Una delegación turca compuesta por diputados y activistas por los derechos humanos, que se había desplazado ayer a Erbil, en Kurdistán este, ha confirmado este miércoles que los ocho prisioneros turcos en manos de la guerrilla kurda han sido puestos en libertad sanos y salvos.

Los liberados son seis militares, un policía y un funcionario. Este gesto responde al llamamiento del líder kurdo encarcelado, Abdullah Ocalan, en el marco del diálogo con el Gobierno de Ankara. Se espera un llamamiento del líder kurdo al alto el fuego de la guerrilla el 21 de marzo, coincidiendo con el Newroz, año nuevo kurdo, y una petición de abandono de las armas antes de agosto.

«Han pasado 19 meses bajo condiciones muy difíciles y en situación de enfrentamientos armados. Pese a la escasez y nuestros problemas de salud nos comportamos como conviene a nuestro pueblo y país», han sido las primeras palabras de Kenen Erenoglu, el candidato a alcalde secuestrado en agosto de 2011 y retenido con los demás por el PKK.

«Nuestro principal problema era que no recibíamos noticias. Teníamos una radio pero apenas podía recibir emisoras por las condiciones de montaña», ha explicado.

Por su parte, el presidente de Turquía, Abdullah Gül, tras congratularse del regreso de los prisioneros, ha destacado que el fin de la violencia «hará más fácil pasar de las estrategias de seguridad a las reformas políticas».