El 29 de junio de 2008 los nahuas de Ostula apoyados por los comuneros de El Coire y Pomaro, recuperaron un territorio de mil hectáreas que durante 40 años estuvo invadido por supuestos pequeños propietarios provenientes de la comunidad de La Placita. Las tierras recuperadas durante años han sido disputadas por narcotraficantes, inversionistas inmobiliarios, los supuestos pequeños propietarios y empresas mineras. Sólo que pertenecen a los nahuas.

Aunque el precio de la recuperación ha sido muy alto en términos de represión, por lo menos una decena de asesinatos de comuneros y dos secuestros, amenazas y agresiones, los comuneros de Ostula están decididos a defender sus tierras: “A cuántos más nos pueden matar…somos miles y pues nos tendrían que matar a todos para sacarnos de aquí”.