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Desastre y desapariciones en Acapulco tras el huracán Otis (II): apuntes introductorios desde la “sociología del desastre”

Mario Pavel Díaz Román / LEVIF

El huracán Otis impactó inesperada y fulminantemente en el centro generador de la mayor fuente de riqueza —Acapulco— del, a su vez, segundo estado con mayor pobreza a nivel país —Guerrero—, y todavía en recuperación tras la pandemia del COVID-19. El huracán fue un “desastre” en el sentido clásico. ¿Cómo analizar eventos de esa naturaleza desde la investigación académica? La “sociología del desastre” [1] es una disciplina que reflexiona sobre cómo estos eventos afectan lo que se considera previsible, pero también muestran qué de “inesperado” y qué de “fulminante” es tal evento caracterizado como “desastre”, así como su grado de naturalidad. También, como sucedió con la pandemia, Otis ha acelerado fuerzas que regían ya los lugares afectados, aunque fuesen fuerzas alejadas de los ojos de los propios habitantes, de las instituciones oficiales o de los medios de comunicación. 

Téngase en cuenta que, contra todo pronóstico, una tormenta tropical evolucionó —en menos de 12 horas— a un huracán de máxima categoría (cinco), con vientos superiores a los 250 km por hora, alcanzando los 330 en su apogeo. La afectación al territorio fue ingente. Los primeros cálculos, aproximativos, son de “hasta 580,000 personas damnificadas, 7,000 hectáreas de construcciones destruidas o dañadas y alrededor de 900 kilómetros de caminos y calles inundados o afectados” [2].

Esas cifras atestiguan que los desastres naturales trastocan y generan su propio orden. Modifican las dinámicas sociales en todo sentido. Evidencian y potencian las desigualdades sociales. Revelan al ojo público un conjunto de problemas que por su gravedad, en algunos casos, se omiten o se silencian. Además, ponen a prueba la capacidad de actuación de las autoridades y pueden cuestionar y horadar los preceptos normativos, al tiempo que desvelan fuerzas en tensión entre un conjunto de actores presentes. Muestran, pues, la composición contradictoria de un orden social. 

La aproximación que voy a realizar en estas líneas es la de una reflexión panorámica general sobre el aspecto macro de Otis en Acapulco. Tras ello, señalaré algunos retos que, en siguientes entregas, se estudiarán desde la óptica de la “desaparición en sentido amplio”.

En este contexto, un evento no antrópico como Otis (por la complejidad de sus retos, un gran albazo del calentamiento global postpandemia) posicionó, de nueva cuenta, uno de las grandes pendientes en materia de derechos humanos: la desaparición. En específico, como se verá en siguientes ensayos, la más impactante está siendo, de momento y por así llamarla, la “desaparición marítima”. Los desaparecidos en el mar abrieron una crisis que reveló los problemas, estructurales, de otras sub crisis.

Fila afuera de la base naval de Icacos, para recibir ayuda humanitaria, sacar dinero de Banjército y demás asistencia. Video: Lizzy Herrera

El gobierno mostró unas estadísticas, mientras que deudos señalaron ineficiencias [3], generando un problema material que, a la vez, es de percepción y que se mantiene a la fecha. Con el paso del tiempo, hubo conteos y censos, algunos desaparecidos pasaron a integrar el conteo de fallecidos, mientras otros siguieron en el limbo. Ello cobró relevancia, sobre todo porque los padrones, en general, permitieron el acceso a apoyos diversos [4]. 

Quizá un elemento que pueda contribuir a tener claridad sea, precisamente, una deliberación en torno a la estadística de las desapariciones en particular, y de los repositorios de datos de criminalidad en general. El cómo integrar los registros estadísticos con fines a posibilitar el acopio de la mayor cantidad de información posible para generar datos de calidad útiles en el diagnóstico de la situación, podría generar insumos válidos y necesarios para calibrar el problema. 

