Ciudad de México | Desinformémonos. La casa comunitaria Chanti Ollin fue desalojada violentamente la madrugada del 22 de noviembre por la policía de la Ciudad de México, que además detuvo arbitrariamente y sin órdenes de aprehensión a 26 integrantes de este centro cultural ubicado en Melchor Ocampo 424, en la delegación Cuauhtémoc.
La Secretaría de Gobierno de la Ciudad de México publicó a través de Twitter que el operativo se llevó a cabo en coordinación con la Procuraduría General de Justicia y la Secretaría de Seguridad Pública, y difundió:
“Esta madrugada recuperamos predio invadido en Melchor Ocampo 424, col. Cuauhtémoc,…”
Varias horas después, los miembros de Chanti Ollin anunciaron en sus redes sociales que por lo menos 25 de sus compañeros detenidos fueron liberados por ser “inocentes del delito de despojo”, pero aclararon que aún faltan “sus compañeros extranjeros”. Ante esto, convocaron a la realización de una “barricada cultural” en la casa sede del centro cultural.
“Una vez más el mal gobierno presidido por Mancera manda reprimir un movimiento cultural y artístico”, denunciaron a través de Facebook. Añadieron que el acto de la policía fue “desmedido” y que el lugar fue “tomado por asalto”, “con lujo de violencia” y “sin mostrar una orden judicial expedida por un tribunal y no se notificó previamente el desalojo. Incluso allanaron los edificios vecinos para abrirse paso”.
“El Chanti, al igual que muchos predios en la Ciudad de México, fue abandonado por sus ex arrendatarios hace muchos años y el dueño murió, la compañía arrendadora quebró y el predio quedó intestado. Fue entonces que a partir del año 2003 un grupo de jóvenes, emprendió la tarea de darle vida cultural y comunitaria a dicho inmueble. Se ocupó el inmueble con arte, cultura y ecología. Abriendo el espacio como un punto de encuentro para los jóvenes, así como también para los movimientos sociales”, explicó Chanti Ollin en un comunicado.
Denunciaron que numerables veces han sido objeto de la “persecución e investigación política” que considera que la casa donde llevan a cabo sus actividades fue invadida. Además, acusaron la existencia del “proyecto de gentrificación de la CDMX, impulsado por los funcionarios entreguistas de la administración del gobierno de la Ciudad, que en contubernio con empresarios rapaces intentan vender, privatizar y elitizar los espacios públicos”.
Luego del desalojo, varios grupos y organizaciones, como el Movimiento Urbano Popular-Frente Nacional del Movimiento Urbano Popular (MUP-FNAMUP) y la Unión Popular Revolucionaria Emiliano Zapata (UPREZ)-Benito Juárez, condenaron el violento desalojo y sentenciaron que se trató de un ejemplo más del abuso de poder y la impunidad en el país, específicamente en la Ciudad de México.
Desinformémonos realizó un reportaje sobre el centro cultural comunitario Chanti Ollin en agosto de 2013, en el que se definió como un “espacio que abre sus puertas a todo aquel que esté dispuesto a buscar, encontrar y compartir nuevas y antiguas maneras de vivir en armonía con la naturaleza”.
Los fines del Chanti son sociales y culturales abiertos al cambio, cuyo desarrollo ha dependido del trabajo en conjunto con otras organizaciones, proyectos, colectivos, luchas sociales y causas culturales, de acuerdo con uno de los activistas con más tiempo en el lugar.
El Chanti se ve a sí mismo como un Calpulli, la antigua escuela de los mexicas. Su objetivo es recuperar las antiguas concepciones, buscar la recuperación de la historia de los mexicanos a través de actividades diferentes, como la preparación de pan o la construcción de baños secos, además de cosechar en su azotea verde frutos y semillas.
Además, en el lugar se conforman grupos de danza y teatro que se dirigen a diversas ciudades y comunidades, con la idea de crear un espacio colectivo y comunal abierto a cualquier tipo de público.
Sin embargo, el gobierno los consideró invasores. Tanto, que ordenó su desalojo, detención y represión. Sin importar esto, los integrantes aseguraron que mantendrán la lucha, con la organización y la resistencia al frente.
