«El gobierno renunció a la obligación de combatir el crimen ambiental», apuntó el Observatorio del Clima, conformado por más de 60 organizaciones.
La deforestación de la Amazonia brasileña batió en junio su cuarto récord mensual consecutivo y arrasó en los primeros seis meses del año tres mil 609 kilómetros cuadrados, un 17 por ciento más que en el mismo periodo de 2020, según datos oficiales publicados el pasado viernes.
En junio, el desmate fue de mil 062 kilómetros cuadrados, la peor cifra desde que empezaron las mediciones en 2015 con el sistema de observación por satélites Deter del Instituto Nacional Investigaciones Espaciales.
El récord anterior databa de junio del año pasado, con mil 043 kilómetros cuadrados deforestados.
El vicepresidente Hamilton Mourao, que preside el Consejo Nacional de Amazonía Legal (CNML), anunció el mes pasado una nueva operación militar para controlar la deforestación en la región.
Una operación similar se llevó a cabo en 2020, con resultados cuestionados por las organizaciones sociales que atribuyen el aumento de la tala de árboles a la política del presidente Jair Bolsonaro, favorable a la apertura de la región a actividades madereras, agropecuarias y mineras.
Los datos de junio «muestran otro triste récord para la selva y sus pueblos«, declaró Rómulo Batista, portavoz de la campaña Amazonia de Greenpeace.
«El gobierno renunció a la obligación de combatir el crimen ambiental», apuntó por su lado el Observatorio del Clima, una red de más de 60 organizaciones y movimientos sociales, para la cual «Bolsonaro impulsó cambios de normas y paralizó la estructura de control».
Estos datos son los primeros bajo la gestión del nuevo ministro de Medio Ambiente, Joaquim Alvaro Pereira Leite, tras la renuncia de Ricardo Salles, presionado por una investigación sobre su presunta implicación en un esquema de exportación ilegal de madera a Estados Unidos y Europa.
Mourao expresó el martes su expectativa de que la movilización militar permita «reducir entre 10 y 12 por ciento» el índice de deforestación verificado desde agosto del año pasado hasta julio de este año, el periodo que sirve de referencia.
La idea sería reducir la tala en ese lapso a menos de 10 mil kilómetros cuadrados, un número que fue superado en los últimos dos años por primera vez desde 2008, según el sistema Prodes del INPE.
Desde agosto de 2020 hasta junio de 2021, la cifra se elevaba a siete mil 295 kilómetros cuadrados. En los dos primeros días de julio, hubo 216 kilómetros cuadrados deforestados.
La febrilidad de la deforestación se observa igualmente en el número de incendios amazónicos en junio: dos mil 308, un 2,3 por ciento más que en junio de 2020, de acuerdo con el INPE.
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Fuente: Noticias RCN
Publicado originalmente en Servindi.
