Cárceles sobrepobladas en Italia gritan la necesidad de amnistía

Aurora Dagostino/ Globalproject Traducción: Miguel Alejandro González Ledesma

Italia. Primer lugar en sobrepoblación carcelaria, en suicidios de presos y en menores de edad detenidos. El décimo reporte nacional sobre las condiciones de detención en Italia, redactado por el Observatorio de las Cárceles Antigone, prueba con datos inequívocos que la amnistía es una cuestión improrrogable.

Para noviembre del año 2013, las cárceles italianas albergan a 64 mil 47 personas. Considerando la capacidad “reglamentaria”, la cabida de la infraestructura existente es para 47 mil 649 internos, sin embargo, según las estimaciones de Antigone, la capacidad real es para 37 mil detenidos. Oficialmente la sobrepoblación es de 134.4 por ciento, pero en realidad llega a 173 por ciento. Los datos del Observatorio no son improvisados, sobre todo teniendo en cuenta que el mismo Ministerio afirmó que son bastante realistas.

Otros datos importantes en el reporte muestran que 37.4 por ciento de la población carcelaria se encuentra en custodia cautelar y, por lo tanto, sin que su responsabilidad en los crímenes de los que se les acusa esté comprobada. Por su parte, 6.4 por ciento de quienes fueron procesados “definitivamente” deben cumplir con penas inferiores a un año, mientras 26.9 por ciento fueron condenados a menos de tres años. En suma, 33 por ciento de los condenados definitivamente cometieron delitos no particularmente graves, por lo que se pueden tomar medidas alternativas.

Los detenidos que tienen la posibilidad de trabajar en la cárcel son apenas 17.5 por ciento, pero ello es solamente gracias a una política que fraccionó los puestos de trabajo existentes para crear otros (obviamente afectando aún más el nivel de los salarios). La posibilidad de formación y escolarización es trágicamente baja (no hablamos de cursos universitarios, sino de cursos de profesionalización: son apenas 251 aquellos que iniciaron en la primera mitad del 2013, pero hay mil 711 detenidos que demandan formación). Los cursos existentes son garantizados prevalemente gracias a la participación de voluntarios, una “anomalía positiva”, tal como la define el reporte del Observatorio, que se traduce en el trabajo de 12 mil personas.

Los operadores institucionales (dirigentes, educadores, asistentes sociales y personal técnico administrativo), son apenas mil 506; y los mediadores culturales son casi inexistentes (1 por cada 100 detenidos). En el año 2003 eran 21 mil 726 en un contexto que no era de sobrepoblación. También se han hecho recortes entre la policía penitenciaria: de los 46 mil agentes del año 2003, en el 2011 se redujeron a 41 mil. Pero esto no se compara con el recorte de los operadores y, de todos modos, la relación numérica entre policías y detenidos está entre las más altas de Europa (en Italia 1 a1.19, mientras que en el resto de los países la relación es de 1 a 2.6).

Analizando los recortes en el gasto a casi una década de distancia (2003 – 2011), el reporte de Antigone concluye que los costos por el personal (que, como vimos, se reduce prácticamente a los agentes de la policía penitenciaria), han aumentado 12 por ciento, mientras que los gastos por mantenimiento, transporte, asistencia y reeducación de los detenidos cayeron a casi la mitad (exactamente 47 por ciento).

El reporte Antigone contiene también una interesante comparación entre la colaboración de otros socios y grupos de apoyadores en otros siete países por demás significativos (Francia, Inglaterra, Grecia, Letonia, Polonia, Portugal y España). Citamos solamente algunos de los más significativos que colocan a Italia en un lugar especial: tiene el primer lugar de suicidios en las cárceles (seguido por Inglaterra y España); el segundo lugar en el número de detenidos extranjeros (el primero es de Grecia); se trata del segundo país con más detenidos menores de edad (después de España); ocupa el primer lugar europeo en porcentajes de detenidos bajo custodia cautelar y, obviamente, es el país campeón en sobrepoblación carcelaria.

¿Cuál es el efecto de la política carcelaria, junto con la actual legislación criminal? De los 66 mil 28 detenidos en Italia hasta el 30 de junio del 2013, sólo 42.9 por ciento entró en prisión por primera vez; 57 por ciento son reincidentes. El informe de Antigone demuestra, sin más, el fracaso de las políticas represivas en los últimos veinte años en Italia. Como dice el Observatorio, “la cárcel es una máquina costosa que se alimenta a sí misma, crea la propia demanda y es completamente indiferente al fracaso”.

Publicado el 13 de Enero de 2014

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