argentina, entre otros, relatan su experiencia de cinco días en poblados de cinco regiones diferentes, donde fueron parte de los mil 700 alumnos que tomaron el primer curso de La Escuelita Zapatista.
Aquí sus historias.
Entiendo lo que es gritar en otro mundo y que nadie escuche: Abril Schmucler, cineasta mexicana
La entrada fue impresionante, eran como mil 100 zapatistas abriendo el pasillo con aplausos ¡fue increíble!: Nicolás T.T., estudiante de 13 años
Visitamos lo más hermosísimo de lo hermoso de la vida: Doña Fili, 80 años, pionera de la fundación de Santo Domingo, Coyoacán
Saltan detalles no vistos antes, como los hombres haciendo el agua de limón, junto a la cazuela o moliendo el nixtamal: Olmo Manrique, cantante de reggae
Los zapatistas enseñan una forma subversiva de vivir en el mundo: Mumia Abu-Jamal
Nos explicaron que con ellos la ley de gobierno ya se chingó: Román Hernández, defensor de derechos humanos en la Montaña de Guerrero
Que se lleven esta semilla a sus pueblos y la hagan crecer: Marisol Yañez, compositora y cantante de son de Guanajuato
Nunca termina uno de aprender: Sara Jardón Jurado, 81 años
Nos llevamos la tarea de hacer nuestros los siete principios sobre los cuales caminan los más pequeños: Santiago, economista desempleado
Mi Votán es una mujer joven de 21 años, de piel chocolate, ojos obscuros, cara redonda y pequeña nariz respingada: Natalia, de Toluca
A cada uno de todos los asistentes se nos asignó un surco para limpiarlo: Rogelio Rueda, profesor de bachillerato
La experiencia zapatista es una grieta en el territorio mexicano: Alfonso Medrano, de Chile
La flor de la autonomía no crece en todas partes: Gustavo Esteva, intelectual
Así es cómo y aquí es dónde, comprobamos: Rodrigo Tornero, Colectivo La Tribu, Argentina
Publicado el 26 de agosto de 2013