Hasta hace muy poco tiempo, seis o siete empresas agroalimentarias competían por el mercado de las semillas y los productos químicos en el mundo. En breve tiempo, estas serán solamente tres, si las instituciones que regulan las fusiones empresariales así lo permiten.  Estas tres empresas controlarán el 60 por ciento de las semillas del mundo y el 70 por ciento de los pesticidas y productos químicos utilizados para cultivar alimentos, así como casi todas las patentes de los alimentos transgénicos en el mundo.

Las fusiones corporativas que en este momento analizan los reguladores son la compra de la estadounidense Monsanto, productora de químicos, semillas y biotecnología, por parte de la empresa alemana Bayer.  La intención de la empresa química estadounidense Dow de fusionarse con Dupont y ChemChina que intenta comprar a Syngenta de Suiza. Las inversiones que realizan para lograr las fusiones que las convertirán en mega corporativos van allá de los  cien mil millones de euros.

La alarma ha corrido entre los grupos y organizaciones protectores de la salud y el medio ambiente ante el consumo generalizado de alimentos transgénicos de Estados Unidos, Europa y América Latina por lo que representan estas fusiones, que concentrarían el poder financiero y político que obligaría a la mayoría de los países a adoptar un solo modelo agrícola que excluye y empobrece a los pequeños agricultores quienes desaparecerían en corto tiempo, se reducirá la competencia y los precios de los alimentos e insumos agrícolas se dispararían en sus precios.

Parte del cambio de la consolidación corporativa y del sistema agrícola estadounidense basado en la ingeniería genética está generado a su vez por cambios demográficos y tecnológicos. «La mayoría de los agricultores en países como China son mayores de 50 años. Los jóvenes ya no quieren trabajar en el campo”.

Cada una de las tres corporaciones tendrá acceso a grandes bancos de información genética

Olivier De Schutter, antiguo relator especial de la ONU sobre el derecho a la alimentación y copresidente de Ipes (Panel Internacional de Expertos en Sistemas Alimentarios Sostenibles) señala que las fusiones harán que los países en desarrollo se conviertan aún más en objetivos para la agricultura corporativa. «La frontera de la agricultura industrial se está moviendo hacia el África sub-sahariana. Allí hay un gran mercado y las empresas semilleras dicen que crecerá aún más en los próximos años” dice De Schutter a The Guardian.

“Los entes regulatorios anti-monopolios deben prohibir estas fusiones en todo el mundo, y especialmente en mercados emergentes del hemisferio sur, ya que estas nuevas macrocorporaciones van a expandir su poder y eliminarán de la competencia a las pequeñas empresas locales», afirma Pat Mooney, director de ETC, un grupo que supervisa los negocios y las tecnologías agrícolas mundiales quien considera que las fusiones responden al deseo de estas grandes empresas de controlar el “big data” y el acceso a las patentes, los transgénicos y la propiedad intelectual.

Estas fusiones producirán también aumentos de precios, privatización de la investigación y ejercerán presiones políticas para que los países tengan leyes y una normatividad que les permitan dominar el mercado, aplastar los derechos de los pequeños agricultores y hacer “ilegales” las semillas campesinas, afirma Silvia Ribeiro, directora de ETC para Latinoamérica.

Los expertos opinan que tres empresas controlen el abasto mundial de alimentos, se debe invertir mucho dinero en la agricultura de base. Los pequeños productores son la columna vertebral del abasto alimentario en el mundo, porque representan el 90 por ciento de los agricultores y proveen más del 80 por ciento de los alimentos que se consumen en los países en desarrollo, especialmente en Asia y el África sub-sahariana. 

La lucha por detener las fusiones no sólo está en manos de  los entes regulatorios. Importantes movimientos agrícolas de muchos países en desarrollo aterrorizados por el inmenso poder que tendrían las tres grandes corporaciones, harán presencia ante Naciones Unidas y las conferencias internacionales que se realizarán en Indonesia, México y otros lugares del mundo. Una de estas convocatorias será en Roma, donde se reunirá el comité sobre seguridad alimentaria mundial de la ONU para la Alimentación y la Agricultura.

con información de The Guardian