Temacapulín: «Que los sepa el gobierno, no nos vamos a salir»

Mónica Montalvo Méndez Fotos: Liliana Zaragoza Cano

Jalisco, México. «Siempre hemos luchado por la vía legal y apegados a derecho, pero ellos se burlan de la Suprema Corte. Ellos hacen sus leyes como un chaleco a su medida. Yo soy vieja pero me he vuelto una vieja rebelde y entiendo a los pueblos autónomos, porque si queremos caminar legalmente no nos dejan. Que sepa el gobierno: no nos vamos a salir, palabra de una vieja», afirmó la señora Mary Chuy durante la Temacarava, recorrido organizado para constatar el incumplimiento de las autoridades al ordenamiento legal que impide elevar la cortina de la presa El Zapotillo más allá de 80 metros.

La lucha de Temaca es como la de David contra Goliat: un pequeño pueblo en los Altos de Jalisco que lucha para seguir existiendo, tanto contra autoridades de diverso nivel e intereses trasnacionales, como contra los que piensan que se puede justificar una obra que viola el derecho de las minorías por el bien de las mayorías. Así se siente especialmente cuando la gente de ese pequeño pueblo de los Altos de Jalisco se planta frente a la abrumadora cortina del embalse, como sucedió el primero de junio durante la Temacaravana, una misión de observación de habitantes y sociedad civil. “No nos vamos a ir», repitieron una y otra vez los pobladores mientras miraban el monstruo llamado presa El Zapotillo.

Frente a ese muro de concreto también llegaron los recuerdos de su largo camino de resistencia: marchas, foros, caravanas, tomas, amparos, oraciones elevadas al cielo y plegarias al Señor de la Peñita y a la Virgen de los Remedios, para parar la maldición que llegó con el nombre de presa en el año 2005.

También recordaron a los muertos que dejó la lucha de nueve años contra este megaproyecto –impuesto por autoridades y trasnacionales–, a aquellos que se fueron con el miedo y dolor de saberse condenados, de saber que el lugar donde nacieron, crecieron, trabajaron y criaron a sus hijos, quedará bajo el agua. La presa trajo peleas entre familias, burlas de pueblos cercanos y cambios de estilo de vida, pero también logró unir a la población, hacerla más fuerte. Encontraron dentro de ellos un fuerza que no conocían, que se escucha en sus palabras; hombres y mujeres, viejos y jóvenes que siguen tomando el megáfono para compartir su camino, ante aquellos que siguen queriendo escuchar la historia y lucha de un pueblo que se niega a desaparecer.

Temaca, junto con grupos acompañantes, realizó un invitación para realizar este 31 de mayo, 1 y 2 de junio la «Temacaravana», con el objetivo de realizar una inspección popular en relación a la altura de la cortina, y verificar el incumplimiento que realizan las autoridades de Jalisco y la Comisión Nacional del Agua (Conagua) a una orden de la autoridad legal de mayor peso en México: la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

Pero además de comprobar lo que es de conocimiento público, que se sigue trabajando en el Zapotillo, la «Temacaravana» también sirvió para recordar el camino andado visitando los escenarios de una resistencia que se volvió emblemática en Jalisco.

El sábado 31 de mayo, desde la mañana dieron cita los diferentes grupos de Guadalajara, México y otras partes que acompañaron a la caravana. Al menos 200 personas acudieron a la invitación del poblado. Ese día se presentaron los objetivos de la jornada de tres días, para terminar con un evento cultural. La solidaridad es desde hace años un factor muy importante en la lucha.

«Que el agua alcance para todas y todos y para siempre, que los ríos sean respetados y librados del saqueo. Que se logre un manejo del agua apropiado superando intereses mezquinos. Que se pare la lluvia de injusticia y que llegue el buen temporal», fueron unas de las palabras de bienvenidas de Gabriel Espinoza, vocero del Comité Salvemos Temaca.

La música fue acompañante esa noche del sábado, como lo es en la exigencia de los temacapulenses de parar la presa. En el 2008, en el marco del encuentro Mapder, Manuel Carvajal, conocido como «El bombón», junto con habitantes de Guadalajara, compusieron la canción de «Entre cuatros cerros», que se convirtió en un himno de esta lucha, y que inspiró que se grabara con un disco con canciones que ponen en manifiesto el sentimiento de la comunidad -se incluyen canciones como «Señor Pitágoras» y «Adiós Temaca». Entre las canciones que se compusieron en la actualidad está la canción «No venderé», inspirada en la ranchera «No volveré».

Junto con la música, la lucha de Temaca también ha sido acompañada de proyectos culturales y deportivos, que a la fecha ya son incorporados como parte del calendario festivo de la comunidad, como es la Feria del Chile, donde se centra una de las producciones mas significativas de la región: el chile de árbol Yahualica. La carrera de Los Remedios consigió ya en sus cinco ediciones traer a corredores de toda la región. Se hacen recorridos en bicicleta como en la ciudad de Guadalajara con apoyo de GDLEnbici, y desde los visual gran cantidad de videos y documentales, como «Entre Cuatros Cerros», «Pertenezco a Temaca», «Un río corre a través de nosotros», «Temacapulín, pueblo luminoso», y más. Muchos de ellos se pueden encontrar en el canal de Youtube Noalzapotillo.

