El bisnieto de Emiliano Zapata propone rescatar y actualizar el Plan de Ayala

Joana Moncau y Spensy Pimentel Foto: Adrián Castro Bibriesca/ J. Mora/ Casasola.

Ciudad de México. Los ojos no dejan lugar a dudas. Es un Zapata. Edgar es quizás uno de los herederos más parecidos físicamente al dirigente revolucionario. La mirada, el mentón, la frente, la complexión, la postura, y un bigote recortado al modo del General Emiliano Zapata, alimentan un parentesco del que se siente orgulloso y, sobre todo, responsable. “Ser un Zapata es toda una responsabilidad política y social, pero si se tienen un proyecto y un objetivo claros, se pueden sortear las adversidades”, dice.

Nieto de Mateo Emiliano Zapata Pérez, último hijo del General, Edgar Zapata opina que la revolución que inició su bisabuelo “esta inconclusa”. La consigna de millones de mexicanos que gritan «Zapata vive. La lucha sigue!», dice el joven heredero no sólo del apellido, sino de los ideales del Caudillo del Sur, “es para decirle al gobierno que el coraje y la dignidad están presentes».

 Cien años después del movimiento agrario que encabezó su bisabuelo, Edgar Zapata advierte que en el contexto marcado por la guerra contra el narcotráfico, la fuerte migración y la decadencia del Estado político mexicano, “la apuesta está en la fuerza de la sociedad civil organizada”.

Entrevistado en el espacio de Desinformémonos, en compañía de otros dos integrantes de la Fundación Zapata y los Herederos de la Revolución, organización que preside y que tiene como principal objetivo “rescatar y actualizar lo que fue la esencia de la lucha política de Emiliano Zapata”, Edgar identifica el principal legado en el Plan de Ayala, cuyo centenario se cumple el próximo 28 de noviembre.

 A 92 años del asesinato a traición de su bisabuelo (10 de abril de 1919), explica que detrás de la imagen del general “hay unos ideales que no se han cumplido”. Desgraciadamente, lamenta “estamos peor que hace cien años».

 ¿Qué es lo que quería Zapata? “La total autonomía de los municipios -responde- y esa es una de sus principales aportaciones del zapatismo”. Y es también, sin duda, una de las mayores semejanzas con los neozapatistas de Chiapas, que se oponen al poder central: “El zapatismo y el neozapatismo son dos movimientos iguales, nacieron por la misma ideología y se sustentan en el mismo espíritu”, dice.

 A continuación la entrevista completa.

La Lucha por la Tierra (y no por el ejido)

 Lo fundamental de la lucha emprendida por General Emiliano Zapata, de 1910 a 1919, fue la tenencia de la tierra. Esa lucha influyó en la Carta Magna de 1917, que promulgó el presidente Venustiano Carranza, específicamente en el artículo 27 Constitucional, que generó la formación de los ejidos. Pero el General Zapata no estaba de acuerdo con ese artículo. Lo que él quería era que el campesino tuviera la posesión total de la tierra comunal. El General nunca propuso la formación de los ejidos, que fueron implementados por el presidente Lázaro Cárdenas  en los años 30s.

 La lucha de los zapatistas de 1911 se ha modificado o, mejor dicho, los gobiernos la han ido moldeando durante la época postrevolucionaria. Tomaron la imagen del General Zapata después de su muerte y, según la interpretación que le dio Álvaro Obregón y los sucesivos presidentes de México, se moldeó una imagen del ideal de Zapata: tener el ejido para el campesino.

 Desgraciadamente, durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari se elaboró y publicó en 1992 una reforma al artículo 27. En ese tiempo aún vivía mi abuelo, Mateo Emiliano Zapata Pérez, el último hijo de Zapata. Él fue fundador del Movimiento Nacional Plan de Ayala, uno de los movimientos que influyó en el total desconocimiento del artículo 27. El presidente Salinas lo llamó para que aceptara los acuerdos para la reforma de dicho artículo, diciendo que habría total justicia para los pueblos campesinos y que éstos serían los dueños de la tierra, pero que competirían con los mercados de Canadá, Estados Unidos y México.

