En Hamburgo, el estado de excepción no mermará la protesta

Gaston Kirsche Traducción: Christine, RedmycZ

Hamburgo, Alemania. A pesar de la imposición de un estado de excepción y de la represión a las manifestaciones, los activistas sociales advierten que los conflictos que les dieron origen no desaparecieron y la protesta seguirá. “Con zonas de riesgo y represión estos conflictos seguramente aumentarán”, señala un defensor del centro social Rote Flora.

El día 21 de diciembre de 2013, 10 mil personas quisieron hacer uso de su derecho de hacer una marcha en el barrio de Hamburgo Schanzenviertel, en defensa del centro social Rote Flora, por un lugar donde los refugiados puedan ser acogidos y por el derecho a una vivienda para los inquilinos de las casas Esso en St. Pauli. Se trata  de tres asuntos álgidos en Hamburgo. Pero la marcha no se pudo realizar por orden de los jefes de operación de la policía, Peter Born y Hartmut Dudde, que ocupan estos lugares desde hace muchos años.

Después de avanzar 30 metros, los manifestantes fueron “detenidos” y atacados por unidades policiacas antidisturbios. Sin aviso previo usaron cañones de agua, tropas de choque, garrotes, porras y espray de pimienta, y atravesaron por entre los manifestantes empujando y dando puñetazos en las caras. Hubo una fuerte resistencia con piedras y pirotecnia de la parte delantera de la manifestación. Durante todo el día, los manifestantes fueron atacados por la policía y todo intento de solicitar el permiso para una marcha alternativa fue negado por Born y Dudde.

Averiguaciones autónomas y datos proporcionados por los socorristas hablan de más de 500 manifestantes heridos; información de la central de bomberos indica 121 servicios de ambulancia de “heridos no policías”. Según el informe de la policía a la prensa hubo 170 heridos de los policías, 16 de los cuales requirieron tratamiento hospitalario.

Un día antes de la marcha frustrada, fue atacada una delegación policial con daños materiales en las ventanas y en un vehículo como resultado. De este hecho, la jefatura de la policía dedujo una supuesta disposición a la violencia de los manifestantes autónomos, por lo visto para tener argumentos para su negación del permiso a la manifestación. El senador Michael Neumann, del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) encubrió la actuación arbitraria del jefe de operación y balbuceó que “revoltosos del país entero” se juntaron para ejercer fuerza brutal. El portavoz de la fracción burgués de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), Kai Voet Van Vormizeele, fue insuperable en su histeria hablando de agresiones hacia la policía  que “semejaron a una guerra civil”.

Supuestamente, el 28 de diciembre nuevamente hubo un ataque – según información policiaca, muy brutal – a la comisaría de policía más famosa de Hamburgo, la Davidwache de Reeperbahn.  Supuestamente, tres policías fueron heridos gravemente, uno con peligro de muerte por una pedrada en la cabeza. La mayoría de los medios de comunicación de Hamburgo publicaron notas rojas como: “Encapuchados le rompen el hocico a policía” y “Declaración de guerra” -el titular de Hamburger Morgenpost, que añadió: “Policía advierte: ¡la próxima vez disparamos!”  El sindicato de la policía en Hamburgo no cuestionó el exceso de violencia en la actuación de los jefes de operación Hartmut Dudde y Peter Born, al contrario, levantaron una campaña de: “No a la violencia contra la policía”, que fue apoyada por el alcalde de la ciudad Olaf Scholz y el senador Michael Neumann, los dos del partido SPD.

Casi nadie escucha al abogado Andreas Beuth, quien muchas veces abogó por Rote Flora y es una persona bien informada. Su despacho hizo investigaciones independientes al respecto del ataque brutal a Davidwache el 28 de diciembre y el 5 de enero explicó que todo indica que este ataque nunca tuvo lugar: “No hay ningún policía de Davidwache esquina con Reeperbahn/ Davidstraße herido por una piedra u otra pieza peligrosa”. El legista Beuth dedujo políticamente: “Parece que detrás de esta declaración aparentemente falsa hay intereses políticos de la policía y sus sindicatos, como por ejemplo puestos adicionales, un mejor salario, un ‘rearme’ y la creación de un zona de riesgo de un tamaño hasta ahora desconocido”.

El portavoz de la policía, Mirko Streiber, tuvo que reconocer el 6 de enero que el policía que supuestamente fue herido por 40 personas encapuchados que gritaban “St. Pauli, tiras de mierda, ¿todavía no les basta?”, en realidad recibió la golpiza en un altercado en Kitz, por parte de una persona hasta ahora desconocida. El anterior informe de la policía a la prensa sobre el supuesto ataque de un grupo autónomo fue magnificado en la prensa, que lo denominó “una nueva cualidad en la violencia de la extrema izquierda”.

