Una de las lecciones más importantes que nos ha dejado el confinamiento por la pandemia de la COVID-19 es que nuestros hogares carecen de espacios verdes suficientes. El confinamiento obligatorio por la pandemia provoco un aumento en los casos de estrés de las personas asociado en parte a espacios de esparcimiento y socialización al aire libre (López-Bueno et al. 2020; Jurblum et al. 2021). Por lo tanto, después de los primeros meses de confinamiento, un jardín, aunque fuera de 3 x 3 m2 hacía más llevaderos los días de encierro. En mi experiencia personal, en mi pequeño jardín descubrí animales polinizadores, pude cosechar jitomates, papas y acelgas. Además de aprovechar los residuos de algunos alimentos para hacer una composta. Sin embargo, todos estos descubrimientos y actividades no están al alcance de todos. Menos en una ciudad como Puebla, la quinta ciudad más poblada de México, con alrededor de 6 millones y medio de personas.
De acuerdo a un estudio realizado por César Sánchez Juarez (2021) la ciudad de Puebla posee una superficie de área verde 7.3 millones de m2, la cual, si dividiéramos por el total de habitantes de la ciudad solo tendríamos 4.6 m2 por habitante. Cifra que está lejos de cubrir el tamaño mínimo sugerido por la Organización Mundial de la Salud, que es de 11 m2. Por otro lado, el cálculo realizado por Sánchez Juárez (2021) incluye espacios que no son de fácil acceso y uso para esparcimiento, como camellones, cementerios o áreas verdes privadas. Actualmente en el Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente, Xabier Gorostiaga SJ de la Universidad Iberoamericana Puebla, estamos realizando un estudio para evaluar la funcionalidad de las áreas verdes públicas de la ciudad de Puebla y su zona conurbada. Los datos acumulados hasta ahora nos indican que en la zona conurbada de la ciudad solo el 65% de las denominadas áreas verdes públicas tienen área verde. Por lo que un 35% está clasificada como tal, pero no posee vegetación. Lo cual reduce a casi 0m2 la cantidad de áreas verdes públicas por habitante de la ciudad de Puebla y su zona conurbada.
Si queremos transitar a una ciudad que nos ofrezca una mayor calidad de vida es importante aumentar el tamaño y acceso a las áreas verdes urbanas. Pero, además, promover que estas sean multifuncionales. Es decir, que además de tener áreas verdes puedan ofrecer actividades que las hagan atractivas para las personas. Que permitan y promuevan la cohesión social, el deporte, y la educación. De tal manera que las personas generen un vínculo más significativo con ellas y que puedan participar activamente en su mejora y conservación. Para lograr esto es necesario mejorar los procesos de gobernanza y administración de las mismas. Las cuales hoy en día principalmente recaen sobre las autoridades municipales, con poco presupuesto y capacidades técnicas. Además de que no incluyen la participación ciudadana para la toma de decisiones y acciones de mantenimiento y conservación de las mismas. El reto es enorme, pero debemos afrontarlo, si queremos que en un futuro no volvamos a padecer estrés asociado al confinamiento por una nueva ola de COVID-19 u otra pandemia.
Literatura citada:
Jurblum M, Ng CH, Castle DJ (2021) Psychological consequences of social isolation and quarantine: Issues related to COVID-19 restrictions. Aust J Gen Pract. https://doi.org/10.3316/informit.638701007415032
López-Bueno R, Calatayud J, Casaña J, et al (2020) COVID-19 Confinement and Health Risk Behaviors in Spain . Front. Psychol. 11:1426
Sánchez Juarez CJ (2021) Áreas verdes en la ciudad de Puebla: Reflejo de la desigualdad del espacio público y componente del derecho a la ciudad. BUAP
