Decenas de participantes de todas las edades acudieron a realizar una actividad vital para la supervivencia de su comunidad. El evento, iniciativa de Un Salto de Vida, reunió a personas que, con mangos, garrafones de agua, talaches, palas, picos, bolsas negras, barras y azadones buscaron un sitio entre piedras de buen tamaño para cavar hoyos y plantar árboles endémicos cultivados desde su semilla por la asociación, en la zona metropolitana de Guadalajara, Jalisco.

El lanzamiento de las bombas de semillas responde a una necesidad: practicar formas efectivas para incrementar las posibilidades de que la planta se prenda y conserve. En el Método Fukuoka, estas bombas de semillas son la principal estrategia de la guerrilla verde que desafía la agricultura industrial y busca devolverle a la naturaleza su autonomía.

La bomba de semillas consiste en una combinación de tierra, barro, composta y gran cantidad de semillas de alimento y árboles endémicos en forma de bolitas que se dejan secar a la sombra y se lanzan después en cualquier terreno, preferentemente al principio de la época de lluvias.
El Cerro de la Cruz es el último pulmón de la cabecera municipal de El Salto, su zona de absorción recarga los mantos acuíferos y a sus faldas se obtiene agua de manera muy superficial. Ahora está en riesgo frente a la deforestación que vuelve a su suelo incapaz de retener agua, la invasión de zonas habitacionales y los incendios. Es también el único de los cuatro cerros con los que cuenta el municipio que aún conserva una cantidad considerable de vegetación pues los Cerros Colorado, San Onofre y de Los Zermeño se han convertido en minas de tierra o zonas habitadas.