Cambia el mando del mundo globalizado y no nos damos cuenta

Alberto Betancourt Posada

México. El centro del mundo globalizado se desliza casi inadvertidamente hacia las potencias intermedias que componen las BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y que desafortunadamente promueven un desarrollismo no tan diferente del impulsado por occidente

Jean Paul Sartre, en uno de sus muchos libros dedicados al “Castor”, dice que a veces la historia se nos escapa. La quinta cumbre del BRICS, celebrada a finales de febrero en el puerto de Durbán, Sudáfrica, pasó prácticamente inadvertida en la semiósfera informativa estadounidense-británica. Sin embargo, la cumbre representa una pequeña sorpresa de la historia, el horizonte de un mundo posible en el que las antiguas colonias del siglo XIX empujan intencionalmente el tránsito de una globalización unipolar (dirigida por el G-8) a una multipolar, e intentan mover el epicentro de la economía mundial del Pacífico al Atlántico.

Cada uno de los dirigentes del grupo expresó su balance de la cumbre. Jacob Gedleyihlekisa Zuma, dirigente zulú del Congreso Nacional Africano (organización a punto de fracturarse tras la represión a los mineros de Marikana), tiene 71 años y fue el anfitrión de la cumbre. El 27 de marzo anunció tres noticias trascendentales: la creación de un banco de desarrollo del grupo, que se propone invertir 4.5 billones de dólares en los próximos 5 años para la creación de infraestructura, así como la formación de un Fondo para Previsión de Contingencias que iniciará con 100 mil millones de dólares.

La reunión también permitió crear un consejo de centros de investigación y un espacio de negocios del BRICS. Vladimir Putin, de 63 años, le planteó a sus colegas llevar los acuerdos del BRICS a la presidencia del G-20 y propuso convertir al grupo en un factor central de la gobernabilidad, la economía y las finanzas mundiales. Rusia pone a su consideración –dijo- un proyecto de cooperación en 20 áreas, entre las que se incluyen aviación industria radioelectrónica, fabricación de máquinas para producir energía, industria metal metalúrgica e industria de fabricación de máquinas.

Dilma Rouseff, de 66 años, saludó a Hailemariam Desaleguem, representante de Etiopía y presidente en turno de la Unión Africana. La presidenta de Brasil expresó que la construcción de infraestructura es fundamental en un continente en el que siete de sus 56 países fueron de los de más rápido crecimiento en 2012. El comercio con los países del BRICS aumentó 10 veces en la última década y llegó a la cifra de 320 mil millones de dólares. Rouseff resaltó la importancia de construir puentes en transportes, cultura, comercio, educación, finanzas y turismo que intensifiquen los intercambios entre el BRICS y África. Finalmente, señaló que existen proyectos comunes del Banco de Desarrollo Económico y Social de Brasil (BANDES) y el Banco Africano de Desarrollo.

A sus 81 años, Manmohan Sing, primer ministro de la India, recordó que Gandhi vivió y aprendió mucho de la lucha por la descolonización de África. Dijo que India contribuyó en la construcción de la Red Digital Panafricana, que permitió la creación de Telemedicina y Teleeducación, presente en 47 países del continente. El dirigente sink recordó que la Confederación de Industrias Indias y el Exim Bank realizaron recientemente una cumbre del proyecto “Cooperación con África” y acordaron impulsar 500 proyectos con un valor de 70 mil millones de dólares. El primer ministro evocó que 6 mil 500 soldados indios participan en diversas misiones en África, entre las que destacan la estabilización de la República Democrática del Congo, mandatada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Xi Jinping, el presidente chino y el más joven del grupo, realizó a sus 60 años una gira por Tanzania, el Congo, Sudáfrica y Mozambique y mostró la disposición de China para ofrecer una relación “alternativa” al neocolonialismo impulsado por Estados Unidos y Europa. El 26 de marzo en Daar es Sallaam, en Tanzania, en vísperas de la reunión del BRICS, Xi Jinping declaró que en 2012 el comercio sino-africano alcanzó los 200 mil millones de dólares. China apoyará la independencia de los países africanos, aseveró, para resolver sus propios problemas sin injerencia colonial. Su país alojará y brindará capacitación a 45 mil profesionistas y estudiantes africanos. En Durbán, al hacer el balance de la cumbre, señaló cinco logros principales: acuerdos colectivos sobre los principales acontecimientos internacionales, en el marco de la ONU y por vías diplomáticas; apoyo a la presidencia de Rusia en el G-20 para impulsar conjuntamente una reforma en el sistema de cuotas y gobierno del Fondo Monetario Internacional; luchar por estabilizar los precios de los alimentos; promover la economía verde sugerida en Río de Janeiro; y financiar la construcción de infraestructura para facilitar la comunicación entre los países africanos.

El mundo está cambiando, aunque no nos demos cuenta. Desafortunadamente no se trata de un cambio en la orientación de clase o en la defensa de un nuevo paradigma civilizatorio. Las potencias intermedias promueven un desarrollismo no tan diferente del impulsado por occidente, como ocurre, por ejemplo, en la reciente historia de Sudáfrica, donde el Congreso Nacional Africano se jalonea entre los promotores de negocios mineros trasnacionales y los defensores de los trabajadores de las minas. Pero de todos modos, una eventual multipolaridad hace un poco de contrapeso a la hegemonía del G-8 y la idea de que la razón cínica es inevitable.

Publicado el 28 de octubre de 2013

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