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Ciudad de México | Desinformémonos. Las “medidas estrictas” contra la migración, como lo son el cierre de fronteras terrestres o marítimas, no frenan los flujos migratorios, sino sólo obligan a los migrantes a cambiar de rutas que los vulneran aún más, señaló la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) en su primer análisis global del tráfico humano.
De acuerdo con la UNODC, “las medidas de control fronterizo más estrictas aumentan con frecuencia los riesgos para los migrantes y proporcionan más oportunidades de beneficio a los traficantes».
Los representantes de la Oficina señalaron que al menos 2.5 millones de personas migraron a través de traficantes en 2016, los cuales obtuvieron ganancias de entre 5 mil 500 millones y 7 mil millones de dólares por prestar sus servicios ilegales.
Recordaron que muchas veces los traficantes están coludidos con funcionarios de varios niveles del gobierno, lo que permite que el crimen quede en la impunidad y esté protegido por los mismos gobiernos.
Las cifras presentadas por la Oficina de la ONU apuntan que tan sólo entre 2014 y 2015 al menos 735 mil personas migraron de Centroamérica a América del Norte, con Estados Unidos como principal punto de destino. Sin embargo, los migrantes ahora temen la criminalización y la deportación como consecuencias de las políticas antimigratorias del actual presidente estadounidense Donald Trump.
Otra de las rutas migratorias más grandes es la del Mediterráneo y la que conduce del centro al norte de África, con 380 mil migrantes cada una sólo en 2016, indicó la UNODC.
Agregó que los gobiernos no deberían arremeter contra las rutas cambiantes, sino los feudos de tráfico de personas, los cuales son más estables y son a donde los traficantes acuden en masa en busca de migrantes.
Por ello, llamó a los países a abrir canales legales migratorios y a ofrecer oportunidades alternativas de ingresos a gente con bajos recursos que se convierten en traficantes de personas, pero sobre todo recordó a los gobiernos que tengan en cuenta que muchos de los traficantes trabajan con funcionarios corruptos en varios niveles.
