Fotos: Gerardo Magallón
Ciudad de México | Desinformémonos. Estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y normalistas rurales denunciaron los casos de abandono y corrupción en sus escuelas durante la marcha para exigir justicia por la masacre del 2 de octubre de 1968.
Ascencio Pantoja, de 20 años de edad y estudiante en la licenciatura de Educación Primaria en la Escuela Normal Rural de Atequiza, Jalisco, comentó que él y sus compañeros fueron a “levantar la voz”, pues en su escuela “se está violando el artículo tercero constitucional al negarse el acceso a la educación a varios jóvenes”. Molesto por la situación, acusó que las escuelas rurales en Jalisco “están en total abandono, las instalaciones son viejas y nunca las han remodelado, las sillas de los salones están podridas y rotas, y así no hay condiciones para estudiar”.
“Antes no había presencia de las normales rurales en las marchas del 2 de octubre, pero ahora nos compete hacer presencia, luchar y exigir nuestros derechos. Salimos de forma pacífica, no hacemos nada ilegal. No se necesita militarizar las aulas, necesitamos un país con paz”, puntualizó el joven.
Por su parte, Julián Galán, de 17 años y estudiante de la carrera de Arquitectura en la Escuela Superior de Ingeniera y Arquitectura (ESIA) del IPN, denunció: “en mi escuela hay mucha corrupción porque el personal que labora dentro consigue los lugares y los venden a los jóvenes para que sean alumnos de este plantel, aunque no hayan aprobado el examen de admisión”.
“Mi amigo Alfredo no se quedó en Zacatenco, a pesar de sacar un alto puntaje. Él investigó y supo que ya no había más lugares porque ya habían sido vendidos. También en los CECyT (Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos) pasa lo mismo. En el IPN la corrupción es increíble”, señaló.
A la marcha del 2 de octubre asistieron activistas, estudiantes, colectivos y organizaciones solidarias para exigir que la matanza de Tlatelolco no quede en la impunidad y un alto a la militarización del país.
“Vengo con mis amigos para exigir justicia y dignidad. Da coraje cada vez que se revive lo que pasó en el 68”, dijo a su vez Andrea Tautiva, de origen colombiano y nacionalizada mexicana, exalumna de la UNAM. “Mientras mantengamos la memoria viva por los muertos, por los que ya no están, seguirán vivos, debemos ser su voz”, sentenció.
“Lo que sucedió fue un abuso de poder. Sabemos que salir a protestar es un riesgo, pero ver tanta fuerza policíaca y militar aquí en el Zócalo me hace pensar que es porque nos tienen miedo”. Pero como muchos otros que se congregaron este domingo frente al Palacio Nacional, dijo, “seguiré luchando por los derechos porque es por el respeto a la vida”.
