Tijuana, entre el cemento y el río

Geovanni Zamudio

Baja California, México. Un proyecto de vialidades, impulsado por los tres niveles del gobierno, podría acabar con uno de los últimos rincones ecológicamente vivos y populares de la fronteriza Ciudad de Tijuana.

Tijuana es una ciudad conocida por su desarrollo industrial y por su expansión demográfica; en la actualidad, su crecimiento obliga a crear nuevas vías de comunicación para facilitar el tránsito entre Tijuana y las localidades vecinas de ambos lados de la frontera. Este año, el gobierno municipal -en conjunto con los órdenes estatal y federal- inició la construcción de un conjunto de vialidades con el objetivo de conectar la vía rápida de Tijuana con la carretera a Tecate, y posiblemente con una garita de cruce a los Estados Unidos que se planea construir en los próximos años. Una parte importante de este proyecto incluye la canalización de la tercera sección del rio Alamar.

El gobernador del estado, José Guadalupe Osuna Millán, ha catalogado a la construcción como «obra emblemática para Tijuana». La duda que surge es si esta obra será ícono de desarrollo o de desastre ambiental. En el abismo del calentamiento global, que amenaza con poner fin a la vida en el planeta, no se puede menospreciar ni siquiera un estanque de agua, mucho menos un arroyo natural; todos los recintos acuíferos deberían ser protegidos, pues son la base de la vida y el futuro de la supervivencia en la tierra. Pero como suele suceder en muchos de estos casos, los funcionarios locales parecen estar más interesados en el jugoso negocio de la construcción que en la vida y en el ecosistema de la región.

Como sucede en las mágicas sagas del cineasta japonés Yao Miyasaky, la tercera sección del arroyo Alamar – que se extiende por más de 10 kilómetros de largo y es uno de los tres mantos acuíferos que alimentan el Río Tijuana – se encuentra en el delgado límite entre la vida y la muerte, es decir, entre su estado natural y la pavimentación, que es una forma de muerte. El concreto, uno de los íconos de nuestra industrializada y mortífera sociedad moderna, amenaza con cubrir la cuenca del arroyo Alamar y con ello acabar con el hogar de cientos de especies de aves, peces y roedores que habitan este santuario en una de las zonas más áridas del país.

Como la princesa Mononoke -personaje consagrado de Miyasaky-, un grupo de vecinos, conscientes del desastre ambiental que los amenaza, han decidido tomar el asunto en sus manos y defender la cuenca del arroyo a capa y espada contra un proyecto de desarrollo estatal insensible a la naturaleza y con poco interés en la vida comunitaria de la región. Aquí se narra la historia del colectivo Chilpancingo, una organización formada por un grupo de vecinos que han decidido luchar por su derecho a una vida libre de contaminantes y que actualmente se encuentran defendiendo la cuenca del arroyo Alamar.

El Colectivo Chilpancingo nos enseña que el desarrollo industrial no puede darse aplastando el derecho de las comunidades a una vida libre de contaminantes. También nos enseña que existe el camino del desarrollo sustentable, que se dará siempre que se tome en cuenta a la comunidad y que se respete la vida de las otras especies con las que también compartimos el mundo.

En entrevista con Desinformémonos, Aníbal Méndez, un promotor comunitario del Colectivo Chilpancingo, nos habla de la lucha ambiental que enfrentan y de la historia de su organización.

¿Qué trabajo haces?

Soy organizador comunitario para la campaña de la frontera de la Coalición de Salud Ambiental de San Diego (EHC), una organización que tiene más de 30 años trabajando con el tema de la justicia ambiental. Es una organización de base que tiene el objetivo de empoderar a la comunidad para que sea la gente quien genere el propio cambio.  EHC ofrece herramientas y capacitación, tiene  varias campañas en los Estados Unidos y difunde el tema del racismo ambiental, que casi no se conoce en México pero en los Estados Unidos es algo sobre lo que se ha trabajado durante varios años. El racismo ambiental es básicamente el hecho de que los lugares donde la gente tiene menos recursos económicos, son los lugares donde se desarrolla la industria y donde pasan más carreteras, es decir donde hay más contaminación.

Al mismo tiempo trabajo con el Colectivo Chilpancingo, que está afiliado con EHC, como coordinador del grupo de jóvenes. El Colectivo empezó su trabajo por el caso de Metales y Derivados, que es una fábrica que se  dedicaba a reciclar el plomo de las baterías. El caso es que el  dueño estadounidense dejó 7 mil toneladas métricas de plomo, se fue a Estados Unidos y ahí quedó todo.

