Familiares, organizaciones sociales, estudiantes normalistas, madres y padres de los 43 estudiantes desaparecidos realizaron una marcha para exigir justicia y el castigo a los responsables intelectuales y materiales, a dos años de la desaparición y asesinato del defensor de derechos humanos, Arnulfo Cerón Soriano.
En el trayecto recordaban que ese día, 11 de octubre de 2019, a las 20:00 horas, Arnulfo “fue levantado” y posteriormente asesinado. Estas son horas amargas porque al filo del medio día “estaba siendo torturado hasta que le quitaron la vida en un municipio bañado de sangre por la inseguridad que vivimos”. Fueron 40 días de angustia hasta que el 20 de noviembre fue encontrado enterrado a más de tres metros en la salida de Igualita, en el paraje de los Tres Postes. Ayudó mucho las acciones de exigencia de las organizaciones sociales, familiares y organizaciones de derechos humanos nacionales e internacionales. Desde esta región de la Montaña hacemos un reconocimiento a esa solidaridad en momentos difíciles. Muchas familias aún no han encontrado a sus familiares, viven con el miedo, la incertidumbre, pero con la esperanza de encontrar a sus seres queridos.
Doña Rosalía, madre de Arnulfo Cerón, a sus 80 años, marcaba al paso de la protesta, a pesar del inclemente sol que azotaba el asfalto. Llegó desde la comunidad de Coyahualco a honrar la memoria de su hijo, quien depositó la confianza de que iba a acompañarle en este peregrinar como defensor de derechos humanos. Caminó junto a las madres y padres de los 43, con los estudiantes de Ayotzinapa, organizaciones sociales y el Frente Popular de la Montaña, donde pertenecía Arnulfo. Al lado iba la esposa del defensor, sus hijos e hijas que también acompañaron la marcha por la justicia, emplazando a las autoridades para que se castigue a los responsables y para que no haya impunidad; y que se cumpla la instrucción presidencial de Andrés Manuel López Obrador de que no habrá impunidad ni protección para quienes han cometido este grave crimen.
Mujeres, hombres, niñas, niños y adolescentes de las colonias llevaban sus pancartas exigiendo justicia, castigo a los culpables, así como la sentencia a los detenidos que desaparecieron y asesinaron al defensor. En otra pancarta rezaba: lo más fácil es romper y destruir. Los héroes son los que firman la paz y construyen #JusticiaparaArnulfo. Otras más decían: no a las desapariciones de luchadores sociales ni a las represiones.
En el mitin, fuera del ayuntamiento municipal, integrantes del Frente Popular de la Montaña abrieron con la participación del profesor Pablo Abad, donde colocó la exigencia por verdad y justicia. «En el segundo año del artero asesinato del defensor Arnulfo Cerón Soriano, integrante de esta organización, no nos vamos a cansar de recordar cada año como defensor de derechos humanos. Lo más importante es que los hechos no se han esclarecido, hay mucha incertidumbre y los detenidos no se les ha dictado sentencia. Por eso el día de hoy salimos a las calles de Tlapa para exigir justicia y verdad. Que este caso no quede impune, que se continúe con las investigaciones, que se detengan a los responsables y se castigue a todos los involucrados del crimen. El Frente Popular de la Montaña es una organización social que se pronuncia en contra de la colusión del gobierno municipal, estatal y federal con la delincuencia organizada. Exigimos respeto a la libertad de expresión, manifestación y de protesta pacífica; el derecho a la vida, a la salud, a la educación, a la consulta, al territorio y el derecho a los servicios sociales por lo que Arnulfo luchó al lado de los pueblos hablantes de una lengua indígena. Las autoridades tienen aplicar todo el peso de la ley a la delincuencia porque no es posible que estos crímenes pasen desapercibidos y se sigan naturalizando la violencia, como si la delincuencia organizada tuviera en sus manos el derecho a la vida, en complicidad con los gobiernos municipales, estatales y federales».
