Nos encontramos ante el inicio de la veda electoral (que inició este jueves 30 de mayo) de cara a las elecciones del 2 de junio de 2024, coincidiendo con el fin de un intenso domo de calor que ha azotado la mayor parte del país. Este fenómeno ha provocado en la Ciudad de México la tercera ola de calor, con récords de temperaturas que alcanzaron los 34.4 °C y la mayor cantidad de contingencias ambientales registradas en lo que va del siglo.
En este contexto de crisis ambiental sin precedentes, resulta inadmisible que los partidos políticos y coaliciones llenen las calles con propaganda electoral de plástico. Estos materiales solo aumentan la cantidad de residuos plásticos que se generan diariamente, exacerbando la crisis ambiental. Aunque se promocionan como amigables con el medio ambiente, los pendones y lonas, generalmente fabricados con PVC, pueden tardar cientos de años en degradarse.
Para dimensionar el problema, en la Universidad Iberoamericana realizamos un sencillo cálculo para estimar la cantidad total de postes en la ciudad y la superficie y peso de material electoral colgado en el espacio público. Según el INEGI, la Ciudad de México cuenta con 2.8 millones de viviendas distribuidas en aproximadamente 66,400 manzanas. De estas, el 99.8% tiene suministro eléctrico, con postes en la vía pública separados en promedio cada 30 metros. Los servicios de telefonía fija e internet, soportados principalmente por postes a cada 50 metros, están disponibles en el 86% de las viviendas. Además, el 57.8% de las viviendas tienen alumbrado público con postes colocados entre 30 y 40 metros.
Con estos datos, se estima un total de 805,163 postes de luz eléctrica, 41,547 postes de teléfono e internet, y 398,290 postes de alumbrado público, sumando 1,245,000 postes. Si cada poste tiene dos pendones colgados en cuatro ocasiones durante casi tres meses, se generan 9,960,000 pendones. Con una superficie de 1.6 m² y un peso promedio de 976 gramos por pendón, esto equivale a una superficie total de 1,593.6 hectáreas y cerca de 10,000 toneladas de basura. Esta cantidad de residuos equivale a 2.3 veces la superficie del Bosque de Chapultepec y al peso de 750 trolebuses.
Si bien, se han ofrecido de parte de los partidos algunas alternativas como la transición hacia publicidad electoral digital, el uso de materiales biodegradables y reciclables en la propaganda física, el desarrollo de programas de recolección y reciclaje, así como la implementación de regulaciones estrictas y sanciones. Ninguno de estos dichos va a fondo o atiende de manera integral el problema.
En una ciudad en la que la crisis ambiental se refleja en la contaminación del agua y del aire, la desatención a los efectos adversos de la isla de calor urbana y la tala ilegal de los bosques, el tamaño del problema de la propaganda electoral es el reflejo del nulo interés a los problemas ambientales de la ciudad de parte de quienes aspiran a gobernarnos.
En vísperas de que llegue la veda electoral, echamos en falta propuestas que ofrezcan un enfoque integral para mitigar el impacto ambiental de la crisis ambiental y promover una Ciudad de México más sustentable.
*Académico e investigador del Centro Transdisciplinar Universitario para la Sustentabilidad (CENTRUS).
Publicado originalmente en la IBERO