Mujeres presas: Caricaturas para expresar ansias de libertad

Jonathan Irineo

México, Distrito Federal. Como náufragas, las reclusas del Centro Federal de Readaptación Social (CEFERESO) de Santa Martha Acatitla, sueñan con salir de esa isla sombría que guarda entre su superficie un sinfín de historias. Mientras unas sueñan con su libertad, otras aceptan sus delitos y no se arrepienten. Algunas anhelan regresar con sus hijos y demás familia. Pero otras decidieron arrojar una botella al mar.

Fue en 2011 —y después en 2012— cuando un grupo de reclusas decidió plasmar sus pensamientos y emociones para arrojarlos en una “Botella al Mar”, nombre del taller de historieta realizado por Cintia Bolio, monera crítica, política y feminista, con apoyo del Centro Cultural España en México (CCEMx), del Programa de Educación Superior para Centros de Readaptación Social del Distrito Federal (PESCER), de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México y del CEFERESO.

En este centro penitenciario, unas mujeres visten un uniforme beige que connota la dilación de una sentencia, mientras que otras visten de azul, color que manifiesta el cumplimiento de su condena, o bien, la espera de un amparo. Para ellas, las actividades y estudios dentro de este lugar son de ayuda para alcanzar la libertad o reducir su sentencia.

Cintia explica que durante los dos talleres, ella se encargó de informar a sus alumnas acerca de la historieta, sus elementos y cómo elaborar una. La dinámica del curso estuvo dividida en dos partes: durante la primera, las mujeres presentaron un trabajo individual, mientras que la segunda parte se enfocó en realizar una historieta colectiva por medio de una lluvia de ideas.

“Yo no buscaba artistas de la historieta, sino que ésta fuera un medio de expresión para ellas, ya que el objetivo de este taller fue el de crear un espacio de libertad y expresión sin censura para las reclusas, porque las penas contra las mujeres siempre son más severas”, asegura la monera.

Made in Santa Martha Acatitla

Después de ingresar a este centro, las mujeres presentan etapas de desesperación, negación y, posteriormente, de adaptación. Las reclusas se encuentran con que tienen bastante tiempo libre para ellas, lo cual no le sucedía anteriormente a la mayoría por ser, por ejemplo, madres de familia. “Así, estas mujeres cuentan con dos opciones: se dedican a estar relax, en el chisme y sin hacer nada, o en el centro escolar, donde pueden educarse, desde la alfabetización hasta la universidad, o aprender oficios”.

Algunas, comenta Cintia, estudian Derecho para poder defenderse por sí mismas: “Hay rapiña entre los abogados, ya que hay quienes birlan a sus clientes con los procesos legales con tal de ganar más”.

Por esta razón, para la realización de la historieta colectiva, “desarrollé un guión general de seis páginas acerca de lo que significa entrar y adaptarte en este penal y las dos opciones que hay: evolucionas o involucionas”, explica Bolio. Además, se trabajó en acrílico y collages.

Debido a las vivencias de las reclusas, las alumnas de Cintia Bolio decidieron llamar a ese trabajo en conjunto: “Reclusión igual a involución, igual a evolución: es cuestión de elección”.

Fue a través de este taller y las historietas como las pupilas compartieron por gusto sus experiencias de vida, además de las razones por las cuales se encuentran presas. “Yo no llegué a imponer autoridad, sino a tratar de construir una relación con ellas y que, de esta manera, estuvieran relajadas y se expresaran”. Así, las mujeres que participaron en este taller lograron realizar sus trabajos individuales y el colectivo de muy buena manera, afirma la monera.

Fue tanto el ánimo de esta nueva maestra que invitó a Antonio Helguera, colega suyo que colabora con el diario La Jornada, para que realizara una visita a las reclusas, “la cual hizo generosamente y eligió un poema de ‘Maye Moreno’ sobre las palomas en Santa Martha Acatitla, porque para muchos estas aves son una plaga, pero para otras personas son una compañía”. Esta historieta fue publicada por Helguera en El Chamuco y los hijos del averno con una breve descripción del taller.

A pesar de los buenos resultados, en 2012 se inscribieron 20 mujeres, pero desertaron a lo largo del curso hasta quedar sólo tres alumnas. “Esto ocurrió porque el taller se empalmó como las ‘capacitaciones’, las cuales reducen la sentencia y nuestro taller sólo era un proyecto ofrecido por el CCMex”, señala Bolio. Además, este segundo taller se extendió a tres meses, se profundizó en las temáticas “y en él se trabajaron las historietas a la antigüita: con papel de algodón, plumilla, tinta china, acuarela y otros materiales”.

Historietas tiradas al mar

En 2012 sólo tres mujeres terminaron el taller con Cintia Bolio -titulado “De mujeres y monitas”-, sin embargo, ella como maestra se siente orgullosa de los resultados de sus pupilas, ya que se esforzaron y vaciaron sus pensamientos, sentimientos y parte de su vida para crear historietas profundas.

“Katz”, “Mely” y Ana Luisa, fueron las tres alumnas que terminaron el taller con una creación propia y extensa. Su maestra las halagó por su esfuerzo, sus denuncias y reflexiones. Estas narraciones se encuentran en el portal web del CCEMx.

