Reyna Gómez Solorzano es una mujer de 60 años, hirió con un cuchillo a su marido, intentando escapar de una golpiza de las que había vuelto a darle. Para cuando la ambulancia llegó a la casa, media hora después que ella misma la llamara, el sujeto había muerto y ella fue encarcelada. Tras ocho meses de prisión en una cárcel de Chetumal, en Quintana Roo, fue condenada a 25 años de prisión por homicidio. Reyna Gomez Solorzano tiene 60 años.

Ni juez ni fiscal consideraron como atenuantes el contexto de la agresión, ni los años que había sido sometida a la violencia, o que la herida fue en defensa propia y que incluso intentó socorrerlo tras haberlo hecho.

La violencia no acabó ahí para esta mujer, en el ámbito de lo privado, sino que luego vino la violencia institucional. La Comisión de Derechos Humanos emitió una recomendación a la Procuraduría de Justicia de Quintana Roo por haber sometido a Reyna a un «trato cruel y degradante, detención arbitraria e incomunicación.» Denunciando lo mismo se manifestaron en solidaridad con Reyna en Cancún, exigiendo su liberación y señalando el accionar ilegal de la Procuraduría en el caso. Señalaron la inoperancia y falta de apoyo del Instituto Nacional de la Mujer en el caso.

«Es víctima de violencia y es víctima del sistema, porque no le dan asistencia legal adecuada, ni en su caso se aplica el protocolo de investigación con perspectiva de género que mandata la Suprema Corte de Justicia» explicó Virginia Betanzos, de la Red Peninsular de Mujeres a la reportera Adriana Varillas.

Su defensa apeló el fallo, en un intento por reducir la condena.