De Passe Livre a #PosMeSalto

Jaime Quintana Guerrero

La iniciativa #PosMeSalto –que se opone al aumento de más de 60 por ciento en la tarifa del metro en la Ciudad de México-, es una experiencia nueva, señalan integrantes del Movimiento Passe Livre (MPL) de Brasil, que en 2013 encabezó multitudinarias manifestaciones que lograron echar abajo el aumento de 6 por ciento en el transporte público.

“Para nosotros es imposible hacer algo tan intenso como los torniquetazos, nosotros nos concentramos en la calle”, aclara Federico Silva, joven integrante del MPL. “Aquí no se tiene una organización que discuta y que pelee por el transporte. Quizá es hora de organizar un proceso que luche por un transporte público”, señala Joao Alves, otro integrante del movimiento.

Los jóvenes señalan que el transporte público forma parte del derecho a la ciudad y a su disfrute. “Luchar por un trasporte es luchar por una ciudad que sea de todos”, asegura Silva.

Los 20 centavos que hacen la diferencia

El movimiento ciudadano Passe Livre -contra las altas tarifas del transporte en Brasil- se desarrolla desde hace una década, pero en los últimos años tomó más fuerza y logró echar atrás el aumento de 20 centavos de real brasileño que el gobierno implementó a nivel nacional. “Empezó en un principio desorganizado. Comprender eso y  darle sentido fue la tarea de los que continuaron”, señala Federico Silva, integrante del movimiento.

Por medio de las manifestaciones y acciones, el pueblo debe mandar en cuestión de transporte, coinciden en entrevista con Desinformémonos Federico Silva, Jorge Almeida y Joáo Alves, integrantes del Movimiento Passe Livre.

Federico Silva valora que la lucha por reducir los 20 centavos es una victoria popular en la que se hizo retroceder al gobierno. “Logramos hacer entender que esto no es una decisión administrativa, sino política”, explica el joven brasileño.

Silva considera que esos 20 centavos de la tarifa sí hacen una diferencia para las personas y son parte del derecho a estar en la ciudad. “Es un derecho transitar por la ciudad y disfrutar lo que existe en ella. Logramos reducimos la exclusión”, resume.

Silva advierte que cuando se lucha contra un gobierno que se dice de izquierda, hay que tener el doble de cuidado. En Brasil, explican los estudiantes, el Partido de los Trabajadores (PT) tiene la “práctica de la plática”: siempre dice que están en discusión con los movimientos sociales. “En nuestra primera marcha, el alcalde estaba listo para recibirnos. Quiso que paráramos la marcha para platicar, pero nosotros dijimos que la marcha dice todo por sí misma, y que no hay nada que negociar. Queremos que baje el boleto, no tener una charla”, indica Almeida.

“Ellos están en la lógica de la mercancía: una marcha por una plática”, relata Silva. “Nos dijeron, si cancelas podemos hacer una reunión, pero nosotros estamos cansados de platicar”.

México se salta

En Brasil, se lograron bajar los 20 centavos a la tarifa, que representan el 6 por ciento de su total. En México se subió el 66 por ciento el boleto del metro, lo que es alarmante, coinciden los integrantes del Movimiento Passe Livre.

Grupos de estudiantes organizados e individuos sin organización, agrupados en la iniciativa #PosMeSalto, salieron a las calle este 13 de diciembre de 2013 –el día en que entró en vigor la nueva tarifa, de cinco pesos por viaje. Las protestas consistieron en entrar al metro sin pagar y realizar marchas.

Los estudiantes brasileños refieren que la liberación de torniquetes, como la que se hizo en la capital mexicana, es difícil de hacer en Brasil, donde el metro está muy militarizado. “Para nosotros es imposible hacer algo tan intenso como los torniquetazos, nosotros nos concentramos en la calle”, aclara Silva.

 “En México ocurre un proceso interesante. Aquí no se tiene una organización que discuta y que pelee por el transporte. Quizá es hora de organizar un proceso que luche por un transporte público”, señala Alves.

En Brasil, a diferencia de México, el transporte es muy escaso, las líneas son muy pequeñas, el modelo ferroviario es central y el metro lo complementa, detalla Jorge Almeida: “El metro popular es aquel que se construye en la lucha y en la acción directa. Es un nuevo transporte que construimos todos”.

