La memoria del genocidio en Guatemala escrita con luz

Nelton Rivera Foto: Daniel Hernández-Salazar

Guatemala. El arte no debe ser sólo un adorno, sino una herramienta para incidir en la sociedad, declara el fotógrafo guatemalteco Daniel Hernández Salazar, quien se empeña en traer a la memoria colectiva a los desaparecidos y masacrados durante la guerra en su país, para que nadie pueda negar lo que sucedió.

Daniel Hernández Salazar se define tanto artístico como documental.[1] “Memoria de un ángel” es una de sus creaciones, fuertemente vinculadas a la memoria histórica de los pueblos.

“Memoria de un ángel” es la fotografía de Hernández-Salazar que se imprimió en la portada del Proyecto Interdiocesano de Recuperación de la Memoria Histórica (REMHI) en el informe Guatemala: Nunca Más, publicado en 1998 por la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala (ODHAG).

El 30 de enero 2014, durante las actividades de la conmemoración del segundo aniversario del Museo de los Mártires del Movimiento Sindical, se presentó su muestra fotográfica: “Revelación… El poder de la memoria en el país del olvido”. Ahí tuvo lugar esta entrevista.

La exposición fotográfica muestra la realidad que viven familiares de detenidos desaparecidos en Guatemala, especialmente las familias de 138 personas que aparecen en el “Diario Militar”. Actualmente las familias, organizaciones de familiares de desaparecidos y la Fundación de Antropología Forense de Guatemala (FAFG) trabajan para identificar y encontrar a cada una de las más de 45 mil personas desaparecidas durante la guerra.

Daniel Hernández-Salazar aborda desde su perspectiva algunas ideas sobre el papel de la fotografía en la escritura de la historia y la memoria a través de la luz, y su técnica como artista por medio de la recuperación del trabajo de la fotografía en su originalidad previa a la era digital.

La memoria histórica

Decidí dedicar mi esfuerzo a la recolección y transmisión de la memoria histórica a partir de documentos visuales. Me he dado cuenta que en Guatemala existe la negación como mecanismo de protección y defensa, pero también como herramienta de dominación, y en el extranjero es la ignorancia de Guatemala y su holocausto.

Uno puede poner su grano de arena, porque si todos hacemos lo mismo tal vez no podemos avanzar igual. El trabajo de los artistas no debe quedarse solamente como algo decorativo, en vez de verlo como una herramienta, una disciplina y una lucha que sirve. Los artistas podemos incidir en la sociedad.

 Las desaparecidas del Diario Militar

La última fase del proceso de identificación fue para mí muy importante, el registrar a las primeras personas que se identificaron por ADN porque son pruebas irrefutables. Si dicen que los reconocieron por el cincho, por la ropa o por el lugar; siempre habrá alguien que diga que no es cierto, pero si es por ADN hay un 99.99 por ciento de posibilidad de que esa persona sea y cualquier tribunal del mundo lo va a reconocer.

A los familiares de Amancio Villatoro[2], por ejemplo, no les podían devolver los restos legalmente porque la figura del desaparecido era un problema. Un desaparecido aún no ha muerto. No pueden reconocer su muerte ni nada porque legalmente no desapareció y no murió.

Hay momentos muy duros. Después de 30 años, los familiares de Sergio Linares[3] lo volvieron a ver. Es el momento de la devolución cuando uno quiere hacer estas imágenes, no por amarillismo sino porque hay que documentarlo.

En todas las fotos se retrató algo ausente: una generación faltante.

Escribiendo la historia con luz

A partir del esfuerzo alrededor de recuperar la memoria histórica, este trabajo también tiene una reivindicación de la memoria en el trabajo fotográfico.  Es el caso del trabajo artesanal del fotógrafo, que se ha olvidado un poco con el advenimiento de las técnicas contemporáneas -que obviamente son buenísimas, pero involucran el cambio de una forma de hacer las cosas.

El significado original de la palabra está en que “foto” es luz y “grafía” es escritura. Fotografía quiere decir “escribir con luz”, lo que en la etapa digital ya no es una cosa tan obvia porque la luz se captura en un censor digital, se convierte en datos -en ceros y unos-, se mete en una computadora y después se dibuja con un tinte.

