Buenos Aires, Argentina. A quince años del estallido social del 19 y 20 de diciembre de 2001, que terminó con una represión sangrienta que tuvo 39 muertos y el fin del gobierno de Fernando De la Rúa, partidos de izquierda y sindicatos se movilizaron el 20 de diciembre hacia la Plaza de Mayo para recordar aquellos días de crisis económica y social, del «que se vayan todos», y repudiar el actual ajuste económico aplicado por el gobierno de Cambiemos. «Ninguna tregua a los ajustadores» y «Paro nacional» fueron las consignas de la movilización, que también apuntó contra la CGT y la Iglesia, como integrantes de un pacto social con el Ejecutivo.
La política no es administración sino aquello que irrumpe en los momentos de disenso, escribió alguna vez Sergio Caletti. Diciembre de 2001 significó para la sociedad argentina un momento de ruptura y despertar: tras décadas de dictadura y neutralización del conflicto neoliberal, la sociedad recuperó su desobediencia. La represión de las protestas asesinó a 39 personas y marcó un antes y un después en la democracia argentina. El 20 de diciembre el “que se vayan todos” que hacía eco en cada rincón del país logró la renuncia de Fernando de la Rúa, e inauguró una seguidilla de sucesiones que implicó cinco presidentes en tan solo una semana.
Varios balances se han hecho respecto a los sucesos desatados por la brutal crisis económica y política de diciembre de 2001, pero hay un hecho que es ineludible: el pueblo argentino, tras años de sometimiento y aplacamiento, en un contexto internacional de un neoliberalismo debilitado; repensó la democracia, sus instituciones y el sentido de lo colectivo. Y así surgió un nuevo sujeto político, que tomó las riendas de un país en ruinas: en las calles, como hacía años que no sucedía.
En la Plaza de Mayo, 15 años después, el Partido Obrero, el MST-Nueva Izquierda, junto a sindicatos como la Unión Ferroviaria, Suteba, Petroleros de Chubut, Sitraic (Construcción) y SUTNA (Neumáticos), fueron ocupando la Plaza de Mayo desde las 18 horas para conmemorar los «15 años de la rebelión popular». El referente del MST-Nueva Izquierda, Alejandro Bodart, fue uno de los oradores del acto y advirtió que si el Gobierno no empieza «a pensar en los de abajo», se van a crear «las condiciones para un nuevo ‘Argentinazo’, porque lo que provocó hace 15 años la explosión de bronca fue un gobierno insensible que no hizo nada de lo que prometió, sino todo lo contrario».
En el comunicado conjunto del acto, las agrupaciones rechazaron «el ajuste de Macri, los gobernadores y las patronales» y solicitaron también la «abolición inmediata del impuesto al salario», horas después que trascendiera el acuerdo entre el Ejecutivo, la CGT y los gobernadores. «La CGT, junto a la Iglesia, han dado mil vueltas para no convocar a un paro nacional y un plan de lucha en defensa de los trabajadores», advirtieron en el comunicado.
«Hay que empezar a dar vuelta un poco la lógica con impuestos a las grandes fortunas y la renta financiera, volver a poner retenciones a los enormes negocios de las agroexportadoras, terminar con los despidos, dejar de pagar la deuda y poner esa plata para reactivar la industria», propusieron.
Con información de Página 12