foto: Noé Pineda y Adrián Cedillo 

Ciudad de México I Desinformémonos I La comunidad otomí de San Francisco Xochicuautla presentó una propuesta alternativa para adecuar el proyecto carretero que el gobierno pretende construir en sus bosques. Sin renunciar a su oposición a la construcción de la autopista, la comunidad plantea una salida digna al conflicto que dura ya diez años y pero desconocen si habrá la voluntad política del gobierno de Enrique Peña Nieto y de Eruviel Ávila para entablar el diálogo.

El 18 de mayo, en las instalaciones del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez,  representantes de la resistencia de San Francisco Xochicuautla, comunidad indígena otomí que se asienta en el Municipio de Lerma del Estado de México, dieron a conocer la propuesta de proyecto alternativo al tramo carretero que pretende atravesar sus bosques. Esto como un señal de buena voluntad para solucionar el conflicto que viven desde hace más de 10 años, cuando se impuso un proyecto de autopista que conectaría al municipio de Naucalpan con la capital Toluca.

El proyecto del gobierno, aprobado en 2007, entonces gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, actual presidente contempla en su trazo la desaparición de una gran cantidad del bosque otomí-mexica afectando tierras comunales de San Francisco Xochicuautla, San Lorenzo Huitzilapan, Santa María Atarsquillo y Ayotuxco, además de destruir espacios sagrados dentro de la cultura local otomí. Con este diseño de la autopista se afecta directamente a más de 6 mil habitantes de la comunidad.

Armando García, médico que perdió su patrimonio al ser derribada su casa el 11 de abril de 2016 por maquinaria de la constructora Higa, José Luis Fernández, vocero de la comunidad, miembros del Consejo Supremo Indígena y vecinos, anunciaron la propuesta alternativa como muestra de buena voluntad y búsqueda de salidas ante la imposición, la sinrazón y la violencia con la que han sido tratados por las autoridades estatales, federales y la empresa privada Higa concesionaria de las obras.

En la presentación, recordaron que dich empresa ha sido beneficiaria de los gobiernos de Enrique Peña Nieto, ya que participó en obras como el viaducto elevado Bicentenario, el Aeropuerto Internacional de Toluca y el libramiento Acambay,  además de aparecer como propietarios de la casa supuestamente vendida a la esposa de Enrique Peña Nieto, la famosa “casa blanca”.

José Luis, vocee de la comunidad señaló que: “Desde hace más de 10 años, cuando se concesionó el proyecto carretero denominado Toluca-Naucalpan a la empresa Teya, filial de grupo Higa, hubo un cambio repentino en la comunidad.  “Hemos demostrados desde entonces que se han violado nuestros derechos de diferentes formas. Ha ocurrido varias represiones, persecuciones, amenazas, hostigamiento, hasta el momento han sido encarcelados 22 compañeros por defender el bosque y  los han puesto en libertad porque no hay pruebas para fundamentar sus detenciones”.

“Estos diez años han sido un proceso largo y difícil en el que se ha visto afectado el tejido social de la comunidad” señaló Fernández,  “la desintegración, la división entre los comuneros ha sido fuerte. Sin embargo, a pesar de las intensas violaciones a los derechos humanos,  nuestra lucha ha sido pacífica y con propuestas. Es por eso que hoy venimos a plantear, desde la comunidad,  un proyecto alternativo para la carretera que pretenden en nuestro territorio”.

“No estamos en contra de los proyectos que ellos llaman ‘modernidad’, sino de las formas  de como los quieren imponer. Estamos en contra de la ilegalidad, de sus maneras que violentan nuestros derechos” continuaron diciendo los integrantes de la comunidad otomí.

“Reiteramos que este proyecto aprobado no lo queremos, este proyecto daña nuestro territorio, acaba con nuestro bosque y, aun así, damos a conocer una propuesta alternativa…es importante subrayar que lo que defendemos son bosques, es agua, es cultura, es un patrimonio de muchas y muchos, de gente que ni siquiera está en nuestras comunidades indígenas.”

Por su parte, Armando García comentó: “Han sido diez años de lucha pero también diez años de trabajo,…ojalá lo entienda el gobierno, que nosotros defendemos, no sólo  nuestro territorio, no sólo nuestros bosques, no sólo nuestras tierras,  sino es la complejidad de las tradiciones del pueblo otomí desde tiempos ancestrales, que ha cuidado su entorno natural y ha construido una íntima relación entre la comunidad y los montes, los lugares sagrados, los lugares donde todavía rendimos culto a la tierra…Ojalá entendieran que en Xochicuautla todavía existen personas que cuando se levantan le dan gracias al creador por habernos instalado en el lugar donde vivimos”.

Hugo Briseño, el ingeniero encargado de elaborar la propuesta técnica comentó: “El proyecto de modificación que se presenta hoy consiste en un sistema de túneles y puentes…esta propuesta busca mitigar en la medida de lo posible el impacto ambiental que tendrá la construcción de la autopista. En una obra civil, el daño al entorno natural es  casi inevitable, pero hay que buscar que este se reduzca al máximo” señaló Briseño quien  proyectó un video en el cual explicó los detalles y las diferencias de las propuestas, la oficial y la que presenta la comunidad de San Francisco Xochicuautla.

Acompañados por organismos de la sociedad civil como Serapaz y la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH) la comunidad de Xochicuautla planteó el proyecto como una alternativa para dar salida al conflicto existente desde hace diez años, sin embargo, dejaron claro que siguen oponiéndose a la construcción de la autopista. “Esto es un paso en la resistencia ante el embate gubernamental y empresarial. Un paso arriesgado, pero digno. La propuesta es eso y falta saber si hay voluntad política de parte del gobierno para dar una salida digna a la lucha de un pueblo que ha sabido resistir de forma pacífica”.