La pretensión de disminuir el presupuesto a la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) representa, a decir de Javier Gutiérrez Marmolejo, secretario general del sindicato de trabajadores de esta casa de estudios, un “artero ataque” contra la educación pública y contra los habitantes de la capital del país.

Así lo manifestó en un comunicado difundido ayer, es decir, dos días después de que Cynthia López Castro, presidenta de la Comisión de Educación de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, anunciara que entre la agenda de esta Comisión está la revisión del presupuesto de la UACM, pues, a consideración de la diputada del Partido Revolucionario Institucional, éste “es muy alto” en relación con el rendimiento que la Universidad registra.

Al respecto, Gutiérrez Marmolejo destaca que la UACM –proyecto humanista de educación pública que atiende a cerca de 15 mil estudiantes a través de 19 licenciaturas y ocho programas de posgrado– es la única en el continente que imparte carreras presenciales en reclusorios, además de tener el programa nacional más sólido y maduro para estudiantes ciegos y débiles visuales. Aunado a ello, esta institución preserva, a través del Centro Académico de la Memoria de Nuestra América, uno de los acervos internacionales más importantes sobre movimientos sociales y derechos humanos.

“UACM, semillero político”

Al presentar los temas de su agenda legislativa, Cynthia López Castro se refirió a la UACM como un “semillero político” donde los estudiantes no se titulan”, como el tipo de institutos que la ciudad no requiere.

En una carta publicada ayer en el Correo Ilustrado de La Jornada, Hugo Aboites Aguilar, rector de esta Universidad, comenta que “la UACM es hoy una institución joven, con docencia, investigación, difusión cultural, en rápido proceso de fortalecimiento Sin embargo –advierte–, llama la atención que figuras políticas la descalifiquen como semillero político, como si eso fuera degradante”.

Comenta que así como el Colmex, la UNAM, la UAM y el IPN formaron durante varias décadas cuadros para la vida política nacional, la UACM también tiene derecho a crecer y a ofrecer, “sin acosos”, su original contribución a la ciudad y al país.