“Como mujeres se vale defendernos, sí podemos”: Yakiri Rubio

Carolina Bedoya Monsalve

México, Distrito Federal. “Espero que las mujeres sepan que tienen absoluto derecho a defenderse de las agresiones”, afirma a Desinformémonos Yakiri Rubio Aupart, encarcelada tres meses, acusada del homicidio de su violador. La joven mujer seguirá su proceso penal en libertad, acusada ahora de “exceso de legítima defensa”. Su padre, José Luis Rubio, afirma que el barrio de Tepito, de donde son originarios, le enseñó a Yaki a defenderse y hacerse respetar, “y ese fue mi delito. Querían que me dejara matar”, completa la chica.

La abogada de la joven Rubio Aupart, Ana Katiria Suárez, señala que el caso “es la punta de lanza que llama a poner más atención a los delitos de género, pero falta mucho por hacer”, y denuncia que persisten las visiones machistas entre los juzgadores y ministerios   públicos.

El 7 de diciembre del 2013, Yakiri Rubio Aupart, originaria de Tepito,  acudió a la agencia 50 del Ministerio Público (MP) para denunciar la agresión sexual y física de la que fue víctima por dos hombres. A los pocos minutos, Luis Omar Ramírez uno de los agresores, llegó al MP para interponer una demanda contra la joven por el asesinato de su hermano y perpetrador de la agresión Miguel Ángel Ramírez. La joven de 20 años fue secuestrada por dos hombres mientras caminaba por la céntrica colonia Doctores, la amenazaron con un cuchillo y la llevaron a un hotel; uno de ellos se fue y el otro la agredió física y sexualmente. “Con la misma arma que me hirió, con esa misma me defendí”, recuerda Rubio Aupart.

Yakiri Rubio recuerda que mientras se encontraba en el MP relatando lo ocurrido, Luis Omar Ramírez la insultó y las autoridades tuvieron que llevarla a otra sala para alejarla. Los funcionarios no siguieron el protocolo que se debe seguir en casos de violación, denuncia José Luis Rubio, padre de la joven, en entrevista con Desinformémonos, ya que no le practicaron ningún examen médico para sustentar o descartar la agresión sexual. Además de ello, Rubio Aupart estuvo incomunicada durante la declaración y las autoridades no tomaron en cuenta que también fue víctima de secuestro e intento de asesinato. “A ellos les sorprendió que yo me defendiera, querían que me dejara matar”, afirma la joven.

Familiares de Yakiri Rubio consideran su caso excepcional por el hecho de que salió con vida de la agresión, pues “muchas mujeres mueren y son arrojadas como basura en cualquier lugar” señala su padre. “El barrio le enseñó a defenderse y a hacerse respetar”.

Los días en el penal fueron difíciles para la joven Yakiri Rubio y su familia, pues además del proceso penal en su contra recibieron amenazas y agresiones por parte de la familia Ramírez Anaya. La inocencia de su hija les dio fuerza para continuar la lucha por su libertad, a pesar de los hostigamientos y acusaciones de las autoridades; chismes y calumnias que se crearon en las audiencias, apunta don José Luís Rubio. Añade que  le sorprendió aún más que las autoridades defendieran a una familia con todo un historial criminal.

Una de las pruebas presentadas por Luís Omar Ramírez para afirmar una presunta relación sentimental entre su hermano y Yakiri Rubio fue una hipotética comunicación telefónica. El padre de la chica indica que lo único que esto evidencia es la falta de perspectiva de género y machismo del sistema judicial en México, “que cree que por ser pareja, que no era así, él tenía derecho a violarla”. La procuraduría se declaró incompetente para realizar las pruebas en los teléfonos para ratificar dicha relación.

El proceso de Yakiri marca un precedente jurídico en México, sostiene Ana Katiria Suárez, la abogada que lleva el caso. “Es la punta de lanza que llama a poner más atención a los delitos de género, pero falta mucho por hacer. La libertad de Yakiri es un avance, pero persisten actitudes inclinadas a apoyar este tipo de agresiones de las cuales son víctimas las mujeres”. El juez 68, a cargo del proceso de homicidio, retrasó por casi tres días la salida del reclusorio de Tepepan, supuestamente porque estaba muy ocupado para enviar la documentación requerida en la diligencia de la afianzadora, denuncia la defensora.

El proceso penal continuará, aunque con la joven en libertad y en un juzgado de delitos menores. Se fijarán nuevas audiencias, pues faltan pruebas que sustenten las contradicciones de los testimonios presentados en contra de Yakiri Rubio, señala Suárez. La fiscalía de delitos sexuales no se ha pronunciado al respecto. Los exámenes que le practicó la Procuraduría General de Justicia (PGJ) fueron deficientes. “Cuando interpuse la acusación de la violación ni siquiera se me practicaron pruebas debidas en esos casos, como de embarazo o de alguna infección”, señala Rubio Aupart.

Para la joven, promotora cultural al igual que su familia, fue muy decepcionante ver que de víctima se convirtió en la agresora, y ser recluida en una celda. La justicia concluye que ella sí actuó en legítima defensa, pero que no era necesaria tanta violencia para proteger su vida. En la acusación de la familia Ramírez Anaya, se establece que Yakiri Rubio apuñaló a su agresor en 17 ocasiones, lo que de acuerdo a su abogada resulta ilógico por las características físicas de ésta (de poco más de 50 kilos de peso, contra un agresor de 90 kilogramos y de oficio cargador). De manera paralela, la defensora de Yaki señala que una irregularidad más del caso fue la cremación del cuerpo de Miguel Ramírez cuando el caso aun está en proceso de investigación.

Tras pasar 87 días en el reclusorio de Tepepan acusada de homicidio, el juez 68 consideró que la muerte de Miguel Ángel Ramírez Anaya, el agresor de 37 años, fue en legítima defensa, aunque con excesivo uso de violencia por parte de la joven.

Yakiri Rubio Aupart señala que su liberación se debe en parte a la presión social de muchas personas que se adhirieron a su causa. El 29 de diciembre del año 2013 se realizó una marcha para exigir su liberación, se crearon comités de solidaridad en México y manifestaciones en la embajada de México en varios países. Así mismo a través de las redes sociales y después de conocer los 423 mil pesos de fianza impuesto por el tribunal superior de justicia, la gente convocó a solidarizarse con la joven agredida.

Yakiri Rubio señala que espera que la justicia no siga invisibilizando a las mujeres, y que éstas sepan que tienen absoluto derecho a defenderse de las agresiones. “Me encarcelaron por defenderme, para la justicia ese fue mi delito. A todas las mujeres les digo que se vale defendernos, que sí  podemos.  A veces como mujeres tenemos miedo y creemos que no podemos contra un hombre, pero no se trata de fuerza, se trata de lo que sentimos por dentro, de lo que nos lastima y de lo que nos hagan. No nos quedemos calladas, yo voy a continuar y ahí vamos a estar”, concluye la joven, que encabezó la marcha del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, realizada en el Distrito Federal.

 10 de marzo de 2014

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