“Somos la ley, ustedes no son nada, son unas hijas de puta, bolivianas de mierda”, gritaban los policías mientras disparaban balas de goma por la espalda de cientos de mujeres bolivianas, que llevaban en la espalda a sus hijos, durante el desalojo de un predio ocupado en Abasto, La Plata, ubicada en la Región Metropolitana de Buenos Aires.

“Estoy mal físicamente porque me pegaron por todos lados y psicológicamente peor, porque pensé que estas cosas ya habían terminado, me hizo acordar al tiempo de los militares, cuando ellos tenían la palabra y vos no eras nada. Me tiraron al suelo y me agarraron a patadas”, expresó una de las mujeres.

La mañana del siete de mayo, unos 200 efectivos ejecutaron una orden de desalojo en un terreno ocupado por los indígenas. Con balas de goma, gases lacrimógenos y golpes, los uniformados cumplieron, según informaron, con su labor.
Según testimonios de los bolivianos, el día anterior al desalojo, notificaron que este ya no se haría. En la noche hubo festejos, ya podían dormir tranquilos. “Nos agarraron durmiendo”.

La policía llegó con todo un arsenal, le prendieron fuego hasta a los perros. “Nos llevaron arrastrando hasta la comisaría, ahí también nos golpearon y los heridos hasta mucho más tarde fueron atendidos. El abogado que fue a reclamar para que atendieran a los heridos, lo metieron preso y le pegaron”, denunció la mujer.

Los indígenas argumentan que el terreno no pertenece al hombre que reclama la propiedad de las tierras, en las que llevan más de 20 años. “El mismo gobernador nos dijo que no nos iban a desalojar, pero nadie nos quiere decir quien dio la orden”, expuso la indígena.

Los bolivianos manifestaron que se están reagrupando para continuar con la resistencia y llaman a la solidaridad de los argentinos porque la situación se va a empeorar.

Con información de la Central de Trabajadores de la Argentina Autónoma.