La dirección policiaca de Hamburgo sigue en su postura de aumentar la tensión. Desde el 4 de enero, los barrios de vida nocturna en el centro de la ciudad -St. Pauli, Altona-Altstadt y Nord así como el Schanzenviertel, fueron declarados “zonas de riesgo” en las cuales la policía tiene poderes mucho más amplios. Esta “especialidad” hamburguesa – desde 2005, la policía tiene derecho a declarar un área “zona de riesgo” sin la correspondiente disposición judicial – es una iniciativa del populista de derecha que también fue senador, Ronald Barnabas Schill, quien también en esta ocasión cubrió y protegió la actuación de los jefes Peter Born y Hartmut Dudde.

Hasta hoy, la política de personal de Schill se mantiene en el aparato policiaco. En las zonas de riesgo, la policía puede hacer controles de personas y pertenencias arbitrariamente y puede prohibir la estancia, y la detención preventiva es más fácil, pues basta una infracción contra el derecho de estancia.

El fin de semana siguiente, los uniformados abusaron de estas facultades: por centenares patrullaron estos barrios y controlaron a todos cuya apariencia pareciera de un autónomo: 414 personas fueron controladas, 83 recibieron prohibición de permanencia y nueve 9 fueron desalojadas del lugar. Christiane Schneider, diputada del izquierdista partido Die Linke, señaló que: “de facto no hay control policiaco. En materia de zona de riesgo decide la policía y solamente la policía”.  En Hamburgo gobierna solamente el SPD y no tiene problema con este hecho: “Nosotros apoyamos que la policía aproveche todas las facultades que les permite el marco de la ley para prevención de abusos futuros”, declaró el portavoz de la política de interiores del SPD- fracción ciudadana, Arno Muenster.

El periódico hamburgués Abendblatt sacó el 6 de enero el titular siguiente: “Información secreta: policía advierte de choques futuros en Hamburgo”, y con este “papel secreto-solo para uso interno” confabuló sobre supuestos choques futuros y causó la impresión de que la escena autónoma de Hamburgo realiza acciones terroristas y planea ataques a personas seleccionadas. Seguramente, estas informaciones no salieron casualmente el día en el cual, por iniciativa de los partidos de la oposición, Die Linke y Die Gruenen, el consejo de interiores de la ciudadanía de Hamburgo se reunió la primera vez después del 21 de diciembre para investigar la actuación policiaca en la suspensión del derecho de manifestación de aquel día.

Christiane Schneider, diputada de Die Linke, y Antje Möller, diputada de los verdes, estuvieron presentes el 21 de diciembre. Moeller también se distancia de la “violencia y exceso” por parte de los manifestantes, pero critica que la policía “quitó el derecho de manifestarse a miles de personas que se lo hicieron pacíficamente”. A Christiane Schneider se adjudicó falsamente en la prensa que hubiera participado en el bloque negro gritando la consigna “¡Fuera la policía! La diputada, conocida por su sensatez y su empeño en bajar el nivel de violencia, reprochó a la policía, segura de su causa pero en tono tranquilo, que maniobró para cancelar el derecho de libre expresión: “Tengo la impresión que hubo una intención de la policía para que la manifestación no se realizara”.

En la averiguación del consejo de interiores, los jefes de operación, Born y Dudde recibieron apoyo total por parte del SPD y el CDU. El senador Neumann, el presidente de la policía, Wolfgang Kopitzsch, y el jefe de operación Peter Born estuvieron sentados armoniosamente juntos en el consejo. “No se pone en cuestionamiento la culpa”, fue como el señor Neumann enfrentó toda crítica. “Quien no está dispuesto a aceptar el monopolio de la violencia por el Estado, no puede ser un interlocutor del Estado”. Además dijo, en forma de oráculo,  que no hay seguridad de si por parte de los manifestantes “ya se había llegado a la última escalera de violencia”. Y exigió la solidaridad amplia de la ciudadanía para con la policía hamburguesa – y con su procedimiento de confrontaciones exageradas. “Un ataque a la policía es un ataque contra todos nosotros”, argumentó. Neumann, ex-soldado, seguramente eligió este lenguaje marcial conscientemente. Suena a una carta blanca para la dirección policiaca y un rumbo represivo. Peter Born se retirará de su puesto en la policía hamburguesa para jubilarse.

El SPD, que gobierna en Hamburgo y se jacta de ser un partido de orden al estilo de Gustav Noskes, intenta tachar a los participantes del 21 de diciembre como criminales. Esto hace más urgente de que hablen los organizadores de la manifestación.

Platica con Florentin*, de la campaña en defensa de Rote Flora Flora bleibt unverträglich

¿Por qué y cómo la policía impidió la manifestación?