El domingo, a través de las bocinas de la iglesia, se pidió reunir a todos los participantes en la plaza del pueblo. En 23 camionetas y coches se inició el recorrido. La primera parada: el Río Verde.

Abigail Agredano -del Comité Salvemos Temaca- habló de su recuerdo de niñez, donde el río fue no solo el espacio de juego, sino también el lugar de donde provenía alimento: el río significaba alegría. Denunció el saqueo por parte de las areneras, que además trajo contaminación;  los pozos que perforan también provocaron que  varias personas a lo largo de los años se ahoguen. «No es justo que se acaben los ríos, no es justo que toda el agua esté contaminada, los ríos libres van dejando vida donde pasa y un rio represado va dejando muerte». Alfonso Iñiguez, delegado de la comunidad, enfatizó la responsabilidad de las instancias de gobierno -como la Conagua y Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) Jalisco– al no hacer nada para evitar la actividad de las areneras.

Se continuó el recorrido. Se llegó al poblado del  Zapotillo, donde está la cortina de la presa que lleva su mismo nombre. Ahí no se pudo entrar, a pesar de que se hizo la solicitud para poder hacer la inspección: estuvo resguardada por policía estatal.

Toda la caravana se dirigió a un terreno que se encuentra a lado de la construcción, donde se puede apreciar la obra de infraestructura impulsada por la Conagua y por los gobiernos de Guanajuato y Jalisco. Los ojos de varios de los temacapulenses se llenaron de lágrimas: estaban frente a ese monumento a las promeses de decenas de autoridades, de respetar la exigencia de Temaca, promesas incumplidas en su totalidad.

«Estamos aquí para descubrir un obra que se hace contra la ley, contra los pueblos, contra la vida y  sobre las garantías individuales y colectivos no solo de Temaca, Acasico y Palmarejo, sino de Jalisco y México, por eso que estamos mirando aquí, eso que el escenario de miles y miles de pueblos de México y el mundo», exclamó el vocero.

El sacerdote Gabriel Espinoza realizó un recuento de algunas de las acciones más significativas de la lucha del pueblo alteño. Recordó cómo en una reunión con el exgobernador panista Emilio González, a inicios de 2008, prometió que si el 50 por ciento más uno de los pobladores no quería hacer la presa, no se haría: dos semanas después mandó a funcionarios para una reunión donde la gente tenía que escoger entre tres opciones para su reubicación. Se realizó un bloqueo a la entrada del pueblo para no permitir entrar a los burócratas; la gente no asistió a la reunión, porque no está de acuerdo con la reubicación. Días después se realizó el V Encuentro Mapder y se formó el Comité Salvemos Temaca Acasico y Palmarejo, que continúa hasta hoy.

Ese mismo año se hizo la primera visita a la cortina de manera colectiva. Durante esa bajada a la presa, el camino todavía estaba lleno de flores, únicamente había dos túneles y pocas personas trabajando. Las autoridades se negaron a dar información sobre el proyecto, práctica que es sistemática e implica una violación a los derechos de las comunidades.

Se realizaron dos visitas a la cortina en octubre del 2010, en el marco del tercer Encuentro Internacional de Afectados por la Presa “Ríos para la vida”. Días después se realizó la “Acción mundial por Temaca”, con acciones en más de diez países como Brasil, Colombia, India, Turquía, Ecuador, Estados Unidosy México, así como una de las manifestaciones más grandes en Guadalajara, con más de mil personas.

En el 2011, con respaldo de un amparo, se decidió tomar la obra durante una semana; entonces se logró el paro total de los trabajos de la presa. Como resultado se realizaron cuatro mesas de diálogo en las que se analizaron los aspectos, legales, técnicos, sociales y ambientales. Ahí se reafirmaron muchas de las deficiencias que tiene este proyecto, pero también la nula disposición de las autoridades a entablar un diálogo serio con los afectados y expertos que presentaron cuestionamientos. Fue un diálogo de sordos, definieron los habitantes. En Tepatitlán se realizó la última mesa, en la cual no se retomó nada de lo trabajado y el entonces director de la Conagua, Luege Tamargo, dijo: «La presa va por que va». Lo discutido ahí se repitió en las mesas realizada con el gobierno priista de Aristóteles Sandoval en el 2013.

La abogada Claudia Gómez hizo un recuento de la lucha legal, en la que se lograron logros significativos. A lo largo de nueve años se interpusieron 18 amparos, que se enfrentaron al incumplimiento de las autoridades. Resaltan el fallo de la SCJN sobre el nivel de la cortina, la cancelación del Talicoyunque, y los dos amparos ganados recientemente, en los que el juez primero de distrito en Materia Administrativa y del Trabajo, resolvió una suspensión definitiva para que el gobierno del estado no intervenga en la elevación de la cortina a 105 metros.

