A Desinformémonos, en su cumpleaños también

En la década de los 70’s los vientos del exilio trajeron a Modesto López a México. Había hecho teatro en su natal Argentina, se movía entre músicos y poetas. La utopía es y ha sido su Ítaca. Aquí echó raíces. Aquí nació Ediciones Pentagrama, la alternativa musical en México, y aquí también nació Ana Valentina López De Cea, su hija. Valentina se hace cargo de las ventas digitales de la disquera independiente, así como de todo lo relacionado con medios de comunicación. Desde hace un año es socia de la empresa.

Ella habla a nombre suyo, a nombre de Modesto quien está promocionando en Argentina su más reciente documental El caído del cielo que cuenta la historia de Tomás Francisco Toconás, campesino, guerrillero, a quien un vuelo de la muerte fue a sembrar a Pozo Hondo, un pueblo cercano a Tucumán.

Valentina toma la palabra con la misma claridad con la que sus palabras nutren SubVersiones, la Agencia Autónoma de Comunicación, con la sensibilidad que caracteriza el trabajo fotográfico de esta joven argen-mex:

-Para Ediciones Pentagrama cumplir 35 años es digno de festejarse porque es muestra que a través de la solidaridad y del trabajo conjunto podemos lograr muchas cosas que de lo contrario parecerían imposibles. Tenemos cerca de 800 títulos entre discos, cassetes y CD’s, que abarcan música para niños, jazz, rock, música afroantillana, folklor latinoamericano, nueva canción, tango, música tradicional mexicana, grabaciones de campo, pero también tenemos audio libros, libros y documentales. Si no fuera por la solidaridad de los amigos, de los trabajadores de Pentagrama, de los músicos y del público no hubiéramos llegado a este aniversario.

“En estos tiempos vender música no es tarea fácil, ser una disquera independiente es bastante rudo, pero hay gente que sigue buscando nuestro material por el tipo de música que ofrecemos: una música que no es comercial que no se encuentra en los grandes medios comerciales de comunicación.”

Entre los objetivos de Pentagrama está el contribuir a enriquecer el pensamiento del ser humano sobre todo desde la música. Por eso la música infantil es parte tan importante en su catálogo.

-Sabemos que hay que empezar desde los pequeños. Pero entendemos a la poesía como una forma artística íntimamente ligada a la música; los documentales, también. Al principio mi papá dirigió documentales sobre la vida de poetas como Alí Chumacero, Ernesto Cardenal y Antonio Preciado, por mencionar algunos; otros muy vinculados a la música como el del coro de expresos políticos argentinos Quiero Retruco o Los grandes de Tlacotalpan. Pero ahora, con el más reciente que es El caído del cielo ya no hay una relación tan directa con la música o con la poesía sino más bien con los procesos sociales dentro de los cuales nos entendemos. Mentiríamos si dijéramos que Pentagrama no responde a una ideología determinada. No entendemos el arte como algo ajeno a lo que ocurre en nuestra sociedad.

-¿Cómo es la relación de los jóvenes con Ediciones Pentagrama?

-Es difícil saber lo que piensa una generación. Me relaciono con gente de mi edad, que está más o menos en lo mismo. Creemos que es necesario revalorar el trabajo de quienes nos dedicamos a la cultura en general, de los productores, de los promotores, de los artistas mismos. Sí, hay una cultura que nos imponen desde arriba, donde no se valora la cultura, como si fuera un hobby, como si no tuvieras otra cosa que hacer que ponerte a oír música.

“Estoy muy contenta de encontrar grupos jóvenes que están retomando música tradicional, haciendo nuevas cosas como “Moros y cristianos”, como “Nostalgia huasteca”. Los dos forman parte de nuestro catálogo y de alguna manera vienen a renovar la sangre musical. “Moros y cristianos” fusionan distintos ritmos, ofrecen una cosa diferente sin dejar de ver hacia abajo, hacia las raíces y eso da esperanza.

“El futuro de las disqueras independientes es muy incierto. Si nos atenemos a lo que vemos, va para abajo porque entre las descargas gratuitas y que se cree que no hay que pagar por la música, la situación es muy dura, muy triste y muy, muy grave.

“Creo personalmente que nuestra labor, no sólo mía sino de toda la gente de mi edad que está trabajando en cultura, es salvaguardar lo que hay para evitar que se pierda. Es nuestra obligación, nuestra responsabilidad. A mí me gusta mucho la canción cardenche, he visto un proyecto que lleva Juan Pablo Villa de rescate de música cardenche pero que se haya empezado a perder por la imposición de los grandes grupos comerciales en el norte, que a la gente joven no le interese, todo eso me parece terrible. Me parece tan grave. Está en peligro de extinción como sucede con algunas especies animales. En la música pasa lo mismo: hay géneros en peligro de extinción y es nuestra responsabilidad evitar que esto ocurra.

“A mí me encantaría que mi tarea fuera seguir produciendo, pero lo cierto es que hace muchos años que dejamos de producir por la situación económica en la que nos encontramos: nos hemos abocado sobre todo a la distribución pero si se nos pasa de largo, si no tenemos la visión de rescatar y conservar esas tradiciones musicales, esa historia, esa riqueza musical de nuestro país la vamos a perder y después será demasiado tarde.

“Empecé un trabajo de salvaguardar parte del archivo de Pentagrama a la Fonoteca Nacional porque creo que no es algo que nos pertenezca exclusivamente.”

“El problema cultural en México es educativo, como casi todos los problemas que hay en el país. Desde la educación podemos transformar las cosas. Por eso es tan importante para nosotros que Ediciones Pentagrama festeje 35 años siendo la alternativa musical. Han sido años muy difíciles y que cada vez está más difícil.

“Pentagrama es una muestra de perseverancia, de resistencia, de esperanza. No sé qué nos depara, pero esperamos seguir dando la batalla”.