Más aún cuando Otis generó un cataclismo con múltiples efectos en distintos dominios y en interrelación de la vida social y natural y devastó la flora y fauna de manera incuantificable, con particular énfasis en la silvestre [5]. Al paralizar por completo la actividad productiva y generar alteraciones en las cadenas de logística e incomunicar al puerto, el huracán dañó la estructura productiva y de abasto, además de provocar la pérdida de parcelas y sembradíos [6]. La incomunicación, la falta de servicios y la presencia de animales muertos, generaron la configuración idónea para problemas por ingesta de agua no potable, picaduras de mosquitos, y eventual dengue, así como de problemas sanitarios, principalmente, por acumulación de basura y escombro [7].

Frente a esta serie de factores, algunos novedosos, otros magnificados mortíferamente por el huracán, la respuesta de las autoridades de los tres órdenes de gobierno fue magra, por decir lo menos. En síntesis: rápidamente se puso en evidencia la incapacidad y la poca pericia en la atención y gestión de crisis masivas [8]. Largas filas, listas innumerables de personas sin aparecer, falta de suministro de energéticos y alimentos, vías de acceso y salida colapsadas por cuellos de botella, lodo y escombros por todos lados. La respuesta vino por la sociedad autoorganizada, colonos que decidieron emprender labores de limpieza, vigilancia, búsqueda y rescate, tratando de generar un orden en medio del caos [9]. En el ámbito de las desapariciones, estas rémoras, van a coadyuvar a rezagos previos, que se verán en la siguiente entrega.

Sin embargo, por su impacto mediático y su presencia siempre latente, lo que captó la atención de tirios y troyanos fue la presencia del crimen y sus efectos colaterales, en un entorno, ya de por sí, con marcada ausencia de autoridad y donde las organizaciones criminales han tenido un rol de victimarios en las desapariciones violentas.

En este sentido, —aunque sin poder establecer una correlación clara o la linealidad con que aparece en algunos medios de comunicación— el miedo a la falta de abastecimiento en sectores populares pudo haber sido paliada vía el saqueo a comercios y centros distribuidores; sin embargo, en pocas horas se registraron, también, saqueos a centros comerciales, extracción de cajeros automáticos, robo de artículos de lujo y la extracción de bienes de bóvedas bancarias [10]. 

Medios diversos documentaron acciones orquestadas por parte de grupos criminales, identificados como las marcas delincuenciales hegemónicas al impacto de Otis, es decir, “Cártel Independiente de Acapulco” y “Los Rusos”. Sobre los primeros, se trata de un grupo del que se ha señalado que mantiene alianzas con La Familia Michoacana (más activa en la región Tierra Caliente), y que, en algún momento, ha estado enfrentado al “Cártel Jalisco Nueva Generación”. Responsable de bloqueos en el puerto, algunas fuentes denuncian las estructuras de extorsión con la que operan para el cobro de “cuotas” [11]. 

Las diferentes formas de extorsión son, precisamente, un factor clave para comprender el efecto de Otis en las estructuras delictivas, las áreas de oportunidad que se abren para este tipo de negocios, redes y alianzas, o sus debilidades. Precisamente, sobre Los Rusos, recientemente, la Fiscalía de Guerrero desarticuló una célula de medio centenar de personas dedicadas a extorsionar (en toda la cadena mercantil, desde la descarga, a la cuota por producto en venta, además del ofrecimiento de “vigilancia” a personas y espacios), a comerciantes en el mercado de Abastos acapulqueño. Esto mostró modos de operar mafiosos, como el uso de vigilantes o “halcones”, vehículos de transporte, telecomunicaciones y, al menos, una casa de seguridad para almacenar armas y efectuar torturas, secuestros y asesinatos [12], todo al servicio del refuerzo de la cadena productiva criminal y disruptiva de una oferta/demanda típica según los cánones del mercantilismo liberal clásico. 

Es verosímil deducir que ese tipo de estructuras mafiosas/extorsivas están replicadas en las colonias acapulqueñas y que se tensionarán o adaptarán en el contexto post-huracán.

En el fondo, Otis muestra las otras caras del puerto: el vox populi de que grupos criminales, con apoyo de autoridades, regulan una parte de la vida social frente a otras autoridades rebasadas, ausentes o aquiescentes. 