 Desde un principio mi abuelo aceptó dicha reforma, pues él quería, como su padre, el apoyo para la tenencia y regularización de las tierras. Pero luego se dio cuenta que habían sido totalmente engañados porque de esa reforma al artículo 27 se derivó después el Tratado de Libre Comercio, y  para el campo mexicano nunca hubo ningún apoyo.

 El campesinado mexicano ha sido siempre manipulado, ha sido clientela política para los gobiernos. Suena muy fuerte lo que comento, pero yo lo viví con mi abuelo Mateo. Por eso la lucha que el General Emiliano Zapata emprendió sigue inconclusa.

 La privatización de los ejidos

 A pesar de que su lucha dio vida al famoso artículo 27 constitucional y muerte al General Zapata, a los campesinos nunca se les ha hecho justicia.

 Actualmente lo estamos viviendo en el estado de Morelos (cuna del general Zapata). Hay peleas muy fuertes entre los ejidatarios y los fraccionadores. La importancia de mantener las tierras comunales radica en que éstas son de los pueblos en su totalidad, pero desgraciadamente hay invasiones a los terrenos comunales. Esas tierras fueron propiedad de los ancestros de los campesinos. Si se borra la propiedad comunal se borra la propia historia de los pueblos

 La migración de los campesinos….incluyendo a los herederos de Zapata

 El olvido al campesino provoca la migración. Es muy impactante tener en cuenta las cifras tan elevadas de migración que se registran actualmente y el problema que se aprecia es el total desinterés que tiene el gobierno. Se enaltece mucho la figura del General Zapata, pero creo que sería mejor reflejar esa admiración en mayores apoyos para el sector al que el General de dedicó su vida.

 Sin el apoyo del gobierno para poder sostener a sus familias en el campo, los campesinos venden sus tierras, y cuando se termina el poco beneficio que obtienen por la venta,  ya no tienen una red en su comunidad, viene el desempleo y emigran hacia el norte o hacia las ciudades.

 Como comentaba mi abuelo Mateo Zapata en los años 90: «¿Por qué el gobierno no  pone empeño para impulsar al campo mexicano, si es como la cocina de la ciudad? Y si desatendemos a la cocina, vamos a depender de lo extranjero, una total dependencia alimentaria». Es lo que estamos viviendo actualmente. Ahora, ¿qué es lo que nos venden?  El maíz transgénico, siendo que el maíz es originario de la nación mesoamericana.

 México es muy dependiente de Estado Unidos por la influencia  económica,  política y social. Hay comunidades enteras que emigran hacia allá y dependemos de las remesas que envían. El propio gobierno central es dependiente. La mentalidad de nuestros representantes políticos no cambia y no hay ninguna iniciativa hacia el sector social para impulsar lo que queremos como pueblo, como gente, una vida digna con salarios bien remunerados. Pero, como lo demostró el mismo General Zapata, peor es si no alzamos la voz.

 La mayoría de los integrantes de la familia Zapata ha emigrado a Estados Unidos. A la mayoría de ellos les pesa estar allá; algunos dicen, «me fui de mojado, y ¿qué es lo que tenemos?». Otros nos quedamos aquí y tenemos que sobreponernos con preparación profesional; otros son obreros. También hay un sector de la familia que es utilizado por la política, hay de todo.

 Ser un Zapata es toda una responsabilidad política y social, pero si se tienen un proyecto y un objetivo claros, se pueden sortear las adversidades. Desde el 2009, otros compañeros y yo estamos conformando la Fundación Zapata y los Herederos de la Revolución, una forma no armada de contraponerse a las consecuencias políticas que ahora vivimos.

