Ciudad de México | Desinformémonos. Espeleólogos exhibieron las perforaciones con enormes pilares de concreto y acero en el sistema de cavernas, cenotes y ríos subterráneos de la Península de Yucatán que se hicieron para las obras del Tren Maya, y advirtieron que “el daño es irreparable” y que los materiales terminarán por corroerse y contaminar el agua.

El experto Guillermo DChristy explicó que la perforación de las cavernas en la región “vulnera la fuente de agua dulce al hincar miles de pilas sobre el acuífero”. “Ya tenemos al menos 12 grandes perforaciones. Masificar turismo, masificar desarrollos inmobiliarios y pasar un tren por la selva es el peor ecocidio que se ha hecho en este lugar”, aseguró el espeleólogo en un video donde se muestran las columnas en el sistema subterráneo.

Desde hace dos años, espeleólogos han denunciado la amenaza que representa el Tren Maya en la red de cuevas y ríos subterráneos de la región, pero entonces sólo se hablaba de la construcción por encima de este sistema. Ahora, los expertos exhiben la perforación de las cavernas para el megaproyecto federal, a pesar de que las autoridades del gobierno federal y del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) aseguraron que serían protegidas.

“Diego Prieto (director del INAH) mintió. Andrés Manuel López Obrador mintió. No se están protegiendo cavernas y cenotes. El daño es irreparable”, publicó DChristy en su cuenta de X, donde difundió los videos de las perforaciones y aseguró que “el tren MILITAR, mal llamado Tren Maya, destruye, despoja y trae muerte”.

Las advertencias por los daños y afectaciones al medio ambiente iniciaron desde antes de que comenzaran las obras del megaproyecto. Desde su anunciación, las comunidades mayas de la Península de Yucatán, así como organizaciones, colectivos y académicos, denunciaron que el Tren Maya representaría el despojo territorial de los pueblos, la destrucción del ecosistema, la alteración de la vida comunitaria y la precarización de los pobladores por la llegada del turismo masivo y la construcción de complejos turísticos e inmobiliarios, que provocan migración, abandono del campo, violencia, inseguridad y pobreza.

A pesar de las múltiples denuncias y amparos por la falta de permisos ambientales y las irregularidades alrededor del proyecto, el Tren Maya siguió su curso y hoy están en operación los tramos que van de Cancún-Aeropuerto a San Francisco Campeche y a Palenque, aunque por fallas se han detenido los viajes.