Parte de las actividades en Acapulco se han retomado y se ha puesto a discusión la reconstrucción del puerto. Ojalá, entre los efectos soterrados del huracán, haya una discusión pública, un nuevo “modelo para armar” la ciudad. Quiero terminar sintetizando algo de lo que queda para las siguientes entregas:

-Ubicación de las desapariciones generadas por Otis y vínculos con el contexto de desapariciones previo en Acapulco, así como retos y problemáticas comunes que tengan relación con las situaciones macro descritas en este ensayo.

-Desaparición de espacios geográficos, naturales y urbanísticos, que acrecientan problemas estructurales.

-Conformación de la seguridad legal, ilegal e informal desde el huracán Otis.

Se tratará, como he dicho, de un “modelo para armar” que requiere una originalidad a la altura del desastre. Como es bien sabido, el escritor argentino Julio Cortázar (1914-1984) escribió, a partir de su obra magna Rayuela (1963), el desarrollo de un capítulo de esta: 62/Modelo para armar (1968), una novela experimental que pone sobre la mesa el cómo continuar algo a partir de un giro que no se prevea. Ese tipo de originalidad, salvando las distancias, es la que, a nivel de políticas públicas, demanda el Acapulco post-Otis, donde las problemáticas propias de un modelo de desarrollo desigual y excluyente, con delegación de facultades de gobierno a organizaciones criminales, se unen urgencias humanitarias en cada día transcurrido tras Otis.

***

*Mario Pavel Díaz Román es Doctor en ciencias sociales por El Colegio de México, analiza temas de criminología empírica, delincuencia organizada, derechos humanos y prevención del delito. Actualmente, se desempeña en el sector público, en la rama de su especialización.

Este texto es una colaboración entre el LEVIF (https://www.colef.mx/levif/), de El Colegio de la Frontera Norte, y A dónde van los desaparecidos.

El Laboratorio de Estudios sobre Violencia en la Frontera (LEVIF) es un proyecto académico y humanista de El Colegio de la Frontera Norte que tiene como objetivo analizar la violencia criminal en esta región fronteriza, generar eventos y documentos de divulgación científica sobre el tema.

La opinión vertida en esta columna es responsabilidad de quien la escribe. No necesariamente refleja la posición del LEVIF ni de A dónde van los desaparecidos.

Referencias

[1] Alicia María Juárez Becerril, “Reflexiones en torno a la sociología del desastre, unidad de análisis en un caso concreto de México”, Acta Sociológica, núm. 50, 2009, 13-36, https://www.revistas.unam.mx/index.php/ras/article/view/18717/17769 , resume el debate y muestra trabajo de campo hecho en el país para cuestionar qué se entiende por “desastre”. No puedo ser exhaustivo sobre la materia, pero Stephanie Perkiss y Lee Moerman, “Hurricane Katrina: Exploring justice and fairness as a sociology of common good(s)”, Critical Perspectives on Accounting, vol. 67-68, 2020, https://doi.org/10.1016/j.cpa.2017.11.002 han escrito un artículo que puede servir de comparación entre el huracán Katrina (que alcanzó la categoría cinco el 28 de agosto de 2005), en EEUU (y que dejó miles de muertos) y Otis, que, a pesar de que la cifra oficial de fallecidos es menor, se configura como un huracán de consecuencias múltiples en una zona que partía de rezagos mucho mayores que las afectadas en EEUU.

[2] Elías Camhaji, “Mapas | El rastro de destrucción de ‘Otis’ en Acapulco”, El País, 31 de octubre de 2023, https://elpais.com/mexico/2023-10-31/mapas-el-rastro-de-destruccion-de-otis-en-acapulco.html

[3] Jesús Guerrero, “‘Hay muchos más muertos de los que dice el gobierno’, asegura una mujer”, 29 de octubre de 2023, Amapola Periodismohttps://amapolaperiodismo.com/2023/10/29/hay-muchos-mas-muertos-de-los-que-dice-el-gobierno-asegura-una-mujer/ 