 La verdadera herencia de Zapata: el Plan de Ayala y no su imagen

 La herencia política de Zapata es el Plan de Ayala. Es la bandera política agraria del General la que le dio sentido social a los gobiernos que se asentaron después de su muerte. Pero, desgraciadamente, se desdibujó mucho o se interpretó mal su lucha.

 Los gobiernos no hicieron caso a la esencia de su ideal, nada más rescataron una imagen. Enaltecieron más la iconografía del General que sus ideales, para convertir en clientela política a los campesinos y a los indígenas, al sector juvenil y a la sociedad en general.

 Vemos muy bonitas las fotos del General y llama mucha la atención su porte. Pero detrás de esa imagen hay unos ideales que no se han cumplido y, desgraciadamente, estamos peor que hace cien años.

 Es el pueblo quien tiene la obligación moral e histórica de defender  los artículos de ese documento. En su artículo octavo, por ejemplo, dice que todos los recursos naturales, campo, ríos, bosques, agua, son totalmente del pueblo, para que éste defienda lo que centenariamente le ha pertenecido. Pero desgraciadamente hay muchas concesiones a empresas extranjeras que están contaminando las aguas, los ríos, extrayendo los minerales. La realidad que vivimos no es lo quería el General Zapata. Por ello es muy importante rescatar y actualizar el Plan de Ayala en este 2011, pues se cumplen cien años de su formulación el próximo 28 de noviembre.

 Los verdaderos herederos de Zapata

 Los verdaderos herederos del legado de Zapata son los campesinos, los indígenas y todos los grupos que luchan por un beneficio social. Ellos  son los verdaderos herederos del legado de su lucha, no los partidos políticos ni la clase política. Si Zapata viviera actaulmente, estaría con nosotros: en Chiapas, en Morelos, con las clases más pobres, con los campesinos, indígenas, obreros. La revolución que empezó el General está inconclusa. Al gritar “¡Zapata vive, la lucha sigue!”, estamos diciendo al gobierno que el coraje y la dignidad están presentes

 La tierra y la guerra contra el narcotráfico

 Me pregunto ¿qué es lo que paso con tanta energía y con toda la dignidad con la que encabezó Emiliano Zapata la primera revolución  que tuvimos en México, en 1910?

 Hay un gran contraste. Por ejemplo, en Morelos hace 100 años los campesinos, junto con los hacendados, producían la caña de azúcar. Después ya no querían sembrar caña, querían sembrar maíz y por eso se dio la revolución en el centro y sur de México. Actualmente en Morelos ya no es sustentable sembrar los granos básicos, sino mariguana, por el precio que el sector del narcotráfico paga al  campesino.

 Actualmente no hay campo, sino migración y narcotráfico. ¿Quién iba a pensar que a 100 años de la Revolución Mexicana, donde se peleó por los derechos sociales, se están dando nuevamente enfrentamientos que están costando muchas vidas?

 La lucha es de la sociedad civil

 El cambio del país, que en 1910 fue promovido por campesinos e indígenas, actualmente está en manos de la sociedad civil. Hace 100 años, en la revolución del General Zapata, se dio el cambio por medio del sector agrario, porque en ese entonces el 90 por ciento de la población era campesina.

 Entonces golpearon al sector campesino, y por eso tomaron las armas. Actualmente están golpeando al sector campesino, al obrero, al profesionista, al comerciante. El frente social que se puede gestar es un mosaico de diferentes grupos sociales, pues tampoco la clase media está  contenta con la elevación de los impuestos. Queremos fomentar la unidad dentro de la misma sociedad, pues vemos que actualmente los partidos políticos no llegan a ningún acuerdo y hay que demostrar que la sociedad civil puede organizarse.

 Los integrantes de la Fundación Zapata Vive, vemos que la próxima revolución será pacifica. Ya no queremos un mar de sangre, como el panorama que tuvo el General Zapata, pues no le quedaba de otra para imponer lo que su gente quería. Nosotros venimos de una revolución armada, y ya no queremos otra.

