Durante el 2015 fueron ejecutadas de forma legal hasta mil 634 personas alrededor del mundo, lo que supera cualquier otro registro desde 1989, publicó Amnistía Internacional (AI) en su último informe sobre la pena de muerte.

El documento apunta que Irán, Arabia Saudí y Pakistán son responsables del 89 por ciento del total de ejecuciones que se llevaron a cabo ese año.

“El aumento de las ejecuciones del año pasado es sumamente preocupante. Nunca, en los últimos 25 años, habían sido ejecutadas tantas personas por Estados de todo el mundo», indicó el secretario general de AI, Salil Shetty. «En 2015, los gobiernos continuaron arrebatando implacablemente la vida a muchas personas basados en la falsa premisa de que con la pena de muerte estamos más seguros», señaló.

Irán es el país que encabeza la lista en el número de ejecuciones legales de ese año, con al menos 977 muertes que representan el 60 por ciento del total. El país ejecutó por lo menos a cuatro personas que eran menores de 18 años cuando se les sentenció.

Respecto a Arabia Saudí, el número de ejecuciones incrementó un 76 por ciento en relación con el 2014, cuando fueron ejecutadas 158 personas. «La mayoría fue por decapitación, pero las autoridades recurrieron también al fusilamiento, y a veces exhibieron el cadáver de la víctima en público», señala el documento.

“Afortunadamente, los países que llevan a cabo ejecuciones constituyen una pequeña minoría cada vez más aislada», sostiene Shetty.

Por primera vez, 102 países en el mundo han abolido ya por completo la pena de muerte, y en total hay 140 Estados abolicionistas «en la ley o en la práctica», indica el documento.

Sin embargo, el informe no incluye las ejecuciones de China, el “mayor ejecutor del mundo”, ni las de Siria por parte del Estado Islámico, el régimen de Bashar El Assad y milicias rebeldes.

Con información de agencias