[4] Amapola Periodismo, “Con otro bloqueo en la costera afectados por Otis exigen ser incluidos en censo”, 28 de noviembre de 2023, https://amapolaperiodismo.com/2023/11/28/con-otro-bloqueo-en-la-costera-afectados-por-otis-exigen-ser-incluidos-en-censo/ El censo de casas para la distribución de ayudas, en un ambiente ya cuasi preelectoral rumbo a las elecciones de junio 2024, y, en todo caso, susceptible de continuar polarizándose, ha llevado, incluso, a la discusión sobre posibles usos tendenciosos para señalar políticamente a quien asumiera ser o no censado. Este rumor debería entenderse en la línea del contexto explicado en la entrega previa a esta, en específico, en “Consideraciones sobre los rumores tras el huracán Otis en Acapulco (Guerrero, México)”, https://adondevanlosdesaparecidos.org/wp-content/uploads/2023/11/Rumores.mp3 

[5] Itzel Urieta, “Sin fecha para una recuperación ambiental en Acapulco después de Otis, dice titular de Semaren”, Amapola Periodismo, 30 de noviembre de 2023, https://amapolaperiodismo.com/2023/11/30/sin-fecha-para-una-recuperacion-ambiental-en-acapulco-despues-de-otis-dice-titular-de-semaren/ 

[6] Itzel Urieta, “Impacto de Otis en la economía, el campo y el turismo, temas principales en las comparecencias de estos sectores”, Amapola Periodismo, 30 de noviembre de 2023, https://amapolaperiodismo.com/2023/11/30/impacto-de-otis-en-la-economia-el-campo-y-el-turismo-temas-principales-en-las-comparecencias-de-estos-sectores/

[7] Amapola Periodismo,“‘Escenario hostil’ para la población de Acapulco sino hay un plan emergente de separación de residuos con la basura que dejó Otis”, 4 de diciembre de 2023, https://amapolaperiodismo.com/2023/12/04/escenario-hostil-para-la-poblacion-de-acapulco-sino-hay-un-plan-emergente-de-separacion-de-residuos-con-la-basura-que-dejo-otis/

[8] Arturo de Dios Palma, Emiliano Tizapa Lucena y Jesús Guerrero, “Tlacolol-Otis desmaquilló a los tres órdenes de gobierno con un Acapulco devastado”, Amapola Periodismo, 1 de noviembre de 2023, https://amapolaperiodismo.com/2023/11/01/tlacolol-otis-desmaquillo-a-los-tres-ordenes-de-gobierno-con-un-acapulco-devastado/ 

[9] Beatriz Guillén, “Radiografía de una catástrofe: Acapulco se asoma al caos tras la devastación de ‘Otis’”, El País, 31 de octubre de 2023, https://elpais.com/mexico/2023-10-31/radiografia-de-una-catastrofe-acapulco-se-asoma-al-caos-tras-la-devastacion-de-otis.html

[10] Pablo Ferri, “Las balas silban de nuevo en Acapulco”, El País, 31 de octubre de 2023, https://elpais.com/mexico/2023-11-20/las-balas-silban-de-nuevo-en-acapulco.html En otros casos notorios, algunas empresas organizaron con sus trabajadores el acceso a sus bodegas por parte de la población, ello con la finalidad de que las instalaciones no fuesen vandalizadas.

[11] Infobae, “Quiénes están detrás del Cártel Independiente de Acapulco, que le declaró la guerra al ‘Mencho’ y al CJNG en Guerrero”, 4 de abril de 2019, https://www.infobae.com/america/mexico/2019/04/04/quienes-estan-detras-del-cartel-independiente-de-acapulco-que-le-declaro-la-guerra-al-mencho-y-al-cjng-en-guerrero/; Manuel Espino, “Captura de mamá del operador del Cártel Independiente desató bloqueos en Acapulco”, 4 de agosto de 2023, El Universalhttps://www.eluniversal.com.mx/nacion/captura-de-mama-del-operador-del-cartel-independiente-desato-bloqueos-en-acapulco/ 

[12] Luis Daniel Nava, “Desarticulan célula de Los rusos que operaba en el mercado de Acapulco”, Proceso, 8 de diciembre de 2023, https://www.proceso.com.mx/nacional/estados/2023/12/8/desarticulan-celula-de-los-rusos-que-operaba-en-el-mercado-de-acapulco-320056.html 

*Foto de portada: Lucía Flores/ Obturador MX

Publicado originalmente en A dónde van los desaparecidos

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