Entonces, la comunidad se organizó y EHC llegó a ofrecer las herramientas y la información para enfrentar este problema. Finalmente se logró una gran victoria. Es histórico porque las amas de casa de la comunidad, sin ser ni siquiera asociación civil, hicieron que el gobierno de México y el de los Estados Unidos se sentaran en una mesa de diálogo para obtener los recursos que remediaran esta situación. Una gran parte de la materia contaminante fue llevada a los Estados Unidos y otra parte quedó encapsulada en una celda de estabilización. La compañía dejó residuos tóxicos, el dueño incluso se escapó y se giró una orden de arresto en su contra, pero murió sin pagar nada. Y esa es la historia de cómo nace el Colectivo Chilpancingo: fueron más de 10 años de lucha en ese proceso.

El objetivo de nuestro trabajo como Colectivo Chilpancingo es trabajar con el concepto de justica ambiental, que es el derecho  que tenemos todos a vivir  en un  lugar libre de tóxicos; esto quiere decir que nadie tiene el derecho a contaminar. Por nadie nos referimos a cualquier individuo, empresa o gobierno, y es con lo que nos hemos enfrentado.

La comunidad con la que trabajamos se llama Colectivo Chilpancingo porque está en la colonia del mismo nombre; estamos pegados al (fraccionamiento) Murua también. La característica que tienen estas dos comunidades es que están a dos o tres millas de la frontera con Estados Unidos, y a una milla más o menos del parque industrial más grande de Tijuana. Entonces, es característica por que se ha visto el impacto que tiene sobre una comunidad la presencia del desarrollo industrial: esta comunidad paga con su calidad de vida y con su salud  el desarrollo de las empresas y de la ciudad.

¿Qué tipo de problemas se generaron a partir del daño que generó Metales y Derivados?

Ese caso en particular estaba relacionado con la presencia de plomo en el ambiente. El plomo es un metal pesado que, dependiendo de la saturación que se tenga en la sangre, puede ser dañino en diferentes niveles. En pocas cantidades puede generar bajo aprendizaje; en altas concentraciones puede generar la muerte, cáncer, hidrocefalia y otras mil cosas. Las 7 mil toneladas  de plomo  que había en el ambiente generaron diversos problemas.

Sin embargo, el impacto de la maquila en la vida de las personas es muy fuerte. Después de este caso de Metales hicimos unas pruebas de la calidad del aire porque que vimos que los tráileres que sirven a la maquila y cruzan a Estados Unidos pasaban por fuera de las escuelas de esta misma comunidad -por calles  que la misma gente de la comunidad han pagado y que no están diseñadas para soportar tanto peso-. En las pruebas encontramos concentraciones altas de micropartículas.

El problema de estas micropartículas es que, a diferencia de otros contaminantes como el polvo o  el bióxido de carbono, son tan pequeñas que entran al torrente sanguíneo y no sólo causan enfermedades respiratorias, sino que pueden generar enfermedades del corazón o cáncer. Apoyados en estudios científicos, comprobamos que los niveles de concentración de estas micropartículas eran muy altos en el ambiente,  y esto se debía a los tráileres.

Entonces, vemos la contaminación del suelo, del aire y del agua porque la  comunidad está entre el parque industrial y el arroyo Alamar; entonces, las maquiladoras abren sus compuertas en cuanto empieza a llover y bajan ríos de agua contaminada, del color que se te ocurra: verde, morado, azul, rojo. Todo eso va al arroyo esto causa un impacto en el ambiente. Hay asentamientos irregulares en el Alamar; mucha gente piensa que los asentamientos irregulares son sucios y peligrosos, pero es un problema complicado. Sabemos que el sueldo de la maquila no da para comer, menos da para tener una casa y mucho menos para pagar el transporte en Tijuana, que es uno de los más caros del país. Entonces, la gente tiene que vivir lo más cerca posible de su fuente de trabajo, y otra vez surgen problemas como el hacinamiento y los asentamientos irregulares, que traen muchos problemas. Por eso trabajamos esta colonia, ya que  es característica de esta dinámica binacional.

¿Cómo evalúa el impacto del trabajo que ustedes hacen, no solo en relación con la comunidad, sino en general en el  contexto de Tijuana?

Tratamos de enfocarnos en esta comunidad y de hacer un trabajo a la vez, porque así es como hemos encontrado una mejor forma de conseguir el éxito en lo que queremos. Al mismo tiempo, ofrecemos recorridos: viene mucha gente de universidades y de organizaciones de Estados Unidos a conocer la dinámica. Hacemos conciencia; a la gente que vive del otro lado de la frontera le decimos: “Mira, de esto también se trata el Tratado de Libre Comercio; éste es el impacto real, así vive la comunidad”. Hacemos presentaciones en escuelas donde se reúne la gente. También planeamos reproducir el mismo proyecto capacitando a otras comunidades, pero después de que se logra algo para tener las herramientas y decir: “Mira lo que se hizo, así fue como lo logramos”.

