“A 3 años de mandato del presidente Andrés Manuel López Obrador todavía no tenemos la verdad”, clamaron madres y padres de los 43 normalistas desaparecidos en el mitin realizado en el Hemiciclo a Juárez el pasado 26 de octubre. No se cansan ni se rinden a 7 años y un mes de los hechos trágicos en Iguala.

La marcha dio inicio en el Ángel de la Independencia y culminó en el Hemiciclo a Juárez con los rostros de los 43 estudiantes. Ahí doña Cristina Bautista, madre de Benjamín Ascencio Bautista, desaparecido en 2014, desde su sentipensar dejó el rostro palidecido por la ausencia y alzó la voz para que su hijo la escuche. “Las madres y padres extrañamos mucho a nuestros hijos; 7 años y un mes sin poder vivir tranquilos, tranquilas en nuestras comunidades, en nuestras casas con nuestras familias porque nos hace falta un hijo”.

Los sueños están suspendidos en los hilos del poder, ocultos en sus estructuras. A lo largo de los años se convierten en pesadillas de terror que alimentan el olvido. La tranquilidad es perturbada por el silencio apabullante de las autoridades. Sin embargo, “no podemos olvidarlos, ni silenciar sus susurros que desde las sombras de la impunidad nos llega en el alma. No podemos aceptar que hay gente que está en contra de nosotros porque nos manifestamos para saber la verdad y alcanzar la justicia por los 3 normalistas caídos en Iguala. La familia de Aldo que está sufriendo de ver a su hijo en la cama, pensamos que está esperando a sus compañeros para abrir los ojos, para ver a sus compañeros de regreso”, dice doña Cristina Bautista.

Las madres y padres pensaron que el caso Ayotzinapa se iba a resolver de inmediato, pero consideran que el camino es lento porque el gobierno de Enrique Peña Nieto obstaculizó y manipuló las investigaciones. “Por estas inconsistencias no podemos alcanzar la verdad porque se ocultó todo para que no supiéramos donde se quedaron nuestros hijos”.

Lo que preocupa a las madres y padres son sus hijos, que están sin dormir o sin comer. Por eso ocupan las calles para manifestarse, exigiendo la presentación con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Otro de los temas nodales es la investigación que se tiene que hacer sobre la participación del ejército mexicano ¿Qué esconden? ¿Por qué no quieren que se les investigue? ¿Qué intereses económicos y políticos de alto nivel habrá?

Se trata de la vida de 43 estudiantes que tienen sueños y que las autoridades permitieron la desaparición forzada, incluso participaron. Es un crimen de Estado que los gobiernos tienen que resolver a la brevedad. En un Estado democrático, con un marco legal preponderante, no se debe permitir hechos de esta naturaleza, sobre todo, si hay una continuidad de la violencia desde la guerra sucia a Ayotzinapa.

Las madres y los padres exigen la presentación con vida de sus hijos. En México la práctica de la desaparición se ha vuelto muy común, muchos colectivos y organizaciones sociales han revelado que hay más de 100 mil desaparecidos.

El día de hoy, 27 de octubre, madres, padres y normalistas acudieron a las estelas de luz en Iguala para honrar la memoria de los normalistas caídos, Julio César Mondragón Fontes, Julio César Ramírez Nava y Daniel Solís Gallardo.  Uno de los normalistas de Ayotzinapa habló: a “los 43 seguiremos buscándolos pase lo que pase, llegar hasta la verdad que es lo que siempre estamos exigiendo. Cuándo se ha visto que un país haya desaparecido a 43 estudiantes, como si la tierra se los hubiera tragado y todavía inventar una verdad histórica. Dónde se ha visto que un gobierno democrático tenga pensamientos de reprimir al pueblo. Es lamentable ver que quienes son responsables quieran manipular todo. Pero nosotros como normalistas no estamos de acuerdo con eso y nunca lo estaremos”.

Las madres y padres agradecieron a las personas que se siguen solidarizando con su lucha para que nunca más se repitan hechos lamentables como el de Iguala, sobre todo para dar con el paradero de los estudiantes normalistas. “Que sepan en mundo entero que aquí estamos y que no nos vamos a rendir hasta saber de nuestros hijos”.

Publicado originalmente en Tlachinollan