El 6 de noviembre del 2010, al sur de Alemania, frontera con Francia, se manifestaron más de 2 mil activistas en contra de la energía nuclear. Su postura se debe sobre todo a las implicaciones médicas y al daño ecológico que representan las centrales y los desechos nucleares.

Ordenadamente, los manifestantes ocuparon la vía por donde debía pasar “Castor”, el tren que transporta los desechos tóxicos: algunos sentándose, algunos tocando música, algunos haciendo malabares, y finalmente lograron desviar el tren, aunque la policía intervino con el pretexto de que “ocupar las vías era ilegal”.

Recientemente el gobierno alemán había aprobado seguir utilizando este tipo de energía. Así, una de las consignas de la manifestación era no guardar silencio para no legitimar el uso de la energía nuclear.

Publicado el 01 de Enero de 2011