Por La Minuta

El asesinato del defensor de derechos humanos, Sinar Corzo Esquinca, “es un terrible recordatorio de los riesgos que enfrentan quienes defienden derechos humanos en México”, afirmó Jan Jarab, representante de la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH).

Aparte de condenar el suceso, la ONU exigió el esclarecimiento del primer homicidio de una persona defensora de derechos humanos en 2019, y que tuvo lugar el pasado 3 de enero, mientras caminaba cerca de su domicilio en Arriaga, Chiapas. Corzo, conocido por su implicación con diversas causas a nivel local, ya había recibido amenazas con anterioridad. Además  formaba parte del Comité Ciudadano de Defensa de los Derechos Humanos “El Coloso de Piedra”.

En 2013, Corzo fue víctima de detención arbitraria por parte de la policía municipal en el marco de una protesta vecinal motivada, entre otras razones, por las deficiencias en el acceso al agua potable. Al llamado de justicia de la ONU, también se le sumó la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y cientos de organizaciones civiles defensores de los derechos humanos de Chiapas y otras entidades del país.

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