La Policía de Orlando confirmó que, en un ataque contra el club gay «Pulse» de la ciudad hubo cuando menos 50 muertos y 53 heridos. El atacante, Omar Mir S. Mateen, un hombre estadounidense de 29 años que tenía permiso de portar armas, murió al enfrentarse con la policía.
Los últimos balances señalan que hay 53 personas hospitalizadas y que algunas de ellas se encuentran en estado crítico. En el momento del ataque, en el interior del Club Pulse 320, las personas celebraban una fiesta de Orgullo Latino.
Mateen era hijo de padres afganos. Trabajaba como guardia de seguridad privada y contaba con permiso para portar armas en el Estado de Florida. Según la Policía de Orlando, entró en el local con un fusil de asalto AR-15 y una pistola.
En el transcurso de las horas siguientes el grupo terrorista Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS) reivindicó la autoría de la matanza de Orlando a través de dos comunicados que se difundieron a través de las redes sociales de la agencia de información Amaq, a la que se le señala cercanía con el grupo. Las autoridades de Estados Unidos no se han pronunciado al respecto.
Su padre, Mir Sediqque, ha afirmado a la cadena NBC que el ataque «no tiene nada que ver con la religión” y relató una conversación sostenida con él, durante un paseo por Miami hace unos meses, cuando Omar Mateen se enfureció al ver a dos hombres besándose en la calle. «Queremos pedir disculpas por lo que ha ocurrido», ha dicho. «No teníamos ni idea de lo que iba a hacer. Estamos impactados como todo el país”.
Un arma de guerra que se vende a civiles
Omar Mir, el atacante, que murió en el intercambio de disparos con la Policía, llevaba una pistola y un fusil de asalto, según detalló el jefe de policía de Orlando, John Mina. También añadió que el tirador portaba «un dispositivo», aunque no ha precisado las características.
El fusil AR-15 es la misma arma que se utilizó en otras matanzas en EEUU en los últimos años, como la de Sandy Hook en 2012, con 26 personas asesinadas, y San Bernardino en 2015, con 14 muertos. Después de estos dos crímenes múltiples, y ante la posibilidad de que el Gobierno de EEUU restringiera su venta, lo que nunca se produjo, las ventas del AR-15 se dispararon en varias ciudades de EEUU.
El portavoz de la Policía de Orlando se refirió a la dimensión del ataque asegurando que «es la peor tragedia que hemos visto hasta ahora».
con información de agencias.
foto: Agencias Efe, AP y Reuters
