El principio del fin de Trump

Farrah de la Cruz

El ambiente creado por la narrativa del presidente Trump es inconveniente y poco propicio para generar consensos en Estados Unidos. El asesinato de George Floyd en medio de la pandemia y el clima electoral evidencia aún más la crisis sociopolítica por la que atraviesa un personaje que, lejos de fungir como un líder conciliador, exacerba con su discurso el comportamiento racista de un pueblo que encuentra en los cuerpos policiacos el cómplice más prometedor.

“Hay que ver, por ejemplo, los gestos nazis supremacistas que están haciendo los policías en las más de 39 ciudades o poblados de Estados Unidos que están viviendo en este momento el levantamiento, para darse una idea de lo permisivo que resulta para muchos de estos miembros de los cuerpos policíacos, portarse de una forma despectiva en contra de los afroestadounidenses”, sostiene en Prisma RU José Luis Valdés, investigador del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN) de la UNAM.

Este comportamiento supone que, el enojo social que se motiva a raíz del asesinato de Floyd, se da en un contexto de crisis económica que impactará directamente en la política y en las elecciones próximas a celebrarse. Algo debe de significar que el Servicio Secreto haya resguardado a Trump en el bunker de la Casa Blanca.

“Está acorralado por su propia retórica, por sí mismo. Es un sujeto que está cumpliendo la máxima del poeta que decía que el hombre es el único animal que mata lo que más ama, y él lo que más ama en este momento es el poder. Estamos presenciando probablemente el principio del fin de una presidencia, que desde el principio -para mi gusto-, se convirtió en una anomalía democrática”.

El declive de Donald Trump propiciado por él mismo viene acompañado de varios factores internacionales y de la intervención de autores que están emergiendo después de años de ausencia. Ejemplo de ello es la aparición de Anonymous quien, entre otras cosas, amenaza con exponer el supuesto vínculo que la familia Trump sostiene con una red de pedófilos.

También es un momento favorable para los rusos, quienes quieren intervenir en el proceso electoral estadounidense. Independientemente de la alianza Putin-Trump, Rusia ve “un caldo de cultivo para desestabilizar a un país que va decreciendo frente a China o a la Unión Europea”.

Si bien es un hecho que casos como el de Floyd favorecen la intervención de diferentes fuerzas políticas, las acusaciones de Trump en contra de las manifestaciones evidencian la descomposición sociopolítica en la que se encuentra la que, hasta hace poco, se ostentaba en ser la nación más poderosa del mundo.

En este sentido, el académico universitario refiere que Estados Unidos precisa de reformas político-electorales para permitir que sea el voto electoral el que elija al presidente y no el Colegio Electoral.

“Creo que lo mejor que le puede pasar a Estados Unidos y al mundo en esta crisis es que el presidente Trump se vaya por las buenas”.

Este material se comparte con autorización de UNAM Global

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