El acuerdo realiza un llamamiento inmediato al desarme de todos los grupos armados irregulares, la desocupación de los edificios públicos ucranianos en manos de simpatizantes prorrusos, la amnistía para los manifestantes excepto los acusados de delitos «capitales» y el inicio de un diálogo «nacional y abierto» entre las partes enfrentadas.
La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) será la responsable de supervisar la implantación de esta hoja de ruta que de momento no ha ido acompañada de fechas específicas, si bien las partes han mostrado su deseo de que sea «inmediata»-. El ministro de Exteriores ruso, Sergéi Lavrov, ha comprometido todo el apoyo que Rusia para el éxito del proceso.
Estas medidas irán refrendadas con el inicio de un proceso de enmienda constitucional por parte del actual Gobierno en funciones de Ucrania para «dar voz y voto a todas las partes» que deseen participar en un diálogo «abierto, nacional e incluyente», según ha declarado el secretario de Estado de EEUU, John Kerry.
«Todo ello representa, creemos, un éxito, por hoy. Pero las palabras en papel solo tendrán sentido si llevan a acciones que las refrenden. Estas palabras tienen que traducirse en actos. El trabajo todavía no ha terminado, y no terminará hasta que estos principios sean aplicados», ha adjuntado Kerry.