Ciudad de México | Desinformémonos. A casi cuatro meses de que Maximiliano Gordillo Martínez saliera de Chiapas y fuera desaparecido en un retén migratorio permanente, establecido en Chablé, en los límites de Tabasco y Campeche, autoridades del Instituto Nacional de Migración (INM) y la policía estatal del tabasco siguen sin dar las respuestas sobre su ubicación y mientras eso sucede, Maximiliano corre más peligro, dijo a Desinformémonos, Mario Alberto Ortega Gutiérrez, abogado integrante del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas.

“Es parte de una política migratoria represiva y discriminatoria, que aumenta a su vez la grave crisis sobre la situación de los derechos humanos”, coinciden las organizaciones CDH Fray Bartolomé de las Casas, Voces Mesoamericanas, La 72, hogar – refugio para personas migrantes y familiares de Maximiliano Gordillo.

A partir de que organizaciones civiles de Chiapas emprendieron investigaciones sobre el paradero de Maximiliano, sólo han recibido “fabricación de versiones” por parte del INE, quien, a pesar de que existen testimonios sobre la detención de otras seis personas en el mismo retén y que de hecho fueron bajados del mismo autobús que el joven chiapaneco, el INE niega que haya sido detenido y afirma no tener registro ni de su nombre ni de sus características, afirman que ese día hubo un oficial de migración perdido y que nadie se encontraba en la oficina porque se  en acciones de búsqueda para rescatar al oficial.

Ortega explica que Maximiliano salió por primera vez de su comunidad Tzinil, municipio de Socoltenango, en Chiapas, para buscar, como es costumbre entre los jóvenes de ahí, mejores oportunidades laborales y por ende económicas. Cuando se dirigía con un amigo a Playa del Carmen fue bajado del autobús que los transportaba por servidores del INM, quienes bajo el argumento de que parecía “migrante” basándose en sus rasgos y color de piel, le hicieron bajar, el amigo de Maximiliano testificó que otras seis personas fueron bajadas del vehículo y que dentro de la oficina de Migración había al menos otras 20 personas.

Narran que Maximiliano tenía 18 años al momento de ser detenido por migración, justo ayer cumplió los 19 años, por lo que aún no contaba con credencial de elector, sin embargo, contaba con Clave Única de Registro de Población (CURP) y acta de nacimiento para demostrar que era ciudadano mexicano y a pesar de esto, fue retenido por autoridades migratorias quienes dieron más peso a los estereotipos bajo los que deciden y no la documentación que acredita en México la nacionalidad.

Después de varios días en que la familia no tuvo noticias de que Maximiliano fuera liberado, en tanto que no cometió ningún delito como ciudadano mexicano, decidieron contactar a una parroquia quien a su vez contactó a personal del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas para emprender la búsqueda del joven, así como la denuncia ante la Procuraduría General de la República (PGR) la cual según los familiares ha sido muy lenta.

Por lo anterior, las organizaciones que acompañan el caso, así como familiares de Maximialiano, se encuentran en la Ciudad de México para exigir a la PGR acelere la investigación, pida informes al INM y sobre todo, la presentación con vida del joven chiapaneco.

Según el contenido del artículo 97 de la Ley de Migración, son autoridades del INM las únicas con facultades para realizar “revisiones migratorias” en las que se busca, en teoría, comprobar la situación migratoria de las personas extranjeras en nuestro país sin embargo, se señala que las revisiones se tienen que realizar sin criterios discriminatorios y con fundamento legal.

Esta práctica discriminatoria que hoy deriva en la desaparición de Maximiliano es común en autoridades migratorias en México por lo que Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) ya emitió una recomendación al respecto, a pesar de que el artículo 11 de la Constitución reconoce que los connacionales pueden viajar por el país sin llevar documentos que acrediten la nacionalidad.

Un estudio publicado por el Instituto para las Mujeres en la Migración (IMUMI) detalla que agentes del INM han desarrollado un sistema para detectar a los migrantes irregulares basado en estereotipos y discriminación ya que “suben a los autobuses y miran a la gente, buscan al que desvía la mirada, al que le tiembla la garganta, al que huele a migrante, es decir, a sudor. Pero si la persona observada sostiene la mirada, quizá sea salvadoreño, porque son más retadores. Y una técnica que suelen emplear es preguntarles si traen una campera para protegerse del frío, que es una palabra que usan en Centroamérica para decir chamarra” por lo que la investigación y regulación de estas prácticas debe ser un prioridad, acciones discriminatorias como la mencionada han sido denunciadas por los familiares de Maximiliano quienes junto con las organizaciones defensoras de derechos humanos continuarán la búsqueda del joven.