 Nosotros, como gente de provincia, nos hemos trasladado a las ciudades y hemos visto que actualmente los mexicanos son más críticos, principalmente los jóvenes. Entonces, si se consolida un planteamiento o un proyecto social será con ideales claros. No queremos una revolución, queremos una evolución.

 Zapatismo: una forma de pensar y de sentir

 El zapatismo es una forma de pensamiento que se definió como la dignidad de los pueblos, reflejado en un personaje histórico que es Emiliano Zapata Salazar. Es  dignidad, respeto y un claro cariño a los pueblos mexicanos y a los de toda  América Latina. Eso es el zapatismo, una forma de sentir y una ideología que está plasmada en la bandera política del general Zapata: el Plan de Ayala que pide una reforma,  justicia y ley.

 Zapatismo y neozapatismo

 Son dos movimientos que nacieron de la misma ideología y se sustentan en el respeto y el rescate de las tradiciones, es decir, en el espíritu del zapatismo. El zapatismo histórico es de 1910 al 1919, y el neozapatismo es de 1994 y está en las tierras de Chiapas.

 ¿Qué es lo que quería Zapata?  La total autonomía de los municipios, y eso es una de las aportaciones de Zapata que pocos conocemos. Él hizo su ley de autonomías municipales. Y ¿qué es lo que implementaron los neozapatistas? También un espacio autónomo.

 Los zapatistas históricos les enseñaran que a pesar de ser campesinos no preparados tenían la clara visión de la organización. El mismo General Zapata, desde el cuartel de Tlaltizapán, Morelos, era el gestor de una organización y de un proyecto nacional. Actualmente, en Chiapas, lo que se está gestando es la autonomía y un proyecto desde abajo.

 El rechazo hacia el poder central

 El General Zapata no quería un concepto individualista de poder, pero sí para el desarrollo de sus pueblos. Tenía un proyecto nacional y encabezaba un movimiento democrático y social. Un ejemplo que nos dio el General fue el rechazo a la silla presidencial. Le dijo a Villa, «¿Por esta silla se están peleando y matando a nuestros hermanos? ¿Por esta silla hay tanta ambición?» Con eso refleja la cosmovisión campesina que tenía: el rechazo hacía el poder central, un total rechazo hacía la élite que se asentó en su tiempo. Actualmente el panorama político de los partidos es el poder por el poder, y ¿dónde está el pueblo? Yo creo que los movimientos autónomos son importantes para nuestro desarrollo.

 Un Zapata en Chiapas

 Hace un año estuvimos en territorio zapatista. Lo que me impresionó es que están unidos y se identifican por las tradiciones, por la ideología que les fue transmitida  por la imagen de Emiliano Zapata. Ahí me di cuenta que el General Zapata es visto casi como un santo. Ya ni en Morelos lo tienen así. Me impactó mucho el arraigo que tienen hacia Zapata, es una fuente de inspiración porque comentan, “si él hizo eso ¿por qué nosotros no?”  Y tienen un claro ejemplo en sus comunidades de que sí se puede.

 Dos anécdotas del General Zapata

 Hay una anécdota muy bonita de la familia, de 1917, cuando mi  abuelo Mateo Zapata Pérez nació, en el municipio de Tlaltizapán. Zapata estaba a un kilómetro en su cuartel general, cuando su secretario, Manuel Palafox, le dijo: «Ya va nacer su hijo, General», y él le pregunta «Pero, ¿cuál de todas?». Ya cuando le dicen que es de la señora María de Jesús (Chucha), sale de volada hasta la Hacienda de Temilpa Viejo, del último gobernador porfirista, en donde vivía mi familia. El General carga a mi abuelo, pero lo habían envuelto con ropa color rosa mexicano. Y ahí viene el General muy molesto y dice: «A mí no me lo pongan así. Es un Zapata». Lo desviste, lo envuelve en una sabana de manta, se lo pone en su caballo y van cabalgando por los alrededores de la hacienda.

