El 15 de septiembre y el hartazgo mexicano

Atziri Ávila / Desinformémonos

Ciudad de México | Desinformémonos. “Hoy como nunca, el país no tiene independencia y la revolución ha sido secuestrada por las reformas estructurales. Esta fecha se vuelve hueca, y se convierte en un día para reflexionar profundamente sobre la forma de enfrentar y salir de esta emergencia nacional”, afirma a Desinformémonos, Gilberto López y Rivas, investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia, quien asegura que este 15 de septiembre no hay nada que festejar porque incluso lo que se ha llamado fiestas patrias, ha sido despojado de lo que fue la gesta de la independencia y la revolución.

Particularmente, los pueblos indígenas “enfrentan un embate de las corporaciones del estado, del crimen organizado, que es una corporación capitalista más, quienes han visto gravemente amenazadas sus tierras y territorios, todo lo que les da la vida y la reproducción como como pueblos, lo que tiene que ver con la expropiación del territorio, el despojo, la desterriorización.

En este contexto la celebración de la independencia deja de tener sentido, sobre todo porque la actual forma de mundialización capitalista penetra de manera muy grave los territorios que ocupan los pueblos indígenas donde están los recursos que estas corporaciones buscan: grandes porciones del territorio nacional para las mineras, el agua para la Coca Cola y las cerveceras, las costas, los litorales”.

Gilberto López y Rivas afirma que los pueblos indígenas son los que menos tienen que festejar ya que todas estas décadas han sido de destrucción, de muerte y de graves represiones, “se han establecido mecanismos y estrategias de contrainsurgencia pasiva y activa. A pesar de todo lo logrado en la época de los 90’s, luego de la rebelión zapatista y de los acuerdos de San Andrés, ha habido un atentado grave contra el espíritu y la letra de estos acuerdos”.

Frente a la entrega de la soberanía nacional “particularmente a Estados Unidos, la omisión del Estado con respecto al crimen organizado, el cual ha sido incorporado ya a la economía mafiosa que el propio gobierno solapa y del cual es cómplice”, el especialista afirma que “es viable la configuración del delito de traición a la patria según lo establece el artículo 123 de la constitución”.

Paralelo a ello, Gilberto López y Rivas recomienda “mirar experiencias que nos dan un poco de luz y que paradójicamente vienen de los propios pueblos indígenas, particularmente en los territorios zapatistas, o de experiencias como Cherán o la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC-PC) en Guerrero, otras formas en las que los pueblos indígenas se organizan y resisten. Son los pueblos indígenas quienes nos indican el camino de esas formas autosustentables y colectivas de una vida. Tendrá que ser en esa dirección si queremos que el planeta sobreviva a esta catástrofe, ha esta hidra capitalista”.

Carmen Santiago Alonso, directora del Centro de Derechos Indígenas “Flor y Canto” en el estado de Oaxaca, este 15 de septiembre hace un llamado a las y los mexicanos a hacer un análisis profundo de la realidad que México está viviendo, afirma que “cada día, cada minuto, se está hundiendo en la miseria, en la pobreza, en la injusticia y la seguridad. Hay hambre, falta de trabajo, despojo de nuestros territorios, discriminación hacia nosotros como pueblos indígenas. La esclavitud no ha terminado porque nosotros como mexicanos y mexicanas lo hemos permitido”.

Para la defensora indígena “nos hemos educado con otras formas, otras ideas que nos han metido a través de la misma educación, de los medios de comunicación comprados. Hoy la esclavitud se está dando de otra manera y tenemos que despertar. Durante décadas cada uno de los gobiernos federales, estatales e incluso municipales, han hundido a nuestros pueblos y a nuestro país en la pobreza. Nosotros como pueblos indígenas no tenemos nada qué celebrar, qué festejar, porque no hay independencia, porque se ha agudizado la esclavitud en el país. Porque no hemos tenido gobiernos capaces de sacar a México adelante”.

Carmen Santiago Alonso reitera que “un verdadero desarrollo es cuando se toman en cuenta los conocimientos, la sabiduría que tienen los pueblos. Y hoy en día estamos viendo, estamos sintiendo cómo la madre tierra está reclamando los atropellos que hemos cometido. Nada tenemos qué celebrar, mucho tenemos que analizar y proponer para accionar en lo inmediato”.

Abel Barrera Hernández, Director del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan afirma que en la Montaña de Guerrero la pobreza ha devastado a los pueblos indígenas. Los niños en lugar de la escuela, tienen que ir a los surcos de Sinaloa a trabajar junto con sus madres y padres como jornaleros agrícolas. “En este día donde supuestamente el gobierno mexicano celebra la Independencia, no hay nada qué gritar, qué celebrar, qué disfrutar en estas familias abandonadas, unidas en el olvido, que se levantan a las cuatro de la mañana para recoger el fruto amargo de la falta de alimentos”.

En la Montaña “no hay nada qué celebrar, hay que pelear para que haya justicia en el país, para que no haya estos actos burdos de las autoridades que quieren ocultar con ruido la forma nefasta de cómo gobiernan, como el caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa, que sus padres siguen exigiendo justicia. Seguimos en la lucha histórica de resistencia, de dignidad, para colocar en el mundo esta realidad que lastima, esta herida abierta de que se ha abandonado a los pobres, a las víctimas, y que se regodea la clase política cleptómana que celebra, para poder ocultar la tragedia”.


Cristina Aubetbach, integrante de la organización Pasta de Conchos afirma a Desinformémonos que “entre las muchas razones por las que no hay nada qué celebrar, no sólo está la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, ni los 26 mil desaparecidos en el país o los 78 mil asesinados en el periodo de Peña Nieto, sino también está toda la cantidad de niños, mujeres y hombres que están sufriendo tanto por lo que sucede en el país”.

La defensora afirma que en el caso de Pasta de Conchos, “Peña Nieto hizo lo mismo que los presidentes anteriores, no recibió a las familias. Desde el año pasado cerraron el caso de la minera y se lo enviaron al gobernador para que él haga la investigación, encuentre a los responsables y haga el rescate, mientras este ha sido uno de los agresores de las propias familias. Cuando se habla de la defensa del territorio, no sólo hablamos de la tierra sino de nuestros propios cuerpos y de los otros”.

Si bien en México “estamos llegando a un punto de esquizofrenia en la relación con el Estado”, quien un día hace una cosa y luego otra, reacciona con violencia, reprime, desaparece gente, Cristina Aubetbach segura que “sí hay algo qué celebrar, porque seguimos buscando y luchando porque este país es nuestro, no de ellos y pronto lo vamos a recuperar”.

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