Por su parte, don Francisco Lauro, padre de Magdaleno Rubén Lauro Villegas, estudiante desaparecido el 26 de septiembre de 2014, comentó que a 7 años de la desaparición de los 43 no saben dónde están. Cuando vamos a las reuniones con el gobierno queremos que nos digan la verdad, quiénes son los culpables. Hasta donde nosotros sabemos es que fueron atacados esa noche del 26 y 27 en Iguala. Ahí en el puente del Chipote fueron bajados por federales y militares. También sabemos que Murillo Karam, Enrique Peña Nieto, Tomas Cerón de Lucio, entre otros, dicen que nuestros hijos fueron quemados en el basurero de Cocula y que encontraron huesos en bolsas, fue mentira, esos huesos fueron de animales. Nos dicen que nuestros hijos ya están muertos, pero solo sabemos nuestros hijos no han aparecido, ni un huesito. Cada día que nosotros nos vamos acostar hacemos una oración para que Dios bendiga a nuestros hijos, a mi hijo para que se cuide donde esté. Yo siempre voy a estar esperando con los brazos abiertos porque mi hijo no está muerto. Los culpables deben ser castigados, así como a las personas que desaparecieron a Arnulfo.
En la intervención de Abel Barrera, director del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, saludó a las madres y padres de los 43 estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa que lamentablemente fueron desparecidos el 26 y 27 de septiembre de 2014, hace 7 años. Recientemente se reunieron con el presidente de la república, en palacio nacional, para exigirle que se investigue al ejército, que se investigue a las autoridades federales y que se traiga a Tomas Cerón de Lucio de Israel ante la justicia para que no haya impunidad, sobre todo, diga en dónde están los 43 hijos de la normal de Ayotzinapa.
Continuó, es muy importante este momento clave para la justicia en el estado de Guerrero. Este viernes tomará posesión la nueva gobernadora de Guerrero, una mujer que espero reivindique los derechos de las mujeres y atienda las demandas de las madres y padres de familia de este Estado tan golpeado por la represión policíaca y caciquil que se ha impuesto a largo de más de 5 décadas. Por eso es muy importante estar en este zócalo de la resistencia, de la dignidad, porque en este lugar Arnulfo junto con el Frente Popular de la Montaña emplazaban a la autoridad municipal para que rindieran cuentas sobre los recursos financieros que se manejaban en favor de las comunidades indígenas. No lo quisieron hacer, se negaron y sintieron que se le estaba pisando la sombra y se le estaba acabando el negocio.
Los gobiernos siguen haciendo negocio con la política, de los recursos públicos, con los cargos públicos; los oídos sordos siguen entre los políticos, pero es la gente que ha luchado para que en verdad haya un lugar digno para la población. Arnulfo puso el dedo en la llaga con su lucha emblemática contra la corrupción en el ayuntamiento de Tlapa, él develó todas las triquiñuelas que se estaban impulsando y desenmascaró los intereses facciosos que se dan dentro de los ayuntamientos.
Defensoras y defensores como Arnulfo Cerón que lamentablemente en lugar de ser reconocido fue vilipendiado, fue atacado, desprestigiado y estigmatizado, nunca se le reconoció como un defensor comunitario. Tuvo que venir la oficina de la ONU en México para reivindicar la memoria de Arnulfo, tuvieron que venir organizaciones sociales hermanas de México, estudiantes, padre y madres para poder honrar su memoria. También vinieron las comunidades y colonias para poder decir que aquí está un defensor comunitario. Exigimos justicia y no claudicaremos, estaremos a un lado de su madre, al lado de su esposa, al lado de sus hijos e hijas y que además abrazaremos esta lucha para que haya justicia en Guerrero. Esperemos que la gobernadora Evelin Salgado se haga eco de estos reclamos, porque si algo ha pasado en Guerreo es que los pueblos han luchado para transformar estas estructuras obsoletas y caciquiles. Es a los luchadores sociales que se les ha masacrado, se les ha desaparecido, se les ha asesinado. Hoy rendimos homenaje a quienes realmente encontraron en este camino de la justicia del pueblo el verdadero proyecto de su vida. En este sentido, exigimos a las autoridades del Estado, a la Fiscalía de Guerrero para que haya un castigo ejemplar a quienes atentaron contra Arnulfo, quien planearon su desaparición, su ejecución y buscaron un lugar para que nunca se encontrara, pero nunca imaginaron que Arnulfo era semilla y que no iba a morir. Levantemos la mano, sobre todo, el grito de que haya justicia para Arnulfo, finalizó su intervención Abel Barrera.
Publicado originalmente en Tlachinollan