“Yo quiero que mi historieta sea una herencia para mis hijos y nietos, para que no cometan los mismos errores”, le dijo “Katz” a Bolio. Un poco de mi vida es la historieta de esta mujer, que estuvo presente en los dos talleres y se alfabetizó en el penal. Su trabajo navega en los terrenos de la autobiografía. En él sumerge al lector en un entorno marginal para describir su niñez y su paso por momentos difíciles como la falta de educación, las drogas y el trabajo sexual, hasta llegar al momento de su reclusión. Sin embargo, también narra lo que ha pasado y ha tenido que hacer dentro del CEFERESO para lograr su libertad y regresar con su familia.

“La cárcel no es lo que parece. No todo es maldad, existe gente que encerraron injustamente y que violaron nuestras ‘Garantías individuales’”, escribe “Mely” en su historieta titulada Inocencia aprisionada. Tras su experiencia de trabajo en el Centro de Atención para las y los Hijos de Internas y un poco de ficción, esta mujer pudo construir la historia y vida de Lupita, una niña que nace y crece en el Penal de Santa Martha Acatitla, sitio en el cual está presa su madre.

Ana Luisa cuenta en Sólo un día la historia ficticia de Turquesa, una mujer que cumple su sentencia en el Penal de Santa Martha Acatitla al lado de “Uva”, su compañera de pláticas personales, bromas y juegos de mesa. En este relato con toques humorísticos, la impotencia de Turquesa es visible al saber que hay abogados que sólo abusan de sus clientes.

“Yo veo estos trabajos y aunque no sean unos dibujos muy bonitos, no importa, porque yo no buscaba buenas dibujantes, sino profundidad en las temáticas. Estas mujeres hicieron unas historietas con mucho corazón, porque no se reservaron nada y son muy valiosas por ser testimonios”, asevera Bolio.

La ahora maestra y monera, Cintia Bolio, afirma que, así como les informó a sus pupilas, estos trabajos serán atractivos no sólo para los interesados en el cómic, sino también para los estudios de género, la historia y muchas otras áreas, porque son un reflejo de nuestro sistema de justicia. No obstante, aclara que la denuncia de sus alumnas no es precisamente contra el CEFERESO de Santa Martha Acatitla, sino contra los jueces que “son muy machos y nos echan más años”, señaló Bolio que le dijo una reclusa.

Los talleres se conformaron por el compromiso de Cintia Bolio. La difusión de los trabajos se concretó gracias al apoyo del CCEMx y el Museo de la Mujer, que albergó un biombo con las historietas realizadas durante el primer taller. “Afortunadamente algunas de las mujeres que estuvieron en ese taller de 2011 obtuvieron su libertad y pudieron asistir a la exposición de sus trabajos en este museo”, explica Bolio. Las historietas fueron tiradas a este mar social, así como al cibernético.

La relación entre las asistentes al taller y Cintia Bolio traspasó los muros del penal. Ella mantiene contacto con algunas de las que obtuvieron su libertad y con otras que, desde Santa Martha Acatitla y a través de tarjetas —“a diferencia de los hombres, que pueden utilizar celulares”—, se comunican con ella.

Artistas naturales

A pesar de que Cintia Bolio no pretendía encontrar artistas, los trabajos de tres mujeres demuestran un tesoro para ellas: un talento artístico natural apenas descubierto.

Durante el primer taller, la monera cuenta que se asombró por la calidad del trabajo de “Rosy”, una mujer que ahora está en libertad, pero que durante el curso tocó por primera vez un pincel y al hacerlo se dio cuenta de su talento artístico. “Ella tiene un estilo de retablo mexicano, sin embargo, aunque ya no lo ha trabajado piensa retomarlo. ‘Rosy’ dijo que su talento le sirvió de desahogo durante el curso”, afirma Bolio, que se mantiene esperanzada con ver de nuevo esas creaciones.

En esa misma edición del proyecto, “Maye Moreno” fue otra alumna destacada. Ella, a pesar de estar aún recluida, ha publicado cuentos y relatos para la asociación civil Documentación y Estudios de Mujeres.

Cintia Bolio asegura que “Mely”, quien espera su liberación, tiene el gusto e intención de seguir dibujando monitos, por lo cual le ofreció el apoyo para publicarlos. Además, “Mely” participó en un concurso de cuento ilustrado interpenal.

“Con este taller aprendí acerca de cómo la justicia no es justa con las mujeres y aún menos con las más pobres, las indígenas y las jóvenes”, afirma Cintia Bolio con una sonrisa irónica en su rostro.

Nacimiento

Aunque nunca había impartido un taller, Cintia Bolio, emocionada y entusiasta por la oportunidad que le dio en 2011 el CCEMx, aceptó formar parte de este proyecto. “Nunca había dado un taller y mucho menos a personas privadas de su libertad”.

Cintia Bolio preparó las sesiones y así comenzó la historia de este taller en el CEFERESO de Santa Martha Acatitla. La monera espera que pueda realizarse nuevamente en 2014.

Publicado el 06 de Enero de 2014

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