 Esa es una anécdota muy bonita que se contrapone con la imagen cinematográfica de Zapata, muy acartonado, muy solemne. Era lo contrario, bromista y muy enamoradizo, tequilero, pachanguero  y bailador. Siempre se la pasaba bromeando con su gente y con la familia.

 Otra de las anécdotas que más nos queda como familia es la de su muerte. En 1917 la familia huye por órdenes del General, porque Venustiano Carranza, Pablo González y Jesús Guajardo queman todo Morelos. Se trasladan a Cuautla, donde estaba el cuartel general de los carrancistas. Ya cuando matan al General, se escucha en las calles que está muerto. Lo curioso era que la familia no lo creía, porque días antes siempre decían en los periódicos que Zapata había muerto. Así que pensaban que eran puros chisme del gobierno.

 Cuando fue asesinado, trajeron su cuerpo y lo expusieron por dos días en las oficinas de la inspección de la policía en el centro de Cauatla. Pablo González y Jesús Guajardo hicieron una concentración masiva para mostrar a los campesinos que su jefe estaba muerto y los formaron para que reconocieran el cuerpo. Con sus 17 años, mi bisabuela, María de Jesús Pérez, se formó en la larga fila para ver si era cierto que había muerto. Sí. Era el General Zapata el que estaba ahí. Cuando se enteraron, ocultaron a mi abuelo su identidad como hijo de Zapata. Desde recién nacido y hasta la edad de 15 años lo nombraban como Mateo Pérez. Cuando veía una comisión de los federales, el niño corría, pues su abuela Petra le decía que lo iban a matar. Y él no sabía ni por qué.

 Después mi abuelo se enteró, por medio de la familia y de los veteranos de la revolución, quién era su padre, y que no era el bandido que le comentaron, sino un gran hombre, el formador del México en que vivíamos. Le dijeron que él era Mateo Emiliano Zapata Pérez. Le costó mucho trabajo a mi abuelo retomar el apellido, pues desde muy chico su mamá estaba temerosa de que lo mataran. El peso histórico le perjudicó, aunque no lo quisiera.

Publicado el 01 de Abril de 2011

Este material periodístico es de libre acceso y reproducción. No está financiado por Nestlé ni por Monsanto. Desinformémonos no depende de ellas ni de otras como ellas, pero si de ti. Apoya el periodismo independiente. Es tuyo.

Otras noticias de Geografía   méxico   Reportajes  

14 Respuestas a “El bisnieto de Emiliano Zapata propone rescatar y actualizar el Plan de Ayala”

  1. mario vazquez

    saludos a los colaboradores de desinformemonos.
    solicito me puedan proporcionar un enlace con edgar zapata o la fundación zapata, para realizar proyecto en zona sur del d.f.

  2. ojala tu mensaje sea por conviccion y no por convenencia me gustaria leer y saber mas de ti y tu labor estoy convencido de que mi general vive en muchos morelenses y en cada puñado de tierra labrada se escuchan los lamentos de sus ideales.

  3. margarita games de figueroa

    la verdad soy una mujer orgullosa del caudillo del sur por todos sus liberales, por su justicia tan tenas la verdad persona de exelentes criterios . y ahora orgullosamente me ciento del saber de su bisnieto, y hojala se logre retomar lo que quedo pendiente y sobre todo alludar a quien mas lo necesita los mas humildes, pero los mas trabajadores nuestros campesinos.
    VIVA ZAPATA Y QUE LA TIERRA SEA DE QUIEN LA TRABAJA.

  4. María Alvarado

    Hola en la pared de ls casa de mi hijo cuelga el retrato de Emiliano Zapata….mi hijo dice que es el único hombre que ha sido justo con sus ideales….asimismo su hijo se llama Pablo Emiliano en honor a Emiliano Zapata…..

Dejar una Respuesta a Emiliano

Haz clic aquí para cancelar la respuesta.