Ciudad de México | Desinformémonos. Por lo menos 578 migrantes indocumentados fueron registrados muertos o desaparecidos entre Centroamérica y Estados Unidos durante el 2016, principalmente en el desierto de Sonora y los estados de Tamaulipas, Nuevo León, Veracruz, Chiapas, Tabasco, Puebla y Morelos, señaló la Organización Internacional de las Migraciones (OIM).

De acuerdo con la organización, 169 de los migrantes fallecieron o desaparecieron en el interior del país, mientras otros 409 sufrieron esa suerte en la frontera de México con Estados Unidos.

En la página del proyecto Migrantes Ausentes (Missing Migrants), se demuestra que la OIM registró la mayoría de los casos de muertes y desaparición en los cruces fronterizos de Reynosa, Nuevo Laredo y Piedras Negras en Tamaulipas, así como en la zona fronteriza que une Sonora y Arizona.

Ante estos resultados, México se posicionó como el tercer lugar más peligro para el tránsito de los migrantes, muy por detrás del mar Mediterráneo, en el que 4 mil 899 personas fallecieron este año en su intento de alcanzar las costas europeas. Por otra parte, en África del Norte la OIM reportó la muerte o desaparición de mil 99 personas.

Los últimos resultados indicaron que México y la frontera con Estados Unidos resultaron más peligrosos de cruzar que países como Sudán, Libia o Egipto, países de tránsito para los migrantes que huyen de Eritrea, Somalia o Etiopía.

En las últimos dos décadas, la OIM observó que más de 60 mil migrantes murieron o desaparecieron en su camino, y calificó el fenómeno de una “epidemia de crisis y abuso”.

De la misma forma, la organización aseguró que el número de migrantes muertos y desaparecidos incrementó en todas las regiones del mundo este mundo, “incluyendo el Mediterráneo, África del Norte y del Sur, así como Centroamérica y la frontera Estados Unidos-México”.

Sin embargo, la frontera sur de México también representa un peligro para quienes intenten cruzarla, pues “se ha observado un patrón común de criminalización, persecución y represión a mujeres, migrantes y personas defensoras de derechos humanos y del territorio que pueden culminar en la privación de su libertad y hasta en su asesinato”, aseguró la Misión Internacional de Observación de los Derechos Humanos en la Frontera Guatemala-México.

Quienes participaron en la Misión señalaron que entre las condiciones que fortalecen y acrecientan la violencia están “sin duda” la impunidad y la corrupción “que atraviesa todos los ámbitos de la cultura política, social, económica y jurídica de ambos países”.