Entrar al metro sin pagar “es vivir en la práctica el transporte por el cual luchamos, es una acción directa. Es cambiar la manera en que utilizamos el transporte y cuestionar la lógica de la mercancía”, señala Almedia. En Brasil, si los manifestantes se meten al subterráneo y dejan pasar a la gente sin pagar, seguro habrá enfrentamiento, diferencia el joven. “Es una experiencia nueva la de México”.

“Si el boleto no baja, la ciudad para”, fue la consigna que siguieron los manifestantes brasileños, expone Jorge Almeida.

En Brasil, un país grande con muchas ciudades, explica Silva, el transporte es esencial. “La vida en las grandes ciudades está organizada por el transporte público, para llevar la fuerza de trabajo y las productos, para ir a trabajar, para volver a casa, para cualquier cosa”, explica Silva.

En las manifestaciones, Passe Livre se propuso hacer más lento el tránsito por medio de la acción directa. “Nosotros vamos a parar las vías más rápidas de los automóviles. Utilizamos el tráfico contra ellos, día tras día paramos el tráfico, y las marchas las realizamos por lugares que jamás se han recorrido o que son centrales para el transporte de mercancías y personas. Ésa es táctica”, detalla Alves.

En Sao Paulo no se puede hacer nada en el metro por la militarización, explica Jorge Almeida. “No se puede pedir dinero o sentar en el piso. En México la gente escribe en el metro, en Brasil existen cámaras por todos lados y la policía está presente todo el tiempo”.

Las revueltas  populares también se trasladan al metro a veces, relata Jorge Almeida. “La policía tira gases dentro. Esa dimensión de la militarización es parte del control social”. El estudiante considera que, al ser un espacio público donde la gente pasa mucho tiempo, se debe luchar por su desmilitarización.

Un movimiento de todos

El Movimiento Passe Livre (MPL) está mayoritariamente compuesto por jóvenes. Surgió por la demanda histórica de que  los estudiantes  no paguen las tarifas de transporte en las grandes ciudades. Sin embargo, el MLP siempre hace hincapié en que no es un movimiento estudiantil.

 “Quizá en ese tiempo de neoliberalismo no veíamos dónde están los obreros, pero los descubrimos en los autobuses y en el metro”, explica Joáo Alves.

Las  redes sociales fueron importantes para convocar y salir a la calle, recuerda Federico Silva, pero “mucha gente intenta explicar todo por las redes y eso no tiene sentido. Es una herramienta, pero la lucha se da en la calle, en los barrios, en el metro, en los camiones y no pagando”.

En los años ochenta en Brasil, explica Alves, hubo un movimiento muy fuerte de trabajadores obreros que se llamó los “quiebra quiebra”. Se organizaron en sus locales y quebraron autobuses porque el transporte era de muy baja calidad. Ese movimiento se acabó cuando el gobierno dio a los trabajadores formales un vale de transporte. Desde 1988, los patrones pagan parte de él.

En los años noventa, continua Alves, la discusión del transporte público fue de los sindicatos. Los estudiantes levantaron la consigna de medio pasaje o boleto libre, y lo logran en algunas ciudades. “Ya para el año 2000 las revueltas se volvieron más radicales y masivas contra el alza de la tarifa”, explica el estudiante.

El movimiento estudiantil que luchó por el medio boleto o pase libre, relata Alves, “empezó con movilizaciones estudiantiles, pero no se reconoce como una lucha estudiantil ni tampoco de trabajadores. Reflexionaron que todos sufren por el alza del boleto, y cambió de categoría a ser un movimiento social y discutir la posibilidad de un boleto libre de un transporte para todos”.

Como un logro del movimiento brasileño, explican los estudiantes, hay personas que ya piensan en el “boleto cero”, y se comenzó a hablar del transporte como un derecho social. “El transporte público es esencial para la economía y para la vida de las personas. Luchar por un trasporte es luchar por una ciudad que sea de todos. El transporte deja de ser una barrera y empieza hacer una puerta a la ciudad”, finaliza Silva.

Publicado el 16 de diciembre de 2013

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