Estamos enfocados en el trabajo con la comunidad aquí pero, al mismo tiempo, tratamos de compartir la información. De hecho, tratamos de que en las luchas que hemos tenido no sólo se trate de arreglar el problema en específico, sino de dejar el camino. Por ejemplo, antes de Metales y Derivados no había un camino dentro de la ley para solucionar el problema, y ahora ya existe. Entonces se está replicando en otras partes del país, y con el caso del arroyo Alamar queremos hacer lo mismo, estamos  usando estrategias que sea puedan repetir.

Sobre el caso del Alamar, ¿nos puedes platicar cuál es la circunstancia y cuál es trabajo que hacen ustedes?

El  Alamar es un arroyo grandísimo: nace en Estados Unidos (allá tiene varios nombres, como Arroyo Campo, Arroyo Miller, Cottonwood y otros que ahora no recuerdo); cruza a México por Tecate y se convierte en el río Tecate; a la altura de la caseta de cobro entre Tijuana y Tecate se convierte en arroyo Alamar y avanza 10 kilómetros; a la altura de la central camionera se convierte en río Tijuana y desemboca del lado de Estados Unidos. Este grandísimo arroyo conforma el 30 por ciento del río Tijuana.

Estos 10 kilómetros del arroyo constituyen uno de los tres mantos acuíferos más importante de Tijuana. El problema es que, al estar cerca de la maquila y en esta zona de crecimiento acelerado de la ciudad, ha recibido el impacto de la contaminación y hay muchas empresas que creen que es un basurero.

Por esto, mucha gente asocia el arroyo Alamar con los asentamientos irregulares y la contaminación, pero el arroyo es un  ecosistema sumamente importante en la región. Si se recuperase podría ser una gran oportunidad para  retribuir a la comunidad todo el impacto que ha recibido por su calidad de vida. Si se recupera su zona arbolada podríamos crear espacios de esparcimiento que servirían a las comunidades de aquí.

Pero, contrario a esto, hay un proyecto impulsado por el gobierno municipal a través del Instituto Municipal de Planeación (Implan) y por el  gobierno federal a través de la Comisión Nacional del Agua (Conagua); se trata de la construcción de una vía rápida por los dos lados del arroyo, que lleva a cabo también el gobierno del estado. Es complejo, y el proyecto de canalización básicamente implica que llenarán de cemento todo el arroyo y por los lados correría una vía rápida, lo cual destruiría cualquier posibilidad de que pudiera subsistir el ecosistema.

Hay una parte, la tercera etapa del arroyo Alamar, que aún es una zona arbolada aunque hay basura que baja del río Tecate; todavía hay mucha fauna como pájaro carpintero, langostinos en el arroyo, ganso canadiense, garza, víboras. Lo grave del  asunto es este proyecto de canalización va a destruir todo eso; justo en la sección donde está la zona arbolada se conectaría con una nueva garita que se va a construir por Otay, por donde van a pasar más tráileres. Una vez más, el desarrollo de la ciudad lo va a pagar la gente de bajos recursos con su salud y su calidad de vida.

Entonces, nosotros trabajamos para ver de qué forma se puede hacer este  mismo desarrollo pero de una forma sustentable y preservando los mantos acuíferos, sin encementar el arroyo. Esto último es totalmente absurdo en una época de sequía como la que vivimos, sobre todo porque actualmente en otras ciudades, como Los Ángeles, se invierte en proyectos que pretenden quitarle el cemento al río, y nuestro gobierno, aquí en México, con una visión arcaica pretende encementar los arroyos.

Buscamos la forma en que se haga la canalización sin encementar, y que se construya la vía rápida por un solo lado para que se preserve la zona arbolada y el acceso de las comunidades a ella.

Esto no es nada nuevo. En el 2007 ya había un proyecto de canalización hidroecológica que, además de preservar la zona del río, proponía crear un parque natural de 10 kilómetros para la comunidad. Sin embargo, el proyecto cambió en el 2009; en 2011 le dieron el banderazo, desechando el anterior proyecto.

El proceso ha sido difícil. Estamos impulsando un proceso legal; interpusimos un amparo, pero no ha habido muchos resultados; entonces, tratamos de llamar la atención de la gente para que a través del apoyo de la ciudad, las autoridades vean que nos interesa, que  queremos sentarnos a platicar sobre cuál es la mejor forma de impulsar el desarrollo considerando a la comunidad. Queremos que la comunidad esté presente en las decisiones que se están tomando y que nos afectan a todos. Decimos sí al desarrollo, pero sustentable. Sabemos que en lugares como  Monterrey  hay canalizaciones hidroecológicas; entonces, existe el camino y lo que hace falta  es la voluntad política de los gobernantes.

Publicado el 10 de septiembre 2012

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4 Respuestas a “Tijuana, entre el cemento y el río”

  1. ES UNA NOTA MUY INTERESANTE HAY QUE HACERLE SABER A LOS CIUDADANOS Y A TODOS EN GENERAL DE LA EXISTENCIA DE ESTE GRANDIOSO ECOSISTEMA, LOS ANIMALES QUE EN EL HABITAN, ASÍ COMO DE IGUAL MANERA DE LOS PROYECTOS QUE SE TIENEN EN MENTE.
    TODOS TENEMOS DERECHO A LA VIDA, AL PROGRESO, A SUBSISTIR, TANTO NOSOTROS COMO HUMANOS, COMO LOS ANIMALES,LA NATURALEZA.
    TODOS TENEMOS DERECHO A RESPIRAR AIRE LIMPIO Y A CONSERVAR LO POCO QUE NOS QUEDA DE LA NATURALEZA. NO POR NADA LOS CANALES CONTIENEN EN SU INTERIOR UNA ZONA ARBOLADA QUE SURGIÓ AUN CON UNA CAPA DE CONCRETO ENCIMA.

  2. guadalupe rojas

    la labor que se hizo en metales fue muy buenaay mil agradecimientos pero en lo del rio alamar si que todos creimos, en el proyecto inicial, sobre todo los que vivimos frente al rio, era demasiado bueno para ser verdad, era un buen plan del ex presi de tijuana el señor HANK RHON donde ibamos a tener un central park como en new york en tijuana y en el rio alamar, pero con osuna millan nos cambio a concreto, aunque manejan ahora que los oarques seran lineales, lo que esperamos cuando menos que asi sea y que la tercera etapa del alamar o sea la del teran teran a la 2000 si se conserve la flora y la fauna, ya que en la primera etapa y en la segunda era pura contaminacion, y me consta porque lo vivi en carne propia quiza la lucha debio de haber empezado por combatir la contaminaciob que existia en el alamar, confiemos en que esta tercera etapa si se conserve el derecho a la vida de todos los seres vivos que ahi existen.

  3. Para mi punto de vista,se me hace bien que hagan esa vialidad. Hace unos 13 años yo hubiera luchado para que no la hicieran ya que era un rio mas limpio sin tantan gente habitandolo pero esa parte se volvio un foco de infeccion,vandalismo y contaminacion por la gente que se empezo a establecer en ese lugar, ellos destruyeron ese lugar tan bello en el que de niño soli ir a pescar, pero mucha gente de fuera sin permiso alguno siendo una zona de riesgo en temporadas de lluvia se establecio y arruino esa zona tan natural.

  4. LOS TRABAJOS DE LA CANALIZACION EMPEZARON, LO QUE EN VERDAD ES UNA TRISTEZA, LOS INTERESES ECONOMICOS PUEDEN MAS QUE LA NECESIDAD DE AREAS DE CONSERVACION, SI EN VERDAD SE CASTIGARA A TODAS LAS PERSONAS QUE INVADEN. YO HE ESTADO TRABAJANDO POR MUCHOS AñOS EN ESTUDIOS EN LA ZONA. Y VEO LA DESCORDINACION DE LAS AUTORIDADES MIENTRAS EL IMPLAN HACIA UN PLAN PARA ESA ZONA, CONTROL URBANO DABA EL PERMISO PARA CONSTRUIR EL FRACCIONAMIENTO DE RIVERAS DEL ALAMAR, QUE FUE CONSTRUIDO EN ZONAS DE CULTIVO PERO QUE DESTRUYO HABITATS ENDEMICOS DE LA ZONA (CON CACTACEAS). HACE APROXIMADAMENTE UNOS 20 AñOS ANTES QUE SE CONSTRUYERA EL BLVD GATO BRONCO TODA ESA ZONA ERA BONITA, EL AGUA CONTAMINADA DE TECATE SE AUTOPURIFICA Y CUANDO ENTRA A TIJUANA ENTRA A UNA CALIDAD ACEPTABLE, PERO CUANDO ENTRA A ESA ZONA ES CONTAMINADA POR LOS ESCURRIMIENTOS DE ASENTAMIENTOS IRREGULARES PROVENIENTES DE LAS PARTES ALTAS DEL AREA DEL NIDO DE LAS AGUILAS. TENGO ALGUNAS FOTOS DE LA ZONA QUE MUESTRAN QUE BONITA ERA ESA ZONA, Y QUE SI NO SE HUBIERA ENCEMENTADO, SE PODRIA RECUPERAR Y SER UN AREA VERDE PARA TIJUANA, COMO LO ES EL PARQUE MORELOS

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