Ciudad de México | Desinformémonos. La Caravana de Madres Centroamericanas concluyó su XIII edición con el logro de siete encuentros entre migrantes desaparecidos y sus familiares tras recorrer 4 mil kilómetros desde Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua hasta México.
Las madres aseguraron que el territorio mexicano no es seguro para el tránsito de los migrantes que buscan llegar a Estados Unidos y que huyen de la violencia en sus países centroamericanos, pues muchas veces son víctimas de abusos, secuestros, agresiones y asesinatos con la complicidad de las autoridades de gobierno.
México “se ha vuelto un campo minado para nuestros migrantes—un lugar de asesinatos, desaparición forzada, secuestro, violación sexual, trata y tráfico de personas. Sólo en 2010 ocurrieron cerca de 20,000 secuestros de migrantes y se dio a conocer el caso de los 72 migrantes asesinados en San Fernando Tamaulipas y 193 más encontrados en fosas clandestinas en el mismo estado”, afirmaron.
Por otra parte, retrataron la situación en la que uno de los países de origen se encuentra y destacaron que, en el caso de Guatamala, “sigue siendo un país expulsor de migrantes debido a la pobreza extrema y las distintas formas de violencia”, mientras que en Honduras “la violencia y la desestabilización de la democracia son los motivos principales por la migración”.
“La violencia física del crimen organizado está vinculada con la violencia económica, lo cual deriva en la migración forzada de miles de nuestras gentes que, en la ruta por México han padecido hambre, sed, frio, y violación de sus derechos humanos. Muchos hondureños huyen para salvar sus vidas, y en México se encuentran en procesos de refugio”, explicaron.
Respecto a Nicaragua, señalaron que “tradicionalmente ha sido un país expulsor de migrantes, aunque en los últimos años se ha convertido también destino para personas migrantes por tener mayores niveles de seguridad frente a los demás países de la región”.
Indicaron que en el caso de El Salvador “después de la ola de migración del conflicto armado, las personas siguen saliendo debido a otras formas de violencia que han costado más vidas que el conflicto. La extorsión, las amenazas y los asesinatos son una realidad que obliga a miles huirse del país”.
Los encuentros de la Caravana fueron entre seis migrantes hondureños y una proveniente de El Salvador. Las madres agradecieron a las diferentes organizaciones a favor de los derechos del migrante y a la comunidad solidaria que contribuyó al reencuentro de los desaparecidos y aseguraron que “se llevan un compromiso renovado para seguir adelante en su búsqueda”.
