“En Aquila estamos aparte de las autodefensas y queremos que se nos respete”

Adazahira Chávez Pérez Foto: Juan José Estrada Serafín / Cuartoscuro

México. Los comuneros nahuas de San Miguel Aquila denuncian que viven bajo una nueva amenaza, que proviene de algunos grupos de autodefensas, y las presiones del comisionado federal para Michoacán, Alfredo Castillo, para que abandonen las movilizaciones y la defensa de sus presos.

Octavio Villanueva Magaña, presidente de los Bienes Comunales de la comunidad costera, afirma que el grupo de autodefensa que actúa en su territorio no sólo le exige el pago de la cantidad que anteriormente dieron al cartel de los Caballeros Templarios, sino que quiere que el representante indígena avale sus acciones, por lo que se encuentra amenazado.

Los comuneros nahuas de Aquila nunca formaron parte de las autodefensas michoacanas, aclara Villanueva; quienes se llaman así en el municipio son un grupo de avecindados (mestizos que llegaron a vivir al territorio). El comisariado precisa que entre los autodefensas hay gente que “sí quiere el bien”, pero otros se valen de eso para extorsionar y robar.

Los indígenas decidieron no incorporarse a los cuerpos policiacos oficiales, como sí lo hicieron este mes de mayo algunos grupos civiles surgidos de Tierra Caliente –a los que se unieron habitantes de la Costa- , “debido a la descomposición y los problemas internos que tienen. Como comunidad, nos podemos conformar como guardia comunitaria y la ley nos ampara”, diferencia el entrevistado.

El representante comunal aclara que no llevan relación o preferencia con ninguno de los dos grupos de autodefensas (el de Estanislao Beltrán, Papá Pitufo, y el de José Manuel Mireles). “Les decimos que respetamos su movimiento y su lucha, pero la nuestra es aparte. Este grupo de autodefensas que actúa en Aquila ni siquiera existía cuando nosotros ya estábamos como guardia comunal. En ese entonces les dijimos, échenos la mano porque el crimen nos extorsiona a todo el pueblo, pero no quisieron por temor. Ahora ellos quieren que los apoyemos, pero cómo, si nuestra gente de la guardia está presa y no ha salido ninguno”, refiere el representante comunitario.

“Yo no voy a legalizar gente que no va a estar bajo nuestra dirección y supervisión, no los voy a solapar en lo que hacen. Quieren que los avale, dicen que para que respondan a la comunidad, pero no lo hemos hecho porque realizan acciones que no vemos bien, como saquear y asustar a la gente con las armas, y de eso no se trata la seguridad”, afirma.

La mina, el cartel y la inseguridad

La historia de la comunidad indígena de San Miguel Aquila y la minera Ternium – a la que los comuneros aquilenses ubican como gran parte del problema que viven- comenzó hace 30 años. La empresa pagaba mil 500pesos anuales a cada comunero por la ocupación de tierras.  La comunidad exigió un pago por volumen de mineral extraído. “Mataron a dos comisariados por eso. La comunidad detuvo la extracción por cinco años, pero luego regresó la empresa a seguir sacando el fierro sin pagar”, relató la comunera Ofelia Alcalá a Desinformémonos en 2013.

En 2011 se logró acordar un pago de 3.80 dólares por tonelada de material extraído, lo que duró solamente dos meses. Los comuneros protestaron y el pago volvió, pero llegaron también las extorsiones del cártel de los Caballeros Templarios: 2 mil pesos mensuales por comunero. La comunidad aguantó la situación un año y medio, pero las exigencias de los delincuentes aumentaron, así como sus actividades contra los comuneros y avecindados.

La asamblea tomó una decisión: el surgimiento de la guardia comunitaria. Unas semanas después, el 14 de agosto de 2013, un operativo coordinado del ejército, la marina y la policía estatal entró a Aquila y detuvo a 45 integrantes de la guardia comunitaria; dos más fueron asesinados. Las armas de la guardia se decomisaron y los comunitarios detenidos fueron enviados a penales de alta seguridad.

Después de la desarticulación de la guardia, “vinieron cinco asesinatos, tres desapariciones forzadas y levantones por parte del crimen organizado de los que todavía se quedaron en la comunidad”, relató un comunero de apellido Díaz a Desinformémonos. La comunidad se desplazó.

Llegaron las autodefensas

La comunidad indígena de Aquila no puede regresar a la normalidad por completo. Primero, explica el representante, la mayoría de los indígenas huyeron por las amenazas del cartel de los Caballeros Templarios, “apoyados por el gobernador interino y el presidente municipal, Juan Hernández”. De los pocos que se quedaron, recuerda, tres fueron desaparecidos el 25 de noviembre de 2013.

El grupo de autodefensas que se formó el 18 de enero de 2014 en la cabecera municipal de Aquila está constituido por avecindados, “apoyados por la Policía Federal; el comisionado Alfredo Castillo y el gobierno los dejaron que anduvieran por todos lados y portaran armas, cosa que a nuestros compañeros no, por eso están en la cárcel y no quieren sacarlos”, apunta el nahua.

La comunidad decidió no incorporarse a las autodefensas por la desconfianza existente hacia las autoridades, que los reprimieron apenas cinco meses antes de la conformación de los grupos armados civiles-, “y porque primero hay que resolver los problemas que hay en casa. Si vas y te metes a querer arreglar los problemas al vecino, no lo vas a poder hacer”.

A la llegada del comisionado federal, explica el presidente de los Bienes Comunales, “las cosas mejoraron unos 15 días. Después de eso, las autodefensas comenzaron a tomar las costumbres y mañas de los Templarios. Ahora ellos me amenazan como comisariado, quieren que los apoye y les pague el dinero que se les daba a los del cartel, que porque es para seguridad y ellos se encargan”, denuncia. “Ellos saben que la comunidad tiene legitimidad, y quieren que avale las cosas que andan haciendo apoyados por la policía federal. Saquean casas y todo eso. Yo no puedo avalarlo”, abunda.

 Villegas explica que en Aquila, “queremos arreglar los problemas de inseguridad en nuestra comunidad, pero no nos andamos expandiendo ni conquistando territorios como hacen las autodefensas, que salen de su municipio a limpiar otros. Eso no nos parece correcto porque no los conocemos, no sabemos quién es bueno y quién es malo”.

La diferencia de trato gubernamental que se dispensa al grupo de avecindados autodefensas y a la guardia comunitaria, valora el representante comunal, tiene que ver con el conflicto que la comunidad mantiene con la minera Ternium. “Con el comisionado federal sentimos que hay una discriminación, atiende a los otros grupos y los indígenas, que se esperen”, agrega.

 La comunidad de Aquila, como parte de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala- Movimiento Nacional (CNPA-MN) es apoyada por organizaciones afines en sus esfuerzos por la libertad de sus presos. Gracias a la campaña, lograron tres reuniones con el comisionado Castillo, en una de las cuales los comunitarios presentaron propuestas para solucionar el problema de Aquila en cuanto a seguridad y economía, “y a él le pareció bien, pero eso fue cuando llegó a Michoacán. Ahora que ya adquirió el control del estado, ve que le funcionan mejor las autodefensas”, evalúa el representante comunal.

“Prefieren tratar con los que andan asustando a la gente que conmigo, que soy el representante comunal”, indica. Los comuneros denunciaron ante Castillo que los Templarios explotaban ilegalmente dos minas en su territorio, y que los minerales se transportaban a Colima. “En notas recientes vemos que decomisan barcos; eso es de Aquila, pero no lo mencionan”.

Octavio Villegas denuncia que reciben presiones por parte del comisionado federal para que dejen de movilizarse y abandonen la defensa encabezada por Leonel Rivero (quien en el mes de abril de 2014 sufrió un allanamiento de sus oficinas y amenazas, aún no esclarecidas). Incluso les ofrecieron a tres abogados contratados por el gobierno, que pudieron entrar al penal aun cuando no son familiares ni parte de la defensa.

Las condiciones del regreso de toda la comunidad están “medio dadas”, afirma el presidente de los Bienes Comunales, y explica: “es más peligroso con estas personas, porque se supone que es gente del pueblo que eran buenos. Tú te cuidabas de los Templarios, te les escondías, pero estos se supone que son avecindados que hasta te saludan, pero no sabes con qué intención vienen, si están molestos porque no les pagas, entonces no sabes en qué momento te pueden dañar”. El comisariado afirma que lo han amenazado en el patio de maniobras de la empresa, que se meten sin permiso al auditorio comunal con armas cortas, a donde están las autoridades indígenas, para exigir que les paguen.

El nahua considera que la descomposición que se vive en las autodefensas de Aquila se debe a que han perdonado a Templarios “porque ellos conocen el terreno y los rincones del municipio, entonces dicen, bueno, trabaja para nosotros, no te nos rebeles, y sigue operando. Esa gente está ensuciando al movimiento. Se supone que iban a limpiar de delincuentes y los están perdonando, y siguen con sus vicios”.

Los comuneros de Aquila exigen la libertad de sus presos, que el gobierno atienda sus exigencias, y la seguridad. “Si a nosotros nos pasa algo, el comisionado será el responsable porque los que nos amenazan alardean de que él los respalda”, finaliza.

19 mayo del 2014

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