Mary Chuy, del Comité Salvemos Temaca, Acasico y Palmarejo, tomó el micrófono y con la voz entrecortada dijo: «Siempre hemos luchado por la via legal y apegados a derecho, pero ellos se burlan de la Suprema Corte. No entiendo por qué no quitan ese órgano, por qué nos piden que vaya en la vía legal. Ellos hacen sus leyes como un chaleco a su medida. Yo soy vieja pero me he vuelto una vieja rebelde y entiendo a los pueblos autónomos, porque si queremos caminar legalmente no nos dejan, y que sepa el gobierno: no nos vamos a salir, palabra de una vieja».

La Temacaravana continuó el camino y llegó a Talicoyunque, un predio en Cañadas de Obregón donde se empezó a construir el “nuevo” centro de población de Temacapulín –que se logró detener por un proceso legal. En este predio se realizó un campamento que duró más de 20 días en el mes de octubre del 2010, y los habitantes dijeron que Temaca está bien ubicado, lo que hay que reubicar es la presa. Sumándose a la voz de rechazo a este predio, se dio en junio del 2011 la visita del relator de Naciones Unidas, Oliver de Schutter, quien recalcó que no hay condiciones para garantizar el derecho a la alimentación si se realiza la reubicación.

«No hay forma justa de indemnización. Nuestra vida, historia, cultura, tradiciones, casas, lugares sagrados, aguas termales, Río Verde, nuestra libertad, iglesia y paz, no tienen precio», apuntó el vocero del comité.

Después de la visita a Talicoyunque, la caravana volvió a la comunidad. Al día siguiente, se presentaron los resultados de la inspección. El documento “Temacaravana, auditoría popular a la presa El Zapotillo”, firmado por José Esteban Castro, profesor investigador de la Universidad de Newcastle, Inglaterra, y coordinador de la Red Waterlat; Luis Gabriel Torres González, profesor investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) y coordinador de Servicios y Asesoría para la Paz; Alicia Carriquiribor, de Fian Internacional Sección Mexicana–Espacio DESC, entre otros, señala que: «lo que se observa es una intrincada red de instituciones privadas y del Estado en sus distintos órdenes, operando en el territorio de espaldas a los sectores sociales que proponen alternativas, exigen transparencia y reclaman sus derechos humanos a la vida, a la salud, a la alimentación, al agua, a la vivienda, a la identidad, a la consulta y a la participación democrática e informada, entre otros derechos, todo ello en perjuicio al patrimonio cultural y ambiental de los pueblos. Insistimos en la necesidad de que las autoridades responsables y las empresas constructoras -nacionales e internacionales- de este tipo de proyectos respeten el estado de derecho pues es justamente la legalidad lo que garantiza la paz social y la seguridad jurídica que las minorías necesitan para vivir con dignidad en un Estado que se pretende democrático».

Sobre el proceso judicial apuntaron que: «las autoridades locales, en una clara alineación con la estrategia nacional, han perdido sus capacidades de interlocución, al cerrarse a los conocimientos y alternativas que se construyen desde la sociedad, con lo que evaden su responsabilidad y permiten que el destino de nuestros bienes se discuta en las oficinas de las empresas privadas y de los altos funcionarios gubernamentales. Esta Comisión de Observación pudo constatar que la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) y las empresas constructoras, no han emprendido las acciones jurídicas y administrativas necesarias para dar cumplimiento tanto a la sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, como a las suspensiones definitivas y provisionales recientemente obtenidas en juicios de amparo por la comunidad».

«No dejemos que siga lloviendo injusticia», llamó Gabriel Espinoza. «Durante  nueve años las autoridades han actuado fuera de la ley, y últimamente  la Conagua utiliza al propio ayuntamiento, al gobierno del estado y a la fundación México Sustentable para fracturar el tejido social de Temacapulín, con el supuesto gesto de bondad. Los observatorios ciudadano e interinstitucional, son otra cara de esta lluvia de injusticia, justificada con una falsa preocupación de distribución de agua  a Guanajuato, cuando el verdadero objetivo es la privatización del agua concesionándola  a la empresa española  Abengoa para las próximas décadas».

«Haremos no solo lo que está a nuestro alcance, sino hasta lo imposible para defender lo que es nuestro», enfatizó el padre Espinoza. «Nuestra lucha es por la vida, dignidad y libertad, y a pesar de que algunos creen que estamos perdidos, seguimos en pie de lucha».

09 junio del 2014

Este material periodístico es de libre acceso y reproducción. No está financiado por Nestlé ni por Monsanto. Desinformémonos no depende de ellas ni de otras como ellas, pero si de ti. Apoya el periodismo independiente. Es tuyo.

Otras noticias de Geografía   méxico   Reportajes   Reportajes México  

Dejar una Respuesta