El Blues es una propuesta para humanizar y un legado de los afroamericanos

Video y Foto: Ahuizotl Pastrana Texto: Giovanna Gasparello y Jaime Quintana Guerrero Produciòn para desinformemonos: Ricardo Montejano

“Bajare a la fosa clandestina,
a tocar un Blues de vida,
un Blues de luz”.
Para los 43 normalistas desaparecidos
Lucy Blues

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“La visión de los gobiernos es la impulsar que la cultura no esté en el mismo pueblo. Es importante leer, pero los pueblos con sus propios usos y costumbres la están generando, eso es legitimo y autentico,  necesitamos desnudarnos para ver la cultura, eso es lo que hacemos nosotros en el Blues”, afirma José Cruz.

El grupo Real de 14, es parte de generaciones del movimiento estudiantil y social de México, se escuchaba en los conciertos organizados por la rebeldía de jóvenes de la UNAM en prácticamente más de 15 años, en el apoyo al movimiento zapatista, en contra de las mineras en territorio Wirrarika y en innumerables eventos de apoyo social, ahora recientemente por  la presentación con vida de los 43 normalistas de la Normal de Ayotzinapa en el estado de Guerrero, México.

Existe un país que se levanto, declara el cantante de Real de 14, “estamos con un México en la calle, que pone las cosas en su lugar con miles de ideas”,  y que obliga a pensar en los liderazgo si son útiles o no, y darnos  rumbo y que aparezcan los 43 normalistas y de nueva formas de imaginar la solidaridad como lo es la música”.

Patricia Aguirre, manager del nuevo dueto Lucy Blues, Miguel Corsa guitarrista  y el compositor José Cruz, empezaron a idear un “Blues blanco “más universal como el que nos legaron  los afroamericanos”, explica en entrevista para Desinformémonos, José Cruz, miembro  y fundador por más de 32 años del grupo Real de 14, nombre que retoman del lugar sagrado de los indígenas  Wirrarikas que se encuentran en el centro- norte de México.

En silla de ruedas y siempre acompañado, José Cruz sufre de dos enfermedades crónicas e incurables, una de ellas esclerosis múltiple que no le permite caminar, las cuales no lo detienen para seguir y explica que la fortaleza, “es resistir y saber que existe la esperanza”, señala también  que de ahí viene la idea de vivir  “de una manera reflexiva, no a lo loco”, lo cual lo te hace madurar y descubrir que es la esperanza. “La esperanza y la fe son patrimonio del mundo, no de las iglesias, la fe nos pertenece a los seres humanos”, aclara.

Este nuevo dueto se suma a la idea,  “humanizar (mediante la música) ante las teorías del neo colonialismo que están provocando que este país se rompa en pedazos, y que nuestros recursos naturales se estén están otorgando a las empresas internacionales”, expone el cantautor.

Con un carácter cinematográfico nace Lucy Blues

El nombre del nuevo dueto Lucy Blues nace en el campo en una sesión de fotografías, relata Miguel Corsa y José Cruz, “la idea del nombre viene de un momento imperceptible de una experiencia cotidiana”,  cuentan los músicos y cantantes, quienes experimentan con la fusión de la música indígena de los Wirrarikas, de los Yaquis y de mas pueblos indígenas donde exponen que “es una forma de retribuirles el legado que nos han dado”.

La escena para el nombre del grupo relatan los músicos el  encontrarse con una camioneta amarilla abandonada en un lugar desolado, cuadro que fue la inspiración de hacer un dueto con un carácter cinematográfico de un “Blues rustico en español”, y al mismo tiempo es apegado al sentimiento de la  raíz de este género musical y de la experiencia de vida, explican sus integrantes.

Miguel Corsa y José Cruz, forman el dueto Lucy Blues sus historias son distintas, experiencias y generaciones que comparten la vida y la resistencia. Para estos músicos, este dueto es una forma de mantener en la música la coherencia con la vida.

Volver a un instinto primario, al instinto rustico de la música, a una chispa de vida, menciona Miguel Corsa, guitarrista y voz de Lucy Blues. “Yo experimente la música desde los 10 años de manera espontanea y empecé tocando Rock, hace 6 años conocí el Blues y me relacione como músico e intérprete”, explica Miguel Corsa autodidacta en la música y aprendiz de la música de la vida y del trabajo, quien también forma parte del grupo Real de  14.

José Cruz, conocedor de intérpretes del Blues de los barrios de Estados Unidos y México y con quienes compartió escenarios menciona que la intención del nuevo dueto es dar a “conocer un género que está lleno de evidencias, que no tiene que ver IndieRock pero tiene que ver con la violencia reflexionada que emana desde la profundidad del ser y del estado “Blue”.

Lo dicen los negros y los afroamericanos cuando cantan en el estado “Blue”, explica Cruz, “jamás hablan de esclavitud, el canto en su música es de fortaleza, es una alegoría y canto a la vida,  la fuerza de avanzar”. Es en este sentido explica es que nace este dueto, dos armónicas, dos guitarras y la voz cómo huella digital del ser humano”.

El Blues no es un canto de tristeza, ni depresivo, es todo lo contrario explica el maestro, “el estado Blue, es un estado de realización,  de orgasmo, de éxtasis”, explica que cuando comenzó “yo cantaba en Garibaldi con los mariachis borrachos, era un Blues callejero, no un modo de vida, sino es sacar a pasear y ventilar el alma”.

Para Miguel Corsa los artistas tienen responsabilidad social y es inevitable no sentir ante la alarma social como las vivimos en México, “el deber más grande es la sinceridad, los artistas comprometidos con el arte,  no podemos ser ajenos de lo que estamos viviendo, es la importante  plasmar la vida a través de la música”.

Quiero una revolución madre “Blues

Lucy Blues y Real de 14 son altamente políticos señalan sus integrantes, “quiero una revolución madre Blues, ya anunciábamos y  sentíamos la revolución  zapatistas en 1994”, y ahora viene un auge de lucha con los 43 normalistas, la gente está respondiendo al llamado”.

Yo empecé a respirar al interior de la armónica y buscando en la música la composición de las melodías que hago, no existe ortodoxia en el Blues”, es un sincretismo este género musical y “está influenciado por culturas y subculturas o contraculturas a la vez, “no se necesita ser negro para tocar esta música”, aclara el músico mexicano.

José Cruz ha convertido la música  y su experiencia en una escuela con  talleres literarios donde recrea con sus alumnos el entorno y se piensa en sí mismo, “la idea de los talleres es crear la imagen de la sombra, parte de nosotros mismos que estamos negando, si vamos a estudiar a un autor tenemos que pensar que pasaba por su cabeza, si hablamos de Cesar Vallejo tenemos que saber que esperanza o tristeza tenia”, dichos talleres son porque “existe un miedo ahora en la nuevas generación en la búsqueda de los desconocido”.

Muchos jóvenes se esconden con la máscara del intelectualismo expone, “mis alumnos le entran al estudio de sí mismo y de la vida cotidiana”,  señala que “la literatura está en todas partes, no está en los libros está en todas partes de la vida social”.

Lucy y Blues es un proyecto independiente, hacer  colectas y trabajo para juntar fondos para hacer un disco es la siguiente meta. “Nuestro proyecto es austero y lúdico a toda madre. Nos obliga a hacer austero en nuestro lenguaje y ricos en la expresión”, concluye José Cruz maestro del Blues en México.

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