“La luna llena del 14 de noviembre no es sólo la luna llena más cercana de 2016, sino también la luna llena más cercana hasta la fecha en el siglo XXI. La luna llena no se volverá a ver tan cerca de la Tierra hasta el 25 de noviembre de 2034″, explica la NASA. «Una superluna o una luna llena en su perigeo puede llegar a ser un 14 por ciento más grande y un 30 por ciento más luminosa que una luna llena en su apogeo», añade el comunicado. La última vez en que la Luna estuvo tan cerca de la Tierra fue el 26 de enero de 1948, hace casi setenta años.
Si el tiempo lo permite, las noches del 13 y el 14 de noviembre se podrá contemplar un fenómeno conocido como superluna, un término acuñado en 1979 por el astrólogo norteamericano Richard Nolle para referirse al momento en que la Luna, en sus fases de luna nueva y luna llena, se encuentra en su punto más cercano a la Tierra, pues el satélite describe una órbita elíptica alrededor del planeta.
Dentro de unas horas, habrá la oportunidad de ver la Luna más grande y brillante desde enero de 1948. Es probable que alguno de los dos mil millones de móviles que pululan por la superficie del globo capte esta vez la imagen lunar del siglo. ¿Por qué es tan especial esta oportunidad?
Las órbitas de los astros no son circulares sino elípticas. La Luna, en su viaje alrededor de la Tierra, tiene un máximo acercamiento de 356.500 km (perigeo) y un máximo alejamiento de 406.000 km (apogeo). Y la Tierra, en su viaje alrededor del Sol, se acerca un máximo de 147 millones de kilómetros y se aleja un máximo de 152.
La diferencia será este lunes de apenas dos horas, por lo que la Luna llena se verá un 14 por ciento más grande y hasta un 30 por ciento más brillante de lo habitual. Además, en ese instante la Luna estará a 147.985.477 km del Sol, es decir, muy cerca también de su máximo acercamiento a la estrella, una ayuda suplementaria para un plenilunio esplendoroso a las 00.00 la iluminación será del 99.4 por ciento
Conviene que el cielo esté sin nubes y conviene situarse de manera que en el horizonte, por donde vaya a asomar la Luna, se recorten las siluetas de árboles o edificios. Estas referencias servirán para que el cerebro estime espontáneamente el tamaño de las cosas. Es un escenario perfecto para que una ilusión óptica se sume al espectáculo.
Cerca del horizonte la gran bola de la Luna aparecerá a la vista mucho mayor que horas más tarde, cuando flota allá arriba sola, colgada en el firmamento. Durante el amanecer de la luna, ésta se verá de color rojizo ya que, estando cerca del horizonte, su luz viaja un trecho más largo a través de la atmósfera antes de alcanzar nuestra retina. El aire absorbe entonces las longitudes de onda más cortas en beneficio de la luz roja o anaranjada. Faltan pocas horas para acomodarse en algún buen lugar de un buen desierto con una buena palmera en el horizonte y con un buen vaso de vino en la mano para disfrutar de unos buenos segundos de gloria cósmica. Si algo sale mal siempre podemos intentarlo de nuevo en el 2034.
Con información de agencias
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