Por lo visto hubo una instrucción policiaca de parar la manifestación en el Schanzenviertel y desarticularla ahí mismo. Pasados algunos metros, una cadena de policía se acercó a la delantera de los manifestantes y empezó a golpear y dar patadas. Poco después usaron cañones de agua y disolvieron la manifestación después de una escalada calculada, pero la gresca siguió durante varias horas. También en otras partes de la ciudad y en el centro hubo protestas.

Pero la estrategia de la policía no es un caso aislado. Lo mismo sucedió en Frankfurt, en Blockupy, donde una movilización de una alianza autónoma fue atacada y parada según un plan consciente. Detrás está el cálculo político de debilitar a los movimientos de protesta con la represión para crear impotencia. Pero la impotencia se crea solamente ahí, donde ya no se actúa y donde los movimientos políticos permiten que  se les amedrente.

¿La policía actuó igual de violenta contra el bloque rojo Rechts auf Stadt-Buendnisses, como contra la delantera?

Atacaron a todos los participantes de la manifestación. Los cañones de agua no suelen hacer diferencias. También los oficiales de policía abrieron camino en forma intransigente, usando garrotes, patadas y espray de pimienta para disolver la gente. El bloque rojo intentó varias veces registrar otra manifestación, lo que fue negado en las esferas más altas de la policía.

¿Cómo se llegó a un número tan alto de heridos?

La policía repitió su incursión en la multitud. Las consecuencias fueron heridas por garrotes y espray de pimienta, y las bombas de agua causaron heridas y fracturas. Pero también hubo manifestantes lesionados por  piedras lanzadas por otros manifestantes, hecho que tenemos que criticar. Todavía estamos en la evaluación de las consecuencias de la acción policiaca. En efecto recuerda mucho a la estrategia de escalada en las manifestaciones internacionales del G8 en 2007 en Rostock.

¿Qué les espera a los detenidos?

Hay que suponer que en el marco del 21 de diciembre, la policía inició varias averiguaciones previas y después del análisis de su material de video habrá más. Cuántos de estos finalmente llevaran a un proceso judicial, no se puede saber todavía.

En el discurso mediático de las últimas semanas hubo algo como una histeria de seguridad. Surgió la discusión pública sobre el uso de armas de fuego y se levantaron averiguaciones previas por intento de homicidio involuntario. Además se instaló una zona de riesgo, donde la policía puede hacer controles sin que haya sospechas, puede prohibir la estancia y puede expulsar a sospechosos. El territorio de esta zona es enorme y 100 mil habitantes están afectados. Calculamos que en las semanas y meses que vienen habrá más represión estatal para criminalizar al movimiento.

Según información de abogados, el ataque a la delegación policial Davidwache parece ser una trampa de la policía. Esto explica las contradicciones múltiples. Es la continuación de una estrategia policial contra la manifestación del 21 de diciembre y que tiene su origen en la línea intransigente del senado de Hamburgo. Ellos adoptan totalmente la línea law and order (ley y orden).

¿Sin embargo, el día de acción puede calificarse como un éxito?

Nosotros pensamos que la movilización fue un éxito, y también la posición  firme de los participantes de no permitir la disolución. La plaza hubiera sido vaciada en cinco minutos si no hubiera habido tanta gente que hizo cadenas humanas y mostró perseverancia.

Claro, una manifestación que solamente avanzó 30 metros y después fue disuelta, no se puede llamar exitosa. Una meta política también fue salir y correr conjuntamente, como impulso positivo para futuras luchas ciudadanas. No se logró.

Pero los tumultos que después siguieron en toda la ciudad lograron que tampoco la policía se pueda vanagloriar de un éxito. Políticamente se puede hablar de una situación estancada. Resumiendo, nosotros perdimos más, porque hubo más que ganar y hubiera sido una manifestación muy fuerte y expresiva. Sin embargo, lo que logramos también se puede valorar como éxito. El senado tuvo que salir de su concha de caracol, su línea de actuación de no inmiscuirse y su pasividad fue puesta en cuestión.

La pregunta siguiente es si la discusión social puede ser reducida por parte del senado a cuestiones de seguridad interior o si las condiciones sociales generales serán un punto en  su agenda.

¿Quieren hacer un nuevo intento? ¿Una manifestación para  Rote Flora, los migrantes y los intereses de los inquilinos de los edificios Esso desalojados?

De todos modos las protestas seguirán. En los meses pasados no solamente hubo manifestaciones masivas. Con zonas de riesgo y represión estos conflictos seguramente aumentarán. No hay una solución política ni para los refugiados ni para los habitantes de los edificios Esso.  También la Rote Flora vive la amenaza del desalojo más fuerte que nunca. En vista del rumbo de la línea gubernamental del SPD, solamente habrá cambio si se ejerce una presión fuerte sobre el senado. El lugar para esto es la calle.

*  El nombre es ficticio.

 

Publicado el 20 de Enero de 2014

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