En la época anterior, unos 15 o 20 años atrás, esto era totalmente distinto. La imagen era registrada en un soporte sensible a la luz -originalmente un vidrio, luego se mejoró en acetato. La imagen se capturaba en este soporte negativo, literalmente escrita o grabada. Luego eso se procesaba y nuevamente a través de la luz, con un ampliador, se coloca el negativo, se proyectaba sobre el papel sensible a la luz y luego se revelaba por medios químicos. Se lavaba, se fijaba… y tenemos la fotografía.

Quise combinar esos dos momentos históricos en esta exposición. Todas estas fotos las hice con una cámara digital, las trabaje en una computadora para dejarlas calibradas (porque estas cámaras las toman en un formato básico que no tienen ningún ajuste). Luego las envíe afuera de Guatemala a un laboratorio en Estados Unidos para que las filmaran y grabaran en película como antes. Las enviaron ya en negativos. Las metí en mi laboratorio, las imprimí otra vez en papel fotográfico y las revelé químicamente.

Es una técnica que espero que no se pierda porque tiene otra calidad. Transmiten una textura, una forma, y aparte está también la mano del autor. Ya no es solamente presionar un botón, darle 50 o 500 y que todas sean iguales. Si vuelvo a imprimir esta fotografía nunca será igual, pues siempre hay diferencias en el cambio de temperatura del revelado.

Lo que hago es siempre registrar imágenes que no sólo registren el momento que estamos viendo, sino que además representen proporcionalmente la importancia histórica y emotiva del hecho. Eso es lo que realmente busco.

En “Los Ángeles” traté de utilizar lo mejor que pude de dos cualidades que la fotografía tiene: Por un lado su valor metafórico, porque estoy representando a un ángel, que es una metáfora de la lucha por la divulgación de lo que sucedió en Guatemala. Pero al mismo tiempo, siempre busco que tenga un valor probatorio, porque mucha gente niega lo que pasó y no quiere verlo. El Ángel es probatorio porque las alas son de hueso, pero no son cualquier hueso, sino de una víctima de la guerra que fue secuestrada, torturada, desaparecida y borrada. Por la Fundación de Antropología se supo que el lugar de donde la sacaron era la antigua base militar del Chal Petén, y la historia se repite a lo largo de toda la geografía de Guatemala.

Yo no quise usar cualquier hueso. Pudo haber sido el de una escuela de anatomía, o hecho de papel maché o de plástico, pero no hubiera cumplido con lo que yo quería, que simbólicamente fuera lo que tiene que ser y lo que es, para que no se pueda negar.

Recuerdo un artículo que escribió Ricardo Anzueto Vielman -de mala recordación-, en el que decía que esos muertos que estaban desenterrando eran mentira, que no eran de masacres de la guerra, sino del terremoto de 1976. ¡Se atrevió a decir una mentira de ese tamaño! Con cosas así de ridículas, yo siempre busco que las fotografías no sean sólo objetos decorativos o un documento, sino que tengan vida.[4]


[2] Amancio Villatoro, “Guillermo o René”, fue fundador del sindicato de Chicles Adams. En el momento de la captura coordinaba la Central Nacional de Trabajadores (CNT) y era miembro de las FAR. Según la información del Diario Militar, fue capturado el 30 de enero de 1984 en la zona 1, y el 29 de marzo de 1984 fue “300”. Sergio Linares también aparece “300” el mismo día. Linares, alias Otto, era el encargado de la región central del Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT).” elPeriodico Identifican a dos personas consignadas en Diario Militar. 23 de noviembre 2011.

[3] Sergio Saúl Linares Morales “Otto”, “miembro del PGT –CC, encargado del regional central. Miembro del Órgano Seccional Manuel Andrade Roca -OSMAR-. Capturado el 23 de febrero de 1984 en la zona 9 de la ciudad de Guatemala. Asesinado el  29 de marzo del 1984. Diario Militar.

[4] Intervención durante presentación de muestra fotográfica “Revelación… El poder de la memoria en el país del olvido.” 30 de enero de 2014.

24 de febrero 2014

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