En desafío a la legalidad, autoridades acosan a trabajadoras sexuales de la capital de México

Krizna/ Taller de Periodismo Comunitario “Aquiles Baeza” Foto: Cuartoscuro

México, DF.  A pesar de que el pasado mes de febrero  Paola María Villegas Sánchez Cordero, Jueza Primero de Distrito en Materia Administrativa, ordenó al gobierno local acatar el fallo a favor de un grupo de más de 80 trabajadoras sexuales que recurrieron al amparo ante los constantes operativos, represión y extorsión en su lugares de trabajo, además  de ordenar a la Secretaría del Trabajo garantizar el libre derecho a trabajar, su integridad y respeto, la realidad es otra. Un grupo de cinco trabajadoras sexuales transgénero que laboran en la avenida Ejército Nacional, aún sufren amenazas por parte de las autoridades de la delegación Miguel Hidalgo y de los vecinos de la colonia Verónica Anzures.

Joaly, trabajadora sexual con más de 25 años en este oficio, declaró que llevan más de 17 años laborando en este lugar. “Era un lote baldío cuando llegamos, pero ahora hay edificios departamentales, oficinas y tiendas comerciales, y nos quieren quitar”, recordó.

La trabajadora señaló a Humberto Morgan Colón, director general de Atención Ciudadana, y al Comité Vecinal  de la Verónica Anzures, como responsables de la idea de “reubicarnos en calles que tienen curvas peligrosas en las que no se pueden estacionar los clientes, además de que pueden pasar accidentes constantemente, o en calles obscuras donde no pasa gente y tememos por nuestra seguridad”. Joaly informó que ellos las convocaron a mesas de trabajo por más de un año, pero solamente una vez se presentaron los vecinos de la colonia.

“Ésta es una labor normal, como cualquier otra. Yo ofrezco mi trabajo a cambio de dinero. Le pedimos a la Secretaría del Trabajo que nos otorgue la credencial de trabajadores no asalariados y el permiso para trabajar en la calle, porque no le hacemos daño a nadie”, estableció Joaly.

Hace poco tiempo, la trabajadora sexual habló con un integrante del comité vecinal, quien se manifestó de acuerdo en retomar las mesas de trabajo: “Invitamos a los de la colonia Anáhuac para sentarnos a dialogar y que sepan que no afectamos a nadie, no nos drogamos, no bebemos en vía pública, ni robamos, sino que trabajamos por necesidad. Queremos pedirles que nos dejen laborar ahí donde hemos estado mucho tiempo”.

Joaly comentó que ya las reubicaron en varias ocasiones en lugares donde la delegación no garantiza su seguridad. “Los vecinos nos agreden verbalmente, ponen sus carros para que no trabajemos, nos avientan agua desde la azotea  de sus casas. Precisamente ayer una vecina le gritó a varias compañeras: ‘putos, lárguense de aqu풔, denunció.

Morgan Colón “nos dio un ultimátum para que nos retiremos a más tardar el domingo y nos pasemos a la curva que está en la calle de Mariano Escobedo”, señala la trabajadora sexual. El funcionario agregó que “si no nos arreglábamos con él en ese momento,  esto pasaría a las instancias de la policía y empezarán las redadas en nuestra contra”. El mismo Morgan Colón las amenazó anteriormente con “probar fuerza contra fuerza, y dijo que nosotras la llevábamos de perder porque somos cinco contra más de 800 vecinos, además de los 2 mil que pronto llegarán a habitar la colonia”, detalló Joaly.

La denuncia es que el funcionario “no nos reconoce nuestros derechos, además de que desconoce la sentencia de la jueza, aceptada por sus superiores, como el mismo jefe de gobierno Miguel Ángel Mancera”, precisó Joaly. “Nos dijo que le hiciéramos como quisiéramos, que nadie nos podía ayudar. Le llevamos propuestas de calles para reubicarnos, pero las rechazó. Nos quiere fuera de nuestra área de trabajo”. Las trabajadoras sexuales “hacemos un llamado a la Secretaría del Trabajo para que esté pendiente y nos apoye”.

Joaly aclaró que los operativos son anticonstitucionales además de ilegales, después del amparo ganado por las trabajadoras sexuales, “pero ya está la amenaza. Tememos por nuestra seguridad,  tenemos miedo de que nos fabriquen delitos en los operativos para quitarnos, a pesar de que llegamos nosotras a trabajar antes que los colonos. Los vecinos de la Anáhuac nos tienen en un buen concepto, dicen que somos niñas bien portadas, que parecemos mujeres y que no les faltamos al respeto”.

Humberto Morgan Colón “quiere reubicarnos en un lugar que nos quitará tiempo y dinero,  porque ahí no hay clientes ni trabajo. Esperamos que se dé el diálogo con los vecinos para que ellos vivan tranquilos, nosotras trabajemos a gusto y haya una convivencia armónica entre todos”, concluyó.

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