Por una cultura incluyente, Panteón Rococó alza la voz

Emilio Rabasa Véjar

México. “Entendiendo que somos iguales porque somos diferentes, podemos crear una cultura que se enriquezca con las características de cada uno”, reflexiona Leonel Rosales, guitarrista del grupo musical mexicano Panteón Rococó, después del sonado episodio en que una aerolínea pretendió impedir el abordaje de dos de los músicos por llevar los brazos tatuados.

Los integrantes de la banda decidieron hacer público el hecho para que siente un precedente, sobre todo para quienes cotidianamente sufren estos episodios de discriminación pero, a diferencia de ellos -un grupo con más de 20 años de trayectoria, 13 discos y tours por todo el mundo-, no son escuchados.

Panteón Rococó es uno de los grupos mexicanos más emblemáticos del país por su estilo de fusión de rock, ska y punk. Originaria de la Ciudad de México, la banda fue fundada en 1995, y se nombró en honor a la obra literaria de Hugo Argüelles, El cocodrilo solitario del panteón rococó.

Tras presentarse recientemente en El Paso, Texas, en el Neon Desert Music Festival, el grupo mexicano se trasladó a Ciudad Juárez, Chihuahua, para abordar el vuelo hacia su siguiente destino. A dos integrantes de la banda, un empleado de la aerolínea Interjet les impidió abordar por mostrar el “torso” con tatuajes (aunque al parecer, el trabajador se refería a los brazos).

El líder y vocalista del grupo, Luis Román Ibarra, redactó una carta explicando lo sucedido en su cuenta oficial de Facebook: «No buscamos las cabezas de nadie, ni queremos una cacería de brujas. Lo único que pedimos a uds. Aerolínea, es tener cuidado con sus cláusulas y políticas de abordaje, poner especial atención en la capacitación y sensibilización de su personal», detalló.

En otro apartado de la carta, Ibarra señala: “Comprendemos y valoramos los sistemas de seguridad que se aplican en todos los aeropuertos. Veinte años haciendo tours por todo el mundo no nos dejarán mentir. Pero lo que no podemos solapar ni dejar de denunciar es cuando a juzgar de los ojos de una persona intolerante, pueda uno acceder a los servicios previamente contratados por hablar, por tener, por creer, por pensar, por preferir algo diferente. Valoramos mucho su respuesta inmediata ante este percance y reiteramos nuestro respeto por todo su personal”.

En entrevista con Desinformémonos, Leonel Rosales, guitarrista de Panteón Rococó, señaló que los tatuajes son una forma de expresión que no se debe tomar como sinónimo de que una persona se dedica a la delincuencia, o es buena o mala.

“Hace mas de 17 años que me hice mi primer tatuaje. Es una forma de expresión que no se debe tomar como sinónimo de calificativos negativos. Hay mucha gente en el mundo que está tatuada, hay mucha que no lo está, y hay otra que desafortunadamente que no entiende y discrimina. Es retrógrada y triste”, aseveró el guitarrista de la banda mexicana.

Rosales puntualizó que los tatuajes no son exclusivos de un grupo social y mucho menos hoy en día: “Vemos gente de distintos estratos sociales que los tiene; esto no comprende de razas, es universal y se debe respetar”.

El guitarrista informó que ésta es la más fuerte muestra de discriminación hacia la banda, pues en otras ocasiones no pasa de un par de palabras. “Hemos tenido algunas experiencias un poco desafortunadas. Hace algunos años en Alemania, con un grupo neo-nazi, pero solo esa parte, nada que ver con lo que ocurrió el otro día”.

Las redes sociales fueron otra vez partícipes fundamentales en la denuncia de los hechos. Seguidores de la banda mexicana, así como ciudadanos comunes, manifestaron su apoyo a través de Twitter, Facebook y otros espacios digitales. La exigencia fue que un episodio de este tipo no se repita.

Leonel Rosales indicó que el grupo intentó que el hecho se difundiera para que no le suceda a nadie, de manera que se siente un precedente para todas las personas que viven algún acto de discriminación y no son escuchadas.

El guitarrista consideró indispensable que se corrijan estas políticas discriminatorias, pues probablemente no sólo suceda en esta empresa, sino en muchas otras. “Los tatuajes son maneras de expresión, se puede llamar irreverencia, rebeldía o el calificativo que queramos, pero cada uno lo hace por algo y no podemos generar críticas, ni estereotipos. Debemos entender que el mundo va avanzando y las cosas que antes veíamos imposibles, ahora son posibles y tenemos que adaptarnos al cambio. La evolución no nos puede ganar”.

“Tenemos que entender que somos iguales porque todos somos diferentes, y somos libres de caminar por el mundo entero. Entendiendo que somos iguales porque somos diferentes, podemos crear una cultura que se enriquezca con las características de cada uno”, finalizó.

1 junio 2014

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