“Estamos luchando aquí por la vida, todos nos preguntamos qué pasaría si se hubiera muerto los 31 futuros de México, seguramente diría el gobierno que de todos modos fue una bacteria que los mató y así evitar su responsabilidad y levantar el cuello lamentando las muertes con todo el cinismo de siempre”, manifestaron los habitantes de Simojovel, quienes se movilizaron este fin de semana en exigencia de justicia por la muerte de dos bebés.

El pasado ocho de mayo el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), vacunó a 31 bebés en las comunidades La Pimienta y San José, en Chiapas. El sacerdote del pueblo creyente de Simojovel, denunció que ese hecho es un reflejo de las condiciones en las que se encuentra el sistema de salud, que van desde pésimas condiciones de las carreteras para trasladarse a un centro de salud, equipo, hasta la falta de personal médico.

Los habitantes de Simojovel, denunciaron que no es la primera vez que el gobierno golpea al ejido La Pimienta, “primero entraron sin permiso la empresa GIMSA a buscar riqueza en nuestras tierras, segundo los partidos políticos entran a dividir; tercero, quisieron matar a 31 bebés y cuarto se burlan de las muertes, Manuel Velasco y el director del IMSS”, y añadieron que el gobernador les ofreció cinco mil pesos, lo que indignó más a la población.

Los menores, que viven en extrema pobreza, fueron elegidos dentro del programa del IMSS Prospera para la vacunación, en un lugar donde no cuentan con un centro médico, medicinas y personal capacitado. Los casi 24 mil habitantes deben esperar a ser atendidos por los 32 médicos destinados para todo el municipio.

La Pimienta y San José hacen parte de las 124 comunidades del municipio de Simojovel, catalogados como de extrema pobreza. La minería y la sobre explotación del maíz ha devastado la tierra.

Según informó el IMSS, las vacunas no causaron la muerte de los dos recién nacidos, sino la contaminación biológica durante su manejo, sin dar respuestas más profundas. Para los habitantes de Simojovel, la contestación del instituto es una burla.

Además para este pueblo indígena, la burla fue mayor cuando el IMSS regaló los féretros para enterrar a los dos bebés, lo que causó que las familias decidieran sepultarlos en el panteón de la comunidad